Vista el buque F-105 Cristóbal Colón en el astillero de Navantia en Ferrol
Vista el buque F-105 Cristóbal Colón en el astillero de Navantia en Ferrol - EFE

La gran misión industrial de la fragata Colón en Australia

El buque inicia hoy un despliegue que prevé consolidar las aspiraciones de Navantia a un nuevo contrato de ocho fragatas

Madrid/Sidney Actualizado: Guardar
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Las relaciones entre la Armada Española y la Marina Real Australiana vivirán este año un nuevo capítulo con el despliegue de la fragata Cristóbal Colón (F-105) durante cuatro meses en las antípodas, de febrero a junio.

Una de las misiones de esta fragata española, que zarpa este lunes de su base en Ferrol (La Coruña), será apoyar la carencia temporal que sufre la marina australiana en su capacidad de escolta en la mar, además de aumentar la interoperabilidad entre ambas armadas y, de paso, incrementar el adiestramiento de la dotación del buque español.

Con estos objetivos la fragata Cristóbal Colón participará en las maniobras navales «Ocean Explorer», «Sea Explorer» y «Sea Raider» que tendrán lugar a los largo de las costas este y oeste de Australia.

Hay que recordar que este no es el primer despliegue de una unidad de la Armada Española en Australia: en 2013, el buque de aprovisionamiento Cantabria se desplegó allí durante nueve meses.

En esta nueva misión austral, la fragata española -construida por los astilleros de Navantia y en servicio desde octubre de 2012- se integrará en una fuerza de buques australianos y a bordo recibirá marinos australianos con el objetivo de que éstos reciban adiestramiento por parte de sus homólogos españoles.

«Todo ello sin que suponga un coste adicional ni una merma de las propias capacidades operativas de nuestra Armada», aclaran fuentes de la propia Armada Española.

F-105, «más españolizada»

Pero más allá de estos ejercicios conjuntos, desde la «Royal Australian Navy» y el Ministerio de Defensa de Australia existe un gran interés en conocer los detalles de operatividad de la fragata F-105 española.

Esta es la otra gran misión industrial de la Cristóbal Colón, última fragata de la clase F-100 «Álvaro de Bazán» y que, a diferencia de las anteriores, cuenta con un sistema de combate «más españolizado» a partir del estadounidense Aegis de la compañía Lockheed Martin.

La fragata durante unas pruebas después de haber sido entregada a la Armada
La fragata durante unas pruebas después de haber sido entregada a la Armada

En esta españolización del sistema de combate Aegis participaron empresas como la propia Navantia, Sistemas Faba, Indra Sistemas (radares, o comunicaciones), Tecnobit (vigilancia optrónica o de datos) o Sainsel (cartas marítimas digitales).

«Este despliegue es una muestra más del apoyo de la Armada a la industria de defensa nacional. El despliegue de la fragata Cristóbal Colón durante 120 días podrá mejorar la posición de Navantia de cara a los programas en que nuestra empresa nacional participa en Australia», subrayan las mismas fuentes militares.

Otro contrato firmado

Desde Navantia esto último lo saben bien y destacan la importancia de este tipo de misiones para que el cliente potencial compruebe de primera mano el «producto».  Sin ir más lejos, el despliegue del buque Cantabria en Australia hace cuatro años propició que Navantia fuera designado el pasado mes de mayo como el astillero constructor de dos buques logísticos. Todo ello frente a un duro competidor como fue el astillero surcoreano Daewoo. Estos dos buques logísticos se construirán en la factoría de Ferrol y se entregarán en 2019 y 2020.

Ahora, además de apoyar el adiestramiento australiano de las dotaciones de los tres nuevos destructores de la clase «Hobart» diseñados por Navantia (también denominados «Air Warfare Destroyer») y que comenzarán a ser entregadas en agosto de 2017, Navantia también espera que la presencia de la fragata Cristóbal Colón en Australia pueda aumentar las posibilidades del astillero estatal para hacerse con el mayor contrato de su historia: la construcción de ocho fragatas, como remplazo de las actuales ANZAC.

