La desconfianza política no enturbia una cooperación policial fluida

El «proceso» se mantiene pese a los atentados, dice Puigdemont

Saludo entre Rajoy y Puigdemont el jueves antes de participar en el acto de la Plaza Cataluña EFE
Àlex Gubern

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Máxima colaboración a nivel operativo, desconfianza total en lo político. El brutal atentado del pasado jueves en Barcelona se produjo en un momento de total distanciamiento en la relación entre el Gobierno y la Generalitat por los planes secesionistas del ejecutivo de Junts pel Sí, un abismo que no impide que la cooperación policial entre los Mossos d’Esquadra y el resto de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado sea fluida y se conduzca dentro de la más absoluta normalidad, según destacan a este diario prácticamente todas las fuentes consultadas.

En este sentido, el atentado del jueves ha puesto a prueba esta realidad. En este caso con el liderazgo de los Mossos d’Esquadra , fuentes del Govern recordaron que en el gabinete de crisis convocado de inmediato tras el atentado participaron tanto el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, como mandos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.

Al mismo gabinete de crisis se integraban ayer por la tarde el propio presidente Rajoy, la vicepresidenta Santamaría y el ministro Zoido. Si la foto de todos ellos, junto a los máximos representantes de la Generalitat y de todos los cuerpos policiales, simbolizaba esta unidad en un asunto clave como es la seguridad, la cooperación se produce a todos los niveles.

Información al Citco

Así, por ejemplo, y según ha podido saber ABC, a primera hora de la mañana de ayer el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) -organismo dependiente de la Secretaría de Estado de Seguridad, tras la integración del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA) y del Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado (CICO)- ya disponía de los nombres de los terroristas abatidos en Cambrils (Tarragona), una información facilitada por los Mossos prácticamente a la vez que la policía catalana lograba su identificación.

Según las mismas fuentes, la desconfianza entre gobiernos , que por ejemplo impidió que durante ocho años se convocase la Junta de Seguridad de Cataluña -finalmente se reunió el pasado 10 de julio-, no ha impedido que haya existido una efectiva «coordinación operativa» durante estos años, una relación de confianza entre cuerpos de seguridad que se extiende también al ámbito judicial, tal y como demuestran por ejemplo las numerosas operaciones coordinadas desde la Audiencia Nacional -contra el yihadismo muchas de ellas- con los Mossos como fuerza policial.

Aunque condicionada por los acontecimientos políticos, en el orden del día de la última Junta de Seguridad estaba precisamente la integración de los Mossos en el Citco -una exigencia de la Generalitat, especialmente a raíz del aumento de la alerta por la amenaza yihadista-, así como la creación de un grupo de trabajo para estudiar la inclusión de la policía catalana en el convenio de aplicación del acuerdo Schengen para poder realizar persecuciones fronterizas en caliente. Del mismo modo, se debía crear otro grupo de trabajo para analizar el procedimiento para habilitar a los Mossos en el sistema Siena de Europol de intercambio de información policial europea.

Ciertamente, y aunque el esfuerzo de los mandos de los cuerpos policiales es enorme para mantener una relación fluida, los acontecimientos políticos ponen a prueba esta voluntad. La pretendida celebración de un referéndun de independencia no ayuda precisamente a ello. Ayer mismo, el presidente Puigdemont aseguraba por ejemplo que los atentados del jueves no cambian la postura del Ejecutivo catalán respecto a la independencia, y tachó de «miserable» mezclar esto con la «prioridad de respuesta a la amenaza terrorista y a la atención de las víctimas».

«Muy desagradable»

« Todo se mantiene , no creo que tenga absolutamente nada que ver», respondió el presidente de la Generalitat en declaraciones a Onda Cero, recogidas por Ep, al ser preguntado sobre si cambiaría la postura del Gobierno catalán respecto a la independencia tras los atentados en Barcelona y Cambrils. Al respecto, y sobre las llamadas a abandonar el «sinsentido» independentista tras los atentados yihadistas, Puigdemont apuntó que «es muy desagradable que en un momento de dolor se aproveche para hacer una política de este nivel», añadió.

Asimismo, el presidente catalán manifestó que cuando él insistía «de manera muy expresiva» en que se convocara la Junta de Seguridad en Cataluña lo hacía por «esta eventualidad», al encontrarse España en un nivel de alerta terrorista de cuatro.

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