«Felipe V. Un Rey para la España de hoy»

Un libro para conocer mejor al Rey y a la persona

El martes sale a la venta la primera biografía ilustrada y actualizada de Don Felipe. En esta doble página se ofrece un avance de la obra de la periodista de ABC Almudena Martínez-Fornés

Retrato íntimo familiar de los entonces Príncipes con sus hijas, en 2012 CRISTINA GARCIA RODERO/ CASA DEL REY
Almudena Martínez-Fornés

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Don Felipe nació y creció bajo la sombra arrolladora de su padre. Casi toda su vida ocupó un discreto segundo plano, como Heredero del Rey que había restaurado la democracia y reconciliado a los españoles. Durante años se pensó que a él le correspondería escribir la segunda parte de la historia de éxito colectivo que había supuesto el reinado de Don Juan Carlos.

Hasta hace muy pocos años, nadie se podía imaginar que el Príncipe de Asturias heredaría la Corona en el momento más delicado de la Monarquía y que tendría que renovarla para asegurar su continuidad en una España desencantada por la crisis, el desempleo, la corrupción y las conductas inmorales. Pero lo que nadie podía sospechar era que el nuevo Rey iba a afrontar en los primeros años de su reinado unos desafíos comparables a los que vivió su padre. Si Don Juan Carlos frenó un golpe el 23-F de 1981 , Don Felipe tuvo que hacer frente a otro el 1-O de 2017 , con la diferencia de que el desafío separatista no se resuelve en horas, como ocurrió con la asonada de Tejero. El Guernica de Don Juan Carlos lo vivió Don Felipe en Barcelona el pasado verano, durante la manifestación contra el terrorismo.

A punto de cumplir 50 años , Don Felipe es el resultado de una vida muy diferente a la de su padre, marcada por sus propias experiencias, su ambiente familiar, su educación y las personas que contribuyeron a formar su carácter. A través de más de 200 fotos, el libro «Felipe VI. Un Rey para la España de hoy» (Espasa) evoca los momentos clave que forjaron al Monarca y ayudarán a conocer mejor al hombre.

«Felipe VI, un Rey para la España de hoy». Biografía ilustrada 240 páginas. Editorial Espasa, 28 de noviembre

El niño que encandiló a los españoles (1968-75)

Cuando Don Felipe vino al mundo, el 30 de enero de 1968, su futuro era incierto. España era un Reino sin Rey y, aunque sus padres vivían en La Zarzuela, el Infante solo era el Heredero de una Familia Real en el exilio . Mientras Franco gobernaba en España, el jefe de la Dinastía, Don Juan de Borbón , vivía desterrado en Estoril con la esperanza de volver y restaurar la Monarquía. El bautizo del Infante propició un hecho que parecía imposible en la España franquista: su bisabuela, la Reina Victoria Eugenia, regresó a España por primera vez desde que partió al exilio en 1931 y, aunque su abuelo, Don Juan, había pisado su tierra natal en escasas ocasiones, nunca había permanecido tanto tiempo. Aquel niño rubio y de ojos azules que correteaba por La Zarzuela encandiló a los españoles que le vieron crecer. Con tres años asistió a su primer acto oficial –apadrinó en Barajas la puesta en servicio de dos hidroaviones–, compartió con la opinión pública los momentos más importantes de su vida de niño y muy pronto empezó a tejer un lazo afectivo con el pueblo.

Felipe solo es uno más (1975-84)

Dos días después de la muerte de Franco, Don Juan Carlos fue proclamado Rey y el Infante Felipe se convirtió en el Heredero de la Corona , aunque no recibió el título de Príncipe de Asturias hasta enero de 1977. A pesar de su corta edad, Don Felipe era testigo de los acontecimientos más importantes de una España que vivía la Transición con una mezcla de incertidumbre y esperanza. Con nueve años se le afilió al Ejército como soldado de honor , asistió al primer desfile militar de la democracia y a la ceremonia en la basílica de Covadonga.

Una imagen de Felipe en Marivent, en 1973, un Infante de cinco años ABC

Con diez años, aplaudió a Don Juan Carlos en las Cortes cuando sancionó la Constitución; con once, recibió los restos de su bisabuelo Alfonso XIII , muerto en el exilio; con trece, vio los sucesos de Guernica por televisión y a su padre afrontar el golpe de Estado del 23-F. También lloró la primera muerte de un ser querido, su abuela la Reina Federica , y pronunció su primer discurso en público en Oviedo. Con quince, concedió entrevistas que derrochaban espontaneidad y realizó su primer viaje oficial al exterior, y con dieciséis se alejó por primera vez de su familia para estudiar un curso en el extranjero. Pero durante este estapa, el Príncipe siguió recibiendo la misma educación que los demás chicos de su edad . En las aulas de su colegio, solo era uno más.

