«Igor el Ruso» ingresa en la cárcel por el triple crimen de Teruel

Acepta su entrega a Italia para responder por un doble asesinato una vez que cumpla en España

Norbert Feher es de nacionalidad serbia y tiene 41 años

L. L. C. / S.E.

La sangrienta huida de «Igor el Ruso» ha terminado por fin en la cárcel. De momento la de Teruel, donde ayer domingo ingresó poco antes de las ocho de la tarde en un régimen especial por razones de seguridad que le mantendrá sin contacto con otros reclusos.

La jueza sustituta del Juzgado de Instrucción número 2 de Alcañiz decretó prisión provisional y sin fianza para el exmilitar serbio por la muerte el pasado jueves de dos guardias civiles, Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero y del ganadero José Luis Iranzo, a los que presuntamente disparó mientras estaban buscándole entre las poblaciones turolenses de Albalote y Andorra. Los tres recibieron sepultura el sábado entre hondas muestras de dolor, agravado si cabe por la sinrazón criminal de un fugitivo perseguido desde hace ocho meses que volvió a matar justo cuando estaban a punto de pillarle. A ello hay que sumar los dos homicidios en grado de tentativa que se cree que cometió el 5 de diciembre, fecha en que otros dos vecinos de la zona de 42 y 73 años resultaron gravemente heridos por disparos al entrar en la casa de uno de ellos.

Norbert Feher, nombre que recibió en su registro de nacimiento hace 41 años, había comparecido el domingo por la mañana ante la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela por videoconferencia, una vez que las fuerzas de seguridad desaconsejaron por su alta peligrosidad el traslado del individuo desde la Comandancia de la Guardia Civil de Teruel, donde ya se había negado a declarar. Lo dijo la abogada de oficio Patricia Loras que le asistió por encontrarse de guardia, aunque ayer se ocupó del detenido otro letrado,

En cumplimiento de una orden europea de detención, la juez informó Feher de que es buscado por la justicia italiana para que responda de otros dos asesinatos que presuntamente cometió el pasado abril en el país alpino. Cuando dio muerte al dueño de un estanco en Budrio, cerca de Bolonia, y al camarero David Fabri, aunque también se cree que se cobró la vida de un guardia forestal.

Es entonces cuando emprendió su escapada fatal que, según dijo ayer a la juez Lamela, le llevó a estar desde septiembre en España, donde no tenía trabajo. Un destino, por otro lado, anunciado como ya se encargó de dejar claro el colega de fechorías de Igor, el preso croata Ivan Pajdek, al fiscal que fue a preguntarle por las intenciones de su amigo. « Si se os escapa, -advirtió- deben ir a buscarlo a España, donde él siempre dijo que quería marcharse». Estaba esa pista, y también otras, como que la furgoneta robada con la que desapareció se halló un diccionario italiano-español.

Para declarar ayer ante la magistrada de la Audiencia Nacional pidió un intérprete que le hiciera de puente entre esos dos idiomas, pero parece que para poca cosa, por que en las cuatro horas que duró el interrogatorio no reveló mucho más. Sí contestó afirmativamente a la pregunta de si aceptaba ser extraditado a Italia, aunque eso no se ejecutará hasta que cumpla con las responsabilidades penales que tiene pendientes en nuestro país.

De esas se ocupa la otra juez, la de Instrucción de Alcañiz que emitió el auto de prisión y decretó el secreto de las actuaciones para continuar con la investigación de la causa tras oír presencialmente a Norbert Feher, que fue trasladado a dependencias judiciales. Lo hizo tras haber recibido el mismo día de manos de la policía judicial el atestado sobre el triple crimen que desencadenó horas de pánico entre los vecinos de la comarca el pasado jueves ya de noche, cuando los primeros y muy confusos datos sobre los hechos empezaron a trascender a la vez que se confirmaba que el supuesto asesino se había dado a la fuga. Armado.

«Igor el Ruso», -identidad impostora de un personaje escurridizo que también se hacía llamar «Igor Vaclavic» , a la croata-, fue localizado horas después cerca del municipio de Cantavieja, a unos cien kilómetros por carretera del lugar de la tragedia. Estaba dormido a doscientos metros de la furgoneta «pick up» de color verde con la que había escapado, y que había robado al mismo ganadero José Luis Iranzo al que había matado esa noche. Por que robar, como da testimonio la hoja penal italiana de este individuo, también ha estado entre las habilidades de este criminal, como lo demuestra que por delitos de ese tipo ya pasó ocho años de reclusión en Italia.

Según «El Diario de Teruel», los asesinatos del jueves 14 de diciembre precipitaron la activación de «un operativo especial que ya tenía previsto su despliegue » el día siguiente, viernes, lo que explicará la rápida aparición de efectivos que intervinieron en las labores de búsqueda del sospechoso.

Ha sido difícil -y muy costoso en términos de vidas rotas- darle caza. Como ya publicó este diario, durante la gigantesca campaña de rastreo de Feher iniciada por Italia en abril, más de 500 personas han sido controladas, interceptadas telefónicamente, investigadas o entrevistadas. Desde ese país se enviaron envió comisiones rogatorias para su eventual extradición si era detenido a España, Francia, Austria, Serbia y una quinta estaba lista para ser expedida a Hungría. En todos estos estados se puso la atención sobre personas que podían haber favorecido, cubierto o ayudado, incluso indirectamente, la fuga del asesino. Entre ellos, familiares y excompañeros de cárcel, italianos o no.

Las sospechas de los investigadores italianos es que «Igor el Ruso» pudo abandonar Italia en coche, con la ayuda de un cómplice. En Teruel acabó su aventura y empieza la rendición de cuentas judicial.

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