El final de la banda terrorista ETA

ETA confirma su «final» siete años después de haber sido derrotada

No pide perdón, ni alude al daño causado, ni colaborará con la Justicia y acusa a «los estados» de perpetuar el ciclo de la «violencia política»

Un establecimiento de Bayona (Francia) reclama el acercamiento de los etarras presos Ángel de Antonio
Laura L. Caro

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ETA está acabada desde que en 2011 dejó de matar y ayer lo reconoció públicamente. Lo hizo a su manera, a través de un comunicado difundido a las 14:05 de la tarde en el que habla del «final de su trayectoria» y del «desmantelamiento» total «del conjunto de sus estructuras» avanzada por escrito el día anterior, aunque avisa de que « los exmilitantes de ETA continuarán con la lucha por una Euskal Herria reunificada , independiente, socialista y euskaldun». «ETA da por concluida toda su actividad política» -proclaman en un intento de autoblanqueo y de deformación del relato- y no será más «un agente que manifieste posiciones políticas, promueva iniciativas o interpele a otros actores».

Una fundación suiza, el Centro Henri Dunant para el Diálogo Humanitario, «certificaba» en un acto ante prensa internacional en Ginebra la «autenticidad» del cierre de la organización, que desaparece tras haber protagonizado 853 asesinatos y 86 secuestros que han obligado a generar indemnizaciones cercanas a los 400 millones de euros.

El exdirigente José Antonio Urruticoechea Bengechea , «Josu Ternera» , huido de la Justicia desde 2002 y la etarra Soledad Iparraguire, «Anboto», fueron los encargados de poner voz a la versión difundida por audio de este testamento de ETA, que comprende apenas cinco párrafos en los que se oculta la acción asesina que ha durado 60 años y se apela al «Pueblo Vasco» desde una épica falsaria. «ETA nació cuando Euskal Herria agonizaba, ahogada por las garras del franquismo y asimilada por el Estado jacobino...», se narra.

Reparto de culpas

Como avanzó ABC, no hay mención a las víctimas , al arrepentimiento, a la colaboración para esclarecer los crímenes pendientes ni al daño causado. Muy por el contrario, sobre la teoría del conflicto inexistente que se han inventado , la banda dice que «desea» concluir «un ciclo caracterizado por la utilización de la violencia política» y culpa a «los estados» de obstinarse «en perpetuar dicho ciclo, conscientes -añaden- de su debilidad en la confrontación estrictamente política».

Más allá en las acusaciones de esa naturaleza fue el director ejecutivo del Centro Henri Dunant, David Harland, que en el acto de oficialización del cerrojazo etarra dio por sentada la existencia de una «confrontación» que ha sido «dura», y que según él, «también vio torturas de algunos detenidos por presuntamente apoyar a ETA y el asesinato de sospechosos de ETA por parte de mercenarios dirigidos por algunos miembros del Estado». En otros momentos de su discurso se refirió al Estado español y el Estado francés, cuya exministra de Justicia, Christine Taubira, estaba sentada entre los invitados.

El mismo Harland transmitió los datos de la banda según los cuales el 93 por ciento de sus militantes, la mitad de los 3.000 que han participado en el proceso decisorio , han aprobado «dar por concluido su ciclo histórico y función». En el comunicado se dice que ahora será «clave» materializar «el derecho a decidir» y que la organización finaliza «para favorecer una nueva fase histórica. «ETA surgió de este pueblo y ahora se disuelve en él», terminan.

El comunicado, según las fuentes antiterroristas consultadas por ABC, era el esperado. Con él la banda intenta tener un final algo más digno de cara a sus militantes y a sus bases , después de que la acción de las Fuerzas de Seguridad, los servicios de Inteligencia, la Justicia, la unidad de los demócratas y la colaboración internacional desmantelaran una por una todas sus estructuras hasta dejar a la organización con apenas una veintena de miembros activos, sin ninguna experiencia ni prestigio y sin capacidad tampoco para plantearse cualquier tipo de acción.

Nada cambia

Las armas, además, o han sido intervenidas o están inservibles por el paso del tiempo, de modo que un comunicado como el de ayer no cambia absolutamente nada. ETA es un cadáver ; lo era en 2011 y lo seguía siendo ayer, a pesar de que con su presunta disolución voluntaria haya querido tener -y dada la repercusión obtenida quizá lo haya conseguido- su último «minuto de gloria».

Las fuentes de la lucha contra el terrorismo consultadas advierten, en cualquier caso, de que las investigaciones sobre la banda terrorista ETA no se cierran y basta recordar en este sentido que la Audiencia Nacional tiene abierto un procedimiento por delitos de lesa humanidad contra varios dirigentes etarras, entre ellos, por cierto, Josu Ternera, que junto a Anboto, leyó también el comunicado de ayer.

Pero la defunción de ETA contará hoy con un segundo capítulo en Cambó, una pequeña localidad situada al sur de Francia. Será al mediodía, donde habrá un acto al que asistirá una representación internacional, en la que participarán, entre otros, el abogado surafricano Brian Currin , el alcalde de Bayona, Jean René Etchegaray o el expresidente del Sinn Fein, Gerry Adams .

El motivo de este encuentro es levantar un «acta notarial» de su desaparición como organización. A la cita no acudirán los gobiernos del País Vasco y Navarra, aunque por la tarde sus presidentes, Íñigo Urkullu y Uxúe Barkos , harán una declaración conjunta en la localidad navarra de Señorío de Bertiz. Sin embargo, a Cambó sí acudirán representantes de los partidos vascos, con excepción del PP y PSE.

El acto, diseñado a imagen y semejanza de la llamada Conferencia de Ayete, celebrada el 17 de octubre de 2011 en San Sebastián, ha sido organizado por el Grupo Internacional de Contacto (GIC), que lidera Currin, el Foro Social Permanente y la asociación vascofrancesa Bake Bidea.

Los organizadores han cursado invitaciones a todos los que participaron en aquella reunión, en un intento de cerrar el proceso de desaparición de ETA con un evento de igual rango, aunque finalmente será de perfil más bajo, ya que no estará quien fue la personalidad más relevante en la cita de San Sebastián, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan.

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