ENTREVISTA

Comandante Marcos: «Los padres de Diana Quer querían saber cómo estaba el cuerpo de su hija»

Ha sido el guardia civil encargado 16 meses de dar noticias y consuelo a Juan Carlos y a Diana. Le tocó anunciarles que su hija estaba en un pozo

Vídeo: El ADN Confirmaba la semana pasada que el cuerpo hallado era el de Diana Quer ATLAS
Cruz Morcillo

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Sintió una mezcla de pena y alivio cuando una cámara submarina les mostró el cuerpo de Diana Quer la madrugada de Nochevieja. «Pese a la tristeza me reconfortó poder cumplir lo que les había dicho a los padres casi desde el principio, que la encontraríamos». Habla el hoy comandante Arturo Marcos , capitán de Policía Judicial de La Coruña cuando desapareció la joven madrileña y desde la primera semana -hace ya dieciséis eternos meses- interlocutor de Juan Carlos Quer y de Diana López-Pinel. Su implicación con ellos ha sido tan intensa que ha seguido ejerciendo ese papel hasta ahora, pese a que desde julio no está destinado en Judicial. Una anomalía en el servicio, acordada para no romper ese cordón umbilical tan frágil. Es el «hombre tranquilo», de ahí que haya aguantado el durísimo pulso de sostener la confianza de los Quer en la Guardia Civil. No solo él, pero también gracias a él.

-¿Qué ha sido lo más difícil?

-Todo ha sido difícil, momentos muy duros en los que te tocaba ponerte en su lugar, comprender esa situación. Las fechas... y el final.

-¿Cada cuánto hablaba con ellos?

-Con Juan Carlos el contacto posterior no era tan frecuente como al principio donde nos veíamos y hablábamos todos los días. Con Diana todo el tiempo ha sido casi diario; diario.

-¿Ha pasado 16 meses hablando a diario con una madre?

-Sí. Fácil no ha sido. A día de hoy va más allá de una relación de trabajo. Yo no les llamaba, a no ser que tuviera algo que contarles. Atendía todas las llamadas de ellos, de Diana sobre todo. Quería saber cómo estaban las cosas. Creo que muchas veces le tranquilizaba hablar conmigo. Soy una persona tranquila. Le transmitía la casi seguridad de que iba a salir.

-¿Por qué tenía esa certeza?

-El trabajo desde el principio estaba muy bien hecho y era cuestión de tiempo que todo el análisis de datos diera resultados. He podido ser el interlocutor porque había muchos compañeros trabajando para que el caso saliera adelante.

-¿Han sabido los padres que había un sospechoso concreto?

-Se les ha dicho cuando hemos tenido una línea de investigación más clara o cuando se ha descartado. En el último caso, lo saben desde el principio pero teníamos un montón de trabajo porque nuestra prioridad era encontrar a Diana. Ellos nunca nos han presionado y entendían que el trabajo llevaba tiempo. Sabían que había una línea de investigación, no que había una persona concreta.

El comandante Marcos explica que Juan Carlos y Diana estaban al tanto de que había ocurrido algo esa última semana (el suceso de Boiro, pero sin saber qué era) y, por tanto, se habían acelerado los plazos. Diana le llamó para preguntarle si era cierta la filtración que se publicó. Marcos le dijo que sí y que la mantendría al tanto, como siempre. En cuanto supo que El Chicle estaba detenido telefoneó a ambos: «Hemos detenido a dos personas relacionadas con la desaparición de Diana»., les contó. «Me preguntaron que si iba a haber más detenciones y algunos detalles, el perfil de la gente. No se derrumbaron, ya estaban preparados. A partir de ese momento les dije que yo les contaría cada cambio puntual en la investigación».

Cuenta Marcos que en su trato con los Quer él no ha vivido la tensa situación familiar que se reflejaba en los medios. «Lo único que he tenido que duplicar. Contarles lo mismo a cada uno. Les daba idéntica información a los dos». A este enlace de verde, a quien el coronel Jambrina felicitó expresamente en la rueda de prensa por este papel, no hay quien lo mueva de esa posición que transpira la empatía con unos padres a los que les han arrancado la vida.

Les anunció la detención de El Chicle y de su mujer nada más producirse, les fue informando de cada novedad en las siguientes horas. El sábado al mediodía descolgó el teléfono y les dijo primero a uno y luego al otro que el detenido había reconocido que atropelló a Diana. «También les dije que no nos lo creíamos. Ya no volví a llamarlos hasta que no tuvimos el cuerpo porque él contó otros dos sitios y no podía darles esa información que sabíamos que era falsa». Un poco antes de las cinco de la madrugada, cuando la cámara recogió la imagen de Diana en el pozo, les llamó. «Estaban dormidos. Fue un momento de shock. Los dos me preguntaron que cómo estaba su hija, que si estaba mal. También les expliqué que la apariencia y la constitución eran las de Diana (...) Cuando sacamos el cuerpo les volví a llamar. Son unos señores, muy educados que han respetado cualquier dato comprometido. Ahora están esperando velar a su hija, enterrarla y descansar».

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