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Vídeo: Janaina y Marcos, una familia aparentemente normal - Atlas

La familia asesinada en su chalé de Pioz llegó a España hace más de tres años para regentar un restaurante

Los allegados a las víctimas aseguran que no tienen ningún tipo de relación con el mundo de la delincuencia

Madrid Actualizado: Guardar
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Los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Guadalajara continuaron ayer con las investigaciones para resolver el cuádruple crimen del chalé de Pioz (Guadalajara). La brutalidad de los asesinatos y la sangre fría demostrada por el autor o autores de las muertes hicieron pensar desde el principio en que se trataba de un ajuste de cuentas perpetrado por profesionales, quizá por encargo.

Sin embargo, de momento no se conoce que ninguna de las víctimas estuviera relacionada con actividades delictivas –no tienen antecedentes en España, ni tampoco constan, de momento, en su país de origen, Brasil–, y además el hecho de que el cabeza de familia alquilase la casa con su identidad verdadera y estuviera cobrando el paro tras trabajar en un restaurante de Alcalá de Henares hasta el pasado mes de abril tampoco cuadra mucho con alguien bragado en el mundo de la delincuencia.

Aunque la Guardia Civil ya conocía el pasado lunes la identidad de las víctimas, no fue hasta ayer cuando, a través de los medios de comunicación brasileños, trascendió. Se trata de Marcos Campos Nogueira y Janaína Santos Américo, ambos de 39 años, y sus dos hijos, una niña de cuatro años y un niño de uno, que nació en Madrid. La pareja era oriunda de João Pessoa, capital del estado de Paraíba, en el noreste del país, y el motivo de instalarse en España fue que Marcos recibió una oferta para regentar un restaurante en España.

«Absurdo»

Valfran Campos, hermano del cabeza de familia, se apresuró a a declarar a la televisión Globo que es «absurdo» insinuar que la pareja estuviera relacionada con el narcotráfico. No obstante, los investigadores de la Guardia Civil centran su investigación en el círculo social del matrimonio, en especial el el del cabeza de familia, porque creen que ahí está la clave para resolver el crimen. La razón es que las puertas y ventanas del chalé que la familia aquiló a mediados de julio en la calle Los Sauces de la urbanización La Arboleda de Pioz no estaban forzadas. Esto indicaría que las víctimas, o bien se confiaron y fueron sorprendidas por el asesino o asesinos –algo extraño porque según los vecinos eran muy reservados y celosos de su intimidad–, o bien los conocían.

Los vecinos de la zona tampoco han declarado que oyeran gritos o peleas, por lo que la hipótesis que cobra fuerza es que las víctimas no desconfiaron de sus verdugos. Lo que sí cree la Guardia Civil es que éstos ya se encontrarían fuera de España, porque no se iban a arriesgar a ser detenidos después de planificar todo para deshacerse de los cadáveres sin dejar rastro.

Los investigadores están en contacto con las autoridades brasileñas para poder delimitar también las actividades a las que se dedicaba Marcos Campos Nogueira en su país. El intercambio de información es fluido, por lo que se confía en que las pesquisas avancen poco a poco.

El cuñado de Janaína, Eduardo Braulio, dijo al portal G1 que sus familiares en Brasil no sospecharon nada porque «a veces se quedaban sin comunicación» durante un tiempo. Pensaban que, al haberse mudado recientemente al chalé de Pioz tras haber residido en un piso de Torrejón, todavía no habrían instalado internet en casa. Según Braulio, el padre de Janaína tuvo una subida de tensión por el fuerte shock que le provocó conocer lo ocurrido a través de los medios de comunicación. Los familiares se pusieron en contacto con el Consulado General de Brasil, que confirmó la identidad de las víctimas, mediando desde entonces el Ministerio de Exteriores de este país.

Contactos hasta junio

La tranquilidad de la familia asesinada se puede comprobar en sus perfiles de redes sociales, con las que mantenían hasta junio contacto frecuente con amigos y familiares. Los medios locales apuntan que algunos allegados tenían pensado emprender ayer mismo viaje a Madrid.

Un grupo de vecinos se concentró ayer a las puertas del Ayuntamiento de Pioz para recordar a la familia asesinada. El alcalde, Ricardo García, explicó a Efe que se habían acercado «bastantes vecinos» teniendo en cuenta que viven apenas 100 ó 200 personas fijas, mientras el resto son gente que tiene su «segunda residencia».

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