Senado
Francesc Antich, el socialista dubitativo
El expresidente balear, hoy senador autonómico, se ausentó de la Cámara Alta el viernes en la votación del 155
Si la duda fuera siempre un signo inequívoco de inteligencia, honestidad y sentido común, el socialista Francesc Antich (Caracas, 1958) sería posiblemente uno de los mejores políticos que ha dado Baleares en las últimas décadas, primero como presidente de la Comunidad en dos periodos distintos y hoy como senador autonómico. Antich es una persona inteligente, honesta y con sentido común, pero la valoración de su figura y de su trabajo sigue generando aún hoy una cierta controversia. Ayer mismo, por ejemplo, el exsenador socialista isleño Joaquín Bellón escribió en «Diario de Mallorca» un artículo muy crítico contra su compañero de partido, titulado «¿Qué hace Antich en el PSOE?».
Fiel a su manera de ser, hasta casi el último momento dudó Antich sobre qué hacer el pasado viernes, cuando la Cámara Alta debatió y votó sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Finalmente, como es sabido, tanto Antich como el expresidente de la Generalitat José Montilla se ausentaron del Senado en el momento de la votación. Si en el caso de Montilla no cuesta mucho entender sus posibles motivos, seguramente cuesta algo más en el caso de Antich. Habría que recordar tal vez que durante su juventud militó en la formación hoy soberanista Partido Socialista de Mallorca (PSM) o recurrir quizás a la célebre sentencia del filósofo francés Blaise Pascal cuando afirmó que «el corazón tiene razones que la razón no entiende».
La visión del exsenador Bellón hacia Antich en relación a su decisión del viernes no es tan benévola. En el artículo citado, señaló que «el expresidente de la Comunidad balear demostró con su conducta que está en el PSOE solo para utilizarlo como medio de vida». En esa misma línea, añadió que «su sencillez que tanto se encomió no ha resultado ser tal, sino simpleza, ausencia de complejidad analítica mental; y desde esa inanidad sus cálculos se limitan a simples reglas de tres para salvaguardar sus intereses personales». Esas supuestas reglas serían, para Bellón, «asegurarse en la próxima legislatura autonómica otros cuatro años más de prebendas hasta el jubileo feliz de los 65 años».
Antich, licenciado en Derecho, lleva tres décadas dedicado íntegramente a la política . Con anterioridad a su enfrentamiento con el popular Jaume Matas en tres elecciones autonómicas consecutivas, en 1999, 2003 y 2007, había sido alcalde del municipio mallorquín de Algaida, diputado autonómico o consejero insular de Medio Ambiente en el Consell de Mallorca. En los tres duelos electorales citados, el PP ganó los comicios en Baleares y el PSOE quedó segundo, si bien sólo en una ocasión —en 2003— logró Matas la mayoría absoluta. Esa circunstancia posibilitó que Antich pudiera ser presidente de la Comunidad entre 1999 y 2003, así como posteriormente entre 2007 y 2011, gracias a los acuerdos suscritos entonces por los socialistas con el resto de partidos isleños.
Apoyo de UM
En su primer mandato, Antich contó con el apoyo del PSM, Izquierda Unida, Los Verdes y Unió Mallorquina (UM), que en aquel momento lideraba Maria Antònia Munar , lejos aún de ser acusada y luego encarcelada por diversas causas de corrupción relacionadas con su larga etapa como presidenta del Consell de Mallorca. Esa época es hoy recordada porque en Baleares hubo por vez primera un «Pacto de Progreso» al frente de la Comunidad y también porque en 2002 Antich implantó —tras muchas dudas— el impuesto turístico conocido popularmente como «ecotasa». Un año después esa nueva tasa sería derogada por Matas, cuando relevó a Antich como presidente autonómico.
Pasados cuatro años, Antich relevó a su vez a Matas, en un segundo «Pacto de Progreso», conformado por el PSOE, UM y la coalición rojiverde BLOC, de la que formaban parte el PSM, Izquierda Unida, Los Verdes y Esquerra Republicana. Si el primer mandato de Antich no había sido especialmente plácido, el segundo no fue posiblemente mucho mejor. De hecho, en febrero de 2010 el entonces presidente balear expulsó —nuevamente tras muchas dudas— a los tres consejeros de UM que formaban parte de su Ejecutivo, por la acumulación de casos de corrupción que se iban sucediendo en el seno de la formación nacionalista. Antich gobernó más de un año en minoría , con la colaboración del PP en momentos puntuales.
Tras las elecciones autonómicas de mayo de 2011, se inició una nueva etapa política en la Comunidad, con el popular José Ramón Bauzá como presidente balear, la socialista Francina Armengol como líder de la oposición y Antich como nuevo senador autonómico, cargo que ha ocupado desde entonces. Antich ha podido ver a lo largo de esos años cómo Armengol relevó en 2015 a Bauzá al frente del Ejecutivo regional, gracias al apoyo de MÉS y de Podemos.
Artículo 155
El talante moderado de Antich cuando fue presidente de la Comunidad no está siendo seguido hasta ahora por Armengol, aunque no hay que obviar que hay un punto en el que ambos líderes socialistas coincidirían plenamente, que es en la potenciación del catalán en detrimento del castellano, tanto en los centros educativos como en la Administración. A ello habría que añadir ahora que Armengol nunca ha sido partidaria de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, si bien hay que reconocer que también se ha opuesto de manera inequívoca a una posible declaración unilateral de independencia por parte del Parlament.
Tanto MÉS como Podemos han expresado este lunes su satisfacción por la decisión de Antich de ausentarse el pasado viernes del Senado. Sea como sea, los dos socios de Armengol no suelen mostrarse casi nunca, a diferencia de Antich, especialmente proclives a la duda. Esa duda que, como afirmó el gran filósofo francés René Descartes, suele ser siempre «el principio de la sabiduría». Quizás, sobre todo, en la actividad política.
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