Samira Yerou, en el juicio en la Audiencia Nacional
Samira Yerou, en el juicio en la Audiencia Nacional - EFE

La madre yihadista arrepentida

La acusada que dictama mensaje terroristas a su hijo de tres años acepta una condena de cinco años de prisión, la primera encausada por vínculos con Daesh que pacta con la Fiscalía

Madrid Actualizado: Guardar
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La mujer que incitaba a su hijo de tres años a recitar mensajes terroristas para presumir de convicción yihadista –«degüello al policía»– se arrepintió ayer en público y denunció que el grupo terrorista Daesh le engañó con sus cantos de sirena sobre una vida mejor. Samira Yerou, de treinta y tres años, reconoció en el juicio en la Audiencia Nacional que intentó llegar a Siria para unirse al autoproclamado Estado Islámico y pidió que su ejemplo abra los ojos a otras personas.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional, que otorgó credibilidad a su promesa de apartarse del mundo criminal, rebajó su petición de condena de nueve a cinco años y dos meses de cárcel. La acusada, de nacionalidad marroquí y residente en Rubí (Barcelona), reconoció la acusación y aceptó la pena, que incluye diez años de libertad vigilada y quince de inhabilitación absoluta.

Yerou –la primera acusada por sus vínculos con Daesh que se arrepiente y pacta con la Fiscalía– lleva casi dos años en prisión preventiva, desde que fue entregada por Turquía, donde fue detenida en las vísperas de la Navidad de 2014.

«Mucha gente está engañada», expresó ayer Yerou, que relató que viajó con su hijo porque «no podía dejarle» atrás. Su deseo de alcanzar Siria, fruto de una radicalización forjada en los bajos fondos de internet, la llevó a imaginar una vida mejor en el califato proclamado por los yihadistas en Siria e Irak. «Allí se vive bien el islam, iba a estudiar la sharia, aquí estaba tan mal», expresó la acusada, que admitió una deteriorada relación con su marido.

En ese intento por llegar a Siria a Yerou le sirvieron sus «contactos de calidad» con miembros de Daesh. Un guardia civil que declaró como perito explicó que nadie entra en el califato sin el «aval»de un alto cargo del grupo terrorista. La acusada señaló que sus relaciones con los terroristas nacieron en las redes sociales, donde visitó foros, y a través del intercambio de mensajes en Whatasapp. Yerou reconoció que guardaba en su móvil treinta y dos documentos doctrinales y teológicos, algunos de los cuales incitaban a desarrollar la yihad. También disponía de un juramento de lealtad a Daesh del terrorista Omar Seif, uno de sus interlocutores desde Siria y con quien pretendía casarse pronto.

«Degüello al policía»

Con Seif hablaba Yerou en una conversación en la que utilizó a su hijo de tres años para presumir de compromiso terrorista. Yerou hizo repetir al pequeño mensajes espeluznantes. «Dile degüello al policía y voy. ¿Cómo le vas a hacer? Así… gjjjj… Ah. Va a degollar al policía e irá a verte…». Alentado por su madre, el niño expresó: «Quiero ir con los muyahidines».

La joven marroquí fue detenida en la víspera de la Nochevieja de 2014 en la localidad turca de Kilis, una ciudad separada por cinco kilómetros de la frontera con Siria y uno de los lugares en el que recalan los refugiados en su huida del horror. El viaje de Yerou partió de Barcelona hasta Estambul. En la capital turca se puso en contacto con Abu Ghada, el terrorista encargado de acoger a los voluntarios. De allí se trasladó a Gaziantep, y a Kilis, donde aguardaban en una casa abandonada «el momento oportuno» para cruzar a Siria y unirse a la yihad.

El fiscal consideró probado que Yerou se integró en la organización terrorista para captar y reclutar a otras mujeres, pero pide que el tribunal considere su actitud. «No sabía lo que estaba haciendo», cerró la acusada la vista.

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