La líder andaluza de Podemos, Teresa Rodríguez, saluda al de Aragón, Pablo Echenique
La líder andaluza de Podemos, Teresa Rodríguez, saluda al de Aragón, Pablo Echenique - EFE
POLÍTICA

Iglesias cree que nuevas elecciones le benefician y no retirará la consulta

El Consejo Ciudadano de Podemos se reúne este domingo para definir estrategias tras el 20-D

Madrid Actualizado: Guardar
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Hay un tiempo para debatir y otro para remar. Es la tesis que mantuvo a Podemos unido en los meses previos al 20-D. Con un cierre de filas total en torno al líder, Pablo Iglesias, y a la estrategia marcada para las elecciones generales, las voces de dirigentes y círculos más críticos decidieron quedarse en silencio: un acuerdo tácito para enterrar el hacha de guerra con la promesa de que, tras los comicios, se abrirían los debates pendientes.

Después del parón navideño, Podemos celebra hoy su primer Consejo Ciudadano Estatal -órgano equivalente a la Ejecutiva del partido- tras las elecciones generales. Lo hará sin los líderes de las alianzas territoriales -con quienes Iglesias mantendrá encuentros individuales antes del 13 de enero, día en que se constituye la Mesa del Congreso- y estrictamente en clave interna, y será quizá la reunión más crucial del partido desde su Asamblea fundacional en Vistalegre.

Fue en esa Asamblea en la que se diseñó la hoja de ruta que habría de llevarlo hasta los comicios del 20-D. Aunque la convocatoria del Consejo Ciudadano fija en su orden del día el análisis de los resultados de las generales y la definición de las líneas políticas de actuación a partir de ahora en las Cortes, el debate sobre cómo debe reconfigurarse Podemos, el hueco que se reservará a los círculos y cómo establecer nuevos mecanismos que aumenten la participación interna frente a las críticas de autoritarismo y apoderamiento por parte de la dirección tendrá que volver a abrirse.

Bases Podemos, el último movimiento de militantes de base que se organizó para manifestar su desafección y malestar con la cúpula del partido el pasado octubre, lanzó la pasada semana un manifiesto con el sugerente nombre «Ahora sí toca». Al Consejo Ciudadano están invitados alrededor de 80 dirigentes, entre los que se incluyen los líderes territoriales. Entre ellos están la secretaria general en Andalucía, Teresa Rodríguez, o Pablo Echenique, de Aragón, ambos históricamente encuadrados en el sector más crítico.

El difícil puzle que han dejado las elecciones podría desplazar el debate interno hasta la conformación de gobierno. Podemos debate las líneas rojas para pactos poselectorales y está previsto que el referéndum forme parte de las conversaciones. La consulta en Cataluña no es solo una exigencia de sus aliados, con Ada Colau al frente, sino que todos los dirigentes de Podemos lo defienden como solución al desafío soberanista. Eso sí, situarlo como prioridad frente a otras cuestiones de índole social no gusta entre todos los miembros del partido, que prefieren poner el acento en lo social.

Iglesias utilizó la consulta para tratar de acorralar a los socialistas tras el 20-D, pero el discurso mantenido por el PSOE, culpando a Podemos de no poder presentar una alternativa a Rajoy precisamente por esa línea roja innegociable, les ha obligado a tratar de contrarrestarlo con la ley 25 de emergencia social, con la que pretende que los partidos tengan que posicionarse políticamente. Aunque la versión oficial de Podemos es rechazar la convocatoria de nuevas elecciones e insisten en su predisposición al diálogo, no esconden que celebrar nuevos comicios no les desagrada. Fuentes internas creen que les beneficiaría, por lo que no están dispuestos a renunciar al referéndum, incluido en su programa, para tratar de lograr un acuerdo que pueda desbancar al PP.

Los más críticos

Anticapitalistas, el partido integrado en Podemos y al que pertenecen líderes del sector más crítico, ha hecho público un manifiesto en el que marca las que, a su juicio, deben ser las líneas rojas para cualquier negociación de investidura: «el derecho a decidir de los pueblos», en primer lugar, y la ley 25 de Emergencia social. Además, esta corriente defiende que «no tiene ningún sentido apoyar una estabilidad institucional que favorezca los intereses de la derecha y la oligarquía» y apela a «prepararse» para nuevas elecciones generales. A esa nueva cita con las urnas, indica el comunicado, se ha de llegar «con voluntad constituyente en la que las fuerzas del cambio ganen al PP, superen al PSOE y aniquilen a Ciudadanos». Esa voluntad constituyente refleja el espíritu del sector más radical de Podemos, al que no gustó el discurso de reforma frente al de una nueva Constitución.

Otro de los puntos más conflictivos es si se debe consultar a las bases la política de pactos y de apoyo a investiduras. Los Estatutos obligan a hacerlo solo en caso de «pacto o alianza con otras formaciones» si compromete «la estrategia de Podemos». Los apoyos de investidura no están recogidos, aunque hasta cuatro comunidades autónomas decidieron consultar su posición tras los comicios de mayo. El propio Iglesias se mostró partidario el pasado lunes de realizar una consulta: «Respecto de los procedimientos democráticos de Podemos, somos estrictos en eso y lo vamos a seguir siendo», dijo. Habrá que esperar para saber si de este cónclave surgen también nuevas directrices que modifiquen o maticen incluso lo recogido en los estatutos.

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