El presidente de la Generalitat, Artur Mas, con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro - INÉS BAUCELLS

La Generalitat acepta los controles de Montoro en privado mientras los critica en público

El Gobierno de Mas pidió información a Hacienda para cumplir sus condiciones

MADRID/ BARCELONA Actualizado: Guardar
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La distancia entre el comportamiento público y privado de los dirigentes de la Generalitat no ha dejado de ampliarse en las últimas semanas. El presidente del Gobierno catalán, Artur Mas, alertó el pasado martes al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de que «juega con fuego y se acabará quemando». Sin embargo, solo un día antes, la Generalitat envió un correo electrónico a Hacienda poniéndose a disposición del Estado y pidiendo información para poder presentar las facturas electrónicas de los proveedores exigidas por el Estado, según relatan fuentes del ministerio. Esta es una de las condiciones del Gobierno para continuar proveyendo de liquidez a la Generalitat.

El Ejecutivo de Mas pidió al Estado a principios de año 8.258 millones del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

Hacienda reparte este montante mes a mes. El actual pago mensual está supeditado a que, antes del próximo viernes, el Gobierno catalán se conecte al punto de entrada general de facturas electrónicas del Estado (el llamado FACe) para que Hacienda verifique los pagos pendientes de sus proveedores y a que el interventor de la Generalitat emita un informe favorable, confirmando que sus gastos no contravienen la legalidad vigente, algo que aún no ha ocurrido.

Anteriormente, Cataluña subía las facturas a su propia plataforma electrónica y los recibos no se limitaban a gastos en servicios públicos básicos. En las nuevas condiciones, Hacienda especifica los gastos considerados prioritarios para que la Generalitat utilice la liquidez de Hacienda. El objetivo es que no se destine dinero público a financiar el desafío soberanista.

Asimismo, la Generalitat espera el pago extraordinario del excedente del FLA, de 3.000 millones adicionales. En este caso, el interventor del Gobierno de Mas debe emitir otro informe antes del próximo lunes. Hacienda ha repartido en diez tramos la liquidez pendiente de pago a la Generalitat, según vaya cumpliendo los nuevos controles.

Doble comportamiento

El doble comportamiento de la Generalitat en público y en privado, coincide con la percepción de que el Gobierno catalán se encuentra partido entre quienes comienzan a ver con alarma el proceso de radicalización emprendido por Artur Mas y quienes siguen siendo fieles al presidente.

Entre los primeros está precisamente el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, de inicio profundamente comprometido con el plan soberanista, pero que en las últimas semanas, y ante el sesgo que tomaban las negociaciones con la CUP para la investidura de Mas, se ha alineado con el sector crítico del Ejecutivo catalán. A Mas-Colell se le atribuye una rotundo frase «¿pero ésto qué es?» cuando leyó por primera vez el contenido de la declaración de inicio del proceso pactada entre los antisistema y la CUP.

Frente a la postura de los consejeros alarmados, el presidente de la Generalitat en funciones sigue sin dar un paso atrás, insistiendo ayer en sus planes rupturistas. Aludiendo en particular a los condicionantes especiales puestos para el Gobierno para transferir fondos del FLA a Cataluña, Mas apuntó que no ve alternativa al independentismo. «El único plan B que tiene este país para sobrevivir y crear un proyecto propio que valga la pena es el movimiento soberanista», señaló Mas a Catalunya Ràdio. En este contexto, consideró que los requisitos impuestos para recibir el FLA son una «humillación» que confirma que «la autonomía tal como la habíamos conocido se ha acabado, no existe».

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