Doña Letizia se vuelca en gestos con Doña Sofía para zanjar el incidente de la catedral

Don Juan Carlos pasó la noche en la UCI tras ser operado con éxito de la rodilla derecha

Doña Letizia se apresuró a abrir la puerta del coche a Doña Sofía Efe

ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS

Dos misiones cumplidas: el Rey Don Juan Carlos fue operado con éxito de su rodilla derecha y Doña Letizia tuvo un cariñoso gesto con Doña Sofía a las puertas del hospital . De esta forma, la Reina mostraba en público su deseo de zanjar la polémica tras el incidente del pasado domingo, en el que Doña Letizia impidió que su suegra se sacara una foto con sus nietas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, tras la misa de Pascua en la catedral de Palma.

Ambas Reinas acudieron ayer muy sonrientes con el Rey a visitar a Don Juan Carlos, que permanecía en la UCI del Hospital Universitario de Sanitas en La Moraleja (Madrid), tras la intervención a la que había sido sometido por la mañana. Cuando llegaron al centro sanitario en un coche conducido por Don Felipe, Doña Letizia, que viajaba en el asiento del copiloto, se apresuró a bajar para abrir la puerta a Doña Sofía, y después, a la salida, volvió a repetir este gesto entre aplausos del público y vivas a las dos Reinas.

Vivas a las dos Reinas

Los tres –con Doña Sofía en el centro– posaron unos instantes a la entrada del hospital antes de visitar a Don Juan Carlos. Esta era la primera imagen de las dos Reinas juntas desde el incidente del domingo en la catedral de Palma. Una hora después, los tres Reyes abandonaron el hospital. A la salida, Don Felipe afirmó que la operación había ido «muy, muy bien, y estamos muy contentos con el equipo del doctor Gómez Cardero». Añadió que en la tarde de ayer Don Juan Carlos ya iba a «andar un poquito» porque estaba «empezando la rehabilitación» y que hoy «saldrá de la UCI» y «esperamos que baje a planta». Agregó que su padre estaba muy animado «porque va a ganar mucho en calidad de vida y de movimientos». A preguntas de los periodistas, sobre si esta operación permitirá a Don Juan Carlos caminar con autonomía, el Rey precisó que «el bastón viene más determinado por las caderas. Pero aun así va a ganar estabilidad y calidad de vida», dijo. Los tres abandonaron el hospital entre gritos de vivas. «Viva Doña Sofía», gritaron desde el público. «Viva Doña Letizia», añadieron otros. «Bueno, ¡vivan las dos!», agregaron.

Mientras, Don Juan Carlos pasó la noche en la UCI del hospital , después de que el equipo de Traumatología del Hospital La Moraleja, que dirige el doctor Primitivo Gómez Cardero, le reemplazara la prótesis que le fue implantada en la rodilla derecha en junio de 2011.

Según el parte médico facilitado por el hospital, la intervención duró 90 minutos, se desarrolló «con total normalidad y el resultado ha sido plenamente satisfactorio». El comunicado añadía que «los objetivos de la cirugía han sido restaurar la alineación anatómica y mejorar la estabilidad de la rodilla y la función articular». Además, agregaba que Don Juan Carlos permanecería «24 horas en la UCI del centro para su control postoperatorio». En la operación estuvo presente el jefe de los Servicios Médicos del Palacio de La Zarzuela, Miguel Fernández Tapia-Ruano.

La de ayer fue la novena operación a la que se ha sometido Don Juan Carlos en los últimos diez años y la segunda prótesis implantada por el doctor Ángel Villamor que ha habido que retirarle. La primera fue la de cadera, que le fue reemplazada por el doctor Miguel Cabanela en noviembre de 2012, tras sufrir una grave infección año y medio antes de la abdicación.

Esta nueva operación de Don Juan Carlos, la primera tras el relevo en la Corona, ha coincidido con un momento en el que había intensificado su actividad institucional, ya que a lo largo de este año se están organizando diversos actos con motivo de su ochenta cumpleaños.

Con la imagen del Rey y las dos Reinas juntas y con los cariñosos gestos de Doña Letizia a Doña Sofía en la puerta del hospital, terminó una de las semanas más complicadas para la Familia Real de los últimos años, después de que varios vídeos desvelaran el incidente del pasado domingo. Bastaron unos segundos de grabación para desencadenar una tormenta perfecta en uno de los momentos más delicados de la historia reciente de España.

El incidente obligó a intervenir al Rey, que puso fin al desencuentro. Pero en cuanto el vídeo salió a la luz el pasado martes y empezó a correr a toda mecha por internet, se abrió la caja de los truenos y estalló una ciclogénesis explosiva sobre Doña Letizia como nunca antes se había visto.

Por muy acostumbrada que estuviera a recibir críticas desde que, hace catorce años, el Heredero de la Corona se fijó en ella, lo vivido esta semana superaba todo lo anterior. En paralelo, se sucedían las adhesiones a Doña Sofía, con la que se identificaron miles de abuelas, de suegras y de madres, que no entendían por qué Doña Letizia no dejaba a la madre del Rey fotografiarse con sus nietas. Y es que la Reina consideraba que en ese momento estaban trabajando, y que después, en casa, tendrían tiempo para hacerse fotos personales con más tranquilidad. Para Doña Sofía, sin embargo, vida y oficio son la misma cosa.

La protección que Doña Letizia ejerce en sus hijas acabó provocando un episodio de tensión, pero además consiguió el efecto contrario, porque a partir de ese momento se empezó a cuestionar, por primera vez, la educación de la Princesa de Asturias . La niña, de doce años, al verse presionada por las dos Reinas y censurada por su madre, retiró en dos ocasiones la mano de su abuela, que la sujetaba los hombros.

Tras ese episodio, que ha tenido repercusión en medios de comunicación de medio mundo, la propia Doña Letizia se ha propuesto cerrar la brecha abierta en su imagen e intentar cambiar la percepción pública de su relación con Doña Sofía.

Ejemplo a seguir

En cualquier caso, el ejemplo a seguir lo tiene en la misma Familia Real. Si hubo un encaje de Reinas difícil a lo largo de la historia ese fue el de María Cristina, madre de Alfonso XIII, y su nuera, Victoria Eugenia. Cuando estalló la Gran Guerra en 1914, los hermanos de la Reina madre, que era austriaca, combatían en el bando germano, mientras que los de Victoria Eugenia, que era británica, luchaban con los aliados. Cuando el Príncipe Mauricio, hermano preferido de Victoria, cayó en los campos de Flandes, nadie consoló a la esposa del Rey mejor que María Cristina. Y cuando terminó la guerra con la derrota austro-alemana y se dispersó la dinastía Habsburgo, fue la Reina Victoria quien alivió la pena de su suegra.

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