Ada Colau, en la noche electoral del 24 de mayo del año pasado, tras la que saltó a la Alcaldía de Barcelona
Ada Colau, en la noche electoral del 24 de mayo del año pasado, tras la que saltó a la Alcaldía de Barcelona - Inés Baucells
Política

Gracia, el barrio que votó masivamente a Colau y a los antisistema

Asfixiado ahora por la violencia de la extrema izquierda, hace un año su vecindario se volcó mayoritariamente en las urnas con la órbita de Podemos, las CUP y ERC

Madrid Actualizado: Guardar
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El barrio de Gracia anda achicharrado por la violencia radical, «okupa» y de corte ultraizquierdista. Vecinos y comerciantes echan cuentas de los cuantiosos daños de noches de incendiados disturbios, y miran a las autoridades. Gracia, el mismo barrio que hace un año, en las urnas, se echó en brazos de la izquierda radical, independentista y antisistema como nunca antes lo había hecho, rompiendo la tradición electoral de un distrito que en 2011, por ejemplo, copaba CiU. El mismo barrio en el que hace tan solo cuatro años el socialismo del PSC era segunda fuerza más votada y el PP figuraba -aunque cuarto- entre los primeros partidos en apoyo electoral.

En Gracia, el panorama electoral cambió rotundamente hace un año. La lista de la alcaldesa Ada Colau (Barcelona En Comú, franquiciada de Podemos) se aupó a un segundo puesto, a solo un puñado de votos de CiU.

Y ERC y las CUP se convirtieron en las otras dos fuerzas más votadas en las urnas de este barrio barcelonés, mientras retrocedía CiU. Y el PSC y el PP se hundían con menos de un 7% de apoyo electoral entre el vecindario.

Colau lleva días poniéndose de perfil tras noches de violencia de la izquierda antisistema y radical. Su actitud de pretendida equidistancia entre los violentos y quienes los padecen ha levantado ampollas. Ha llegado a apelar a la comprensión e implicación de las asociaciones vecinales para que «medien» con quienes les incendian las noches en Gracia; se ha esforzado por condenar a los protagonistas de los disturbios y ha llegado a pedir mesura a los Mossos cuando tienen que plantarles cara en plena batalla campal. Rebelión callejera en la que no han faltado rostros de las CUP, los antisistema independentistas a los que el mismo barrio aupó hace un año a los primeros puestos entre los más votados.

Las CUP, hasta el año pasado, eran una fuerza residual en las urnas de este barrio barcelonés. En las municipales de 2011 no cosecharon ni el 4% de votos en Gracia; el año pasado lograron casi el 12%, cuatro veces más que en 2011 y el doble de los que tuvieron el PP y el PSOE hace doce meses.

El voto de este distrito que acumula noches de sobresalto, de destrozos y disturbios callejeros, confió masivamente en Colau, ERC y las CUP. Entre los tres coparon la mitad de todos los votos emitidos en Gracia: un 23,89% la lista de la hoy alcaldesa; un 14,17% ERC, y un 11,67% las CUP.

Fue un trasvase de votos masivo en el vecindario entre dos citas electorales con tan solo cuatro años de diferencia: CiU perdió casi mil votos. El PSC, casi 5.000. Más de 2.000 el PP. Y, de esos alrededor de 8.000 votos que abandonaron a estos partidos, apenas 3.500 recalaron en Ciudadanos. El resto, prácticamente en su totalidad, se fueron a engordar a tres formaciones de izquierda radical, independentista o antisistema que, a su vez, agrandaron su base electoral con votantes que cuatro años antes habían optado por la abstención -votaron 7.000 más que en 2011-.

En las municipales de hace un año, en el barcelonés barrio de Gracia las CUP cosecharon casi 5.000 votos más que en 2011, ERC ganó unos 4.300, y la franquicia de Podemos que encabezó Ada Colau se estrenó con el apoyo de 13.370 votantes.

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