Este proyecto denominado SEA 5000, en el que Navantia ya es uno de los tres candidatos últimos junto a la empresa italiana Fincantieri y la británica BAE, «tiene grandísimas implicaciones, por el volumen, relevancia y consolidación de Navantia internacionalmente. Será un proceso muy exigente que necesitará todo el apoyo institucional posible», explica Francisco Barón, director de Navantia Australia.

Aquel contrato de 2007

Navantia ya trabaja en la fase de ingeniería y se espera que presente su oferta antes del próximo julio. En caso de resultar el astillero ganador, la firma del contrato se prevé para mediados de 2018. En principio, las ocho nuevas fragatas australianas se construirían en el astillero de Navantia en Adelaida, aunque también tendría su impacto industrial en las instalaciones españolas.

De hacerse con este contrato, Navantia rubricaría con la Marina Real Australiana una auténtica historia de éxito que comenzó a finales de 2007 cuando el Gobierno «aussie» adjudicó al astillero español la construcción de dos buques de desembarco anfibio similares al «Juan Carlos I» de la Armada Española y el programa de construcción de los tres destructores de la «clase Hobart». Todo ello para sorpresa de un sector que pudiera dar por hecho que un país como Australia preferiría a la industria estadounidense o británica para construir sus buques de guerra.

El Rey Felipe VI junto a la tripulación del F-105 en la base naval de Rota (Cádiz) en 2005
El Rey Felipe VI junto a la tripulación del F-105 en la base naval de Rota (Cádiz) en 2005 - EFE

Durante estos años, Navantia se ha hecho con otros contratos de construcción de doce lanchas de desembarco (fabricadas en San Fernando, Cádiz), los dos buques logísticos citados y otros tres de mantenimiento.

Filial de Navantia en Australia

Esta estrecha relación con Australia, uno de los países que ha impulsado la renovación de su flota en la última década, hizo que Navantia abriera su primera filial internacional en el país oceánico. 

En las instalaciones de Sidney, visitadas por ABC, se encuentran los ingenieros que desarrollan como labor principal la de mantenimiento. Navantia también cuenta con instalaciones en Adelaida o Canberra.

«Tenemos un producto probado que cumple los requisitos. Ya hemos desarrollado el proyecto de los tres destructores AWD y contamos con esa experiencia. Estamos arraigados en Australia con una presencia local importante y contamos con gran credibilidad respecto al cliente; además las relaciones entre las armadas de España y Australia son magníficas», expone el director de Navantia Australia cuando es preguntado por las posibilidades de que el astillero español se haga con el contrato de estas ocho fragatas australianas frente a italianos o británicos.

Una escala importante en Arabia Saudí

Durante su despliegue, que comienza hoy, la fragata Cristóbal Colón también llevará a cabo otras escalas que bien pudieran ser consideradas de «diplomacia de defensa industrial». Una de ellas de producirá los próximos 20 y 21 de enero en el puerto saudí de Yeda.

Hay que recordar que Navantia se encuentra aún a la espera de certificar un contrato con el Gobierno de Arabia Saudí por el cual se construirían cinco corbetas y una base naval para la Armada de ese país del Golfo.

Además, en su tránsito de ida hacia Australia, la F-105 visitará los puertos de Bombay (India) o Singapur, países que tienen interés en renovar parte de su flota de guerra. En su regreso estival, la fragata española atravesará el Pacífico, por lo que circunnavegará la Tierra.

Así, realizará escalas en los puertos de Papeete (Polinesia francesa), Callao (Perú) y tras pasar el Canal de Panamá se dirigirá a Cartagena de Indias (Colombia). La duración de las escalas será de entre dos y tres días. Su regreso a la base de Ferrol se espera para la primera semana de agosto.

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