El Congreso pone en marcha la reforma que permitirá a Carmena gastar el superávit de Madrid

El Pleno aprobará hoy la toma en consideración de la reforma de la Ley de Estabilidad impulsada por Podemos

Pablo Iglesias durante su intervención este martes en el Congreso de los Diputados para impulsar la flexibilización del gasto EFE
Ana I. Sánchez

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La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena , está un poco más cerca de poder gastarse el superávit del consistorio gracias a que el Congreso aprobará este miércoles la toma en consideración de la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria impulsada por Podemos. Una iniciativa que ha logrado recabar los apoyos del PSOE, PNV, PDECat y ERC. La sensibilidad e importancia que tiene la reforma para los alcaldes españoles ha frustrado los esfuerzos del PP, que en los últimos días ha intentado apelar a la responsabilidad de sus socios en los Presupuestos para echar atrás el texto.

Presión de los alcaldes

Cualquier posible esperanza de frenar la reforma se esfumó ayer cuando el portavoz del Grupo Vasco, Aitor Esteban , confirmó su voto a favor del texto. Hizo, no obstante, un guiño al Ejecutivo apuntando a la introducción de modificaciones durante el trámite parlamentario. «Nuestra posición es contraria a la regla del gasto tal y como está. Habrá tiempo para presentar las enmiendas correspondientes», justificó Esteban antes de entrar en la Junta de Portavoces. Es más, consideró que el propio Gobierno «debería haber tomado la iniciativa y haber adoptado la regla de gasto» dado que fue aprobada en el peor momento de la crisis financiera y hoy España ha superado la crisis económica.

Con los votos del PNV, confirmados en el debate que tuvo lugar posteriormente en la Cámara Baja, el bloque de la izquierda se impondrá esta mañana sin problemas en la votación. Incluso Ciudadanos que el lunes anunciaba su voto en contra del texto, se replanteaba ayer el sentido del voto para contentar a los primeros ediles, a la vista de que el texto será aprobado. «Lo estamos estudiando, no es blanco y negro. Es entendible que los alcaldes pidan esa flexibilización cuando han cumplido sus compromisos más que otras administraciones pero también vemos que la regla de gasto se ha ido reformando. Nos parece importante atender a la ley y atender a criterios de equidad », subrayó el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, aunque finalmente decidió votar en contra.

Intervención de Madrid

El texto de la formación morada pretende que derogar la aplicación de la Ley de Estabilidad en todos aquellos ayuntamientos que estén saneados. Esto es, que tengan un reducido nivel de deuda -por debajo del 110 por ciento-, estén al corriente de los pagos a proveedores –pago de facturas antes de un mes- y no tener déficit presupuestario o presentar superávit. Precisamente, todos los criterios que cumple el ayuntamiento de la capital, hoy enfrentada a Hacienda por gastar su superávit sin permiso del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. El Fisco tiene intervenidas las cuentas del Ayuntamiento, después de requerirle varios ajustes que no se cumplieron. Si el Congreso aprobara la reforma en los términos propuestos por la formación morada, Carmena se vería libre de la intervención de Montoro.

Estrategia del Gobierno

Con la toma en consideración de esta tarde, el texto pasará a continuación a la Comisión de Hacienda para comenzar el trámite de enmiendas. Un proceso que el PP procurará retrasar lo máximo posible con la petición de sucesivas prórrogas. Es la misma estrategia que viene utilizando con las proposiciones de ley impulsadas por la oposición con su voto en contra. La reforma del Tribunal Constitucional o de la Ley de Secretos Oficiales, varadas en sus respectivas comisiones, son prueba de ello. La mayoría absoluta en el Senado le permitirá, además, vetar cualquier iniciativa y aunque la Cámara Baja no tiene poder de devolución sobre ninguna iniciativa aprobada en la Cámara Baja sí le permitirá alargar su tramitación.

Y en caso de que la aprobación sea inevitable, la vía que utilizará el Gobierno será la negociación de enmiendas para que el texto que se apruebe flexibilice el gasto de los ayuntamientos lo menos posible. En este camino volverá a apelar a sus socios en los Presupuestos pero también al PSOE. No en vano, el primer presidente del Gobierno que asumió las exigencias de déficit cero impuestas por Bruselas fue el socialista José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2010. Y fue éste el que buscó en 2011 el apoyo del PP para reformar la Constitución y establecer en la Ley de Leyes que el conjunto de las administraciones españolas no incurrirían en números rojos.

Contradicciones del PSOE

Aquella reforma fue apoyada por el actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que votó a favor de la misma como diputado raso que era entonces. Hoy, no obstante, considera un «error» aquella votación un error por lo que no será fácil para el PP atraer a los socialistas a su causa. Más aún con el placaje al que Podemos les somete por la izquierda, identificando la reforma del artículo 135 con la «ruptura» del pacto social previsto en la Constitución. De hecho, hace dos semanas el Pleno del Congreso aprobó una moción de los socialistas para instar al Gobierno a modificar la regla de gasto de las entidades locales. No tiene carácter vinculante para el Gobierno pero sirvió para demostrar que existe una mayoría política a favor de que la regla de gasto se flexibilice. Y que será muy difícil que el Gobierno pueda frenarla.

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