La forja de un Príncipe (1985-1995)

A su regreso de Canadá, todo estaba preparado para que el Príncipe empezara su formación específica como Heredero de la Corona. El PSOE gobernaba por primera vez con la Monarquía y, a pesar de que el Gobierno de Felipe González había intentado reducir la instrucción militar del Príncipe, Don Felipe pasó por las tres Academias. En la de Zaragoza recibió su primer sueldo y sufrió sus primeros arrestos .

Tras dos años en Georgetown, recibió en 1995 el título de Master of Science on Foreign Services ABC

En esta etapa alcanzó la mayoría de edad y juró la Constitución ante las Cortes. Votó por primera vez en un referéndum –el de la OTAN– y lo hizo por correo. Aprendió a trepar al mástil del buque escuela Sebastián Elcano y a volar en los cielos de Murcia. Se licenció en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y completó sus estudios con ocho asignaturas de Económicas. Conoció a su primer amor, hizo su primera visita a Cataluña –«mi tierra»–, emocionó a los españoles en Barcelona 92, lloró la muerte de su abuelo, Don Juan, y, tras realizar un máster en Georgetown, se convirtió en el Heredero de la Corona mejor formado de la historia.

Aprendiendo el oficio de Rey (1995-2010)

Una vez finalizada su formación académica y militar, Don Felipe regresó a Madrid y empezó a dotar de contenido la función del Heredero de la Corona, algo para lo que no existía ningún manual en el que inspirarse. No se trataba de ser un Príncipe a la espera, sino de empezar a trabajar al servicio de los españoles. El Príncipe necesitaba a su lado a una persona de confianza y se eligió a Jaime Alfonsín , un abogado del Estado discreto, meticuloso, con amplia experiencia profesional y sólidos principios que se convirtió en la mano derecha de Don Felipe y hoy es el jefe de la Casa del Rey.

El Príncipe empezó a asumir la representación de España en las tomas de posesión de los presidentes iberoamericanos, lo que le permitió adquirir una valiosa red de contactos internacionales y una amplia experiencia diplomática y humana, porque hubo investiduras con atentados terroristas, con terremotos y con puñetazos en el Hemiciclo. Don Felipe acudió a Ermua a gritar «¡Basta ya!», en el entierro de Miguel Ángel Blanco , asesinado por ETA y a consolar a las familias de las víctimas del Yak. Fue entonces cuando Iñaki Urdangarin entró en la familia, cuando Don Felipe salió con Eva Sannum, y cuando estrenó su propia casa en La Zarzuela. Poco después, conoció a Doña Letizia y juntos compartieron el horror de los atentados del 11-M. Tras años de presiones, puso fin a su soltería y garantizó la continuidad de la dinastía con el nacimiento de sus dos hijas, Leonor y Sofía . También empezó a asumir la representación del Rey durante las convalecencias de Don Juan Carlos.

Los años de espera (2011-2014)

El 30 de enero de 2011, Don Felipe cumplió 43 años y se sumó por sorpresa a una reunión de periodistas que habían sido convocados en La Zarzuela por la Casa del Rey. Allí anunció que se sentía «dispuesto y a la orden» para asumir la Corona «con responsabilidad cuando llegara el momento». A finales de ese año estalló el caso Nóos; el Príncipe marcó distancias con su cuñado y la Casa del Rey hizo un esfuerzo de transparencia. Y en 2012 estalló la tormenta perfecta, tras el accidente del Rey en Botsuana. Las numerosas operaciones de Don Juan Carlos llevaron al Príncipe a asumir actividades cada vez más importantes en unos momentos políticos y económicos muy delicados. Sin proponérselo, Don Felipe se convirtió en el rostro más visible de la Corona.

La hora de la verdad (2014-17)

A los 46 años de edad, Don Felipe fue proclamado Rey de España tras la abdicación de su padre en uno de los momentos más delicados para la Monarquía desde la restauración de la democracia. Tras anunciar que empezaba «un tiempo nuevo», el Rey renovó la Monarquía y adoptó una serie de medidas internas para evitar errores del pasado, como el caso Nóos. También revocó el título de Duquesa de Palma a su hermana Doña Cristina . A partir de ese momento, Don Felipe tuvo que afrontar unos desafíos comparables a los que vivió su padre. Tras las primeras elecciones del reinado se produjo un bloqueo político que obligó a repetir los comicios. Barcelona sufrió el primer atentado terrorista del reinado y, cuando el Rey se sumó a la manifestación de protesta , recibió unos abucheos y pitidos mayores que los que afrontó Don Juan Carlos en Guernica en 1981. Y el pasado 3 de octubre, transmitió un mensaje extraordinario por televisión, desde el mismo lugar que se dirigió su padre el 23-F, para responder a un golpe perpetrado por los separatistas en Cataluña . Un mensaje que marcó un antes y un después, y que hizo posible que muchos españoles empezaran a conocer al Rey.

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