poster Vídeo
Los integrantes del equipo negociador del Partido Popular - EFE

PP y Ciudadanos pactan cambiar la elección de jueces del Poder Judicial

Acuerdan que 12 de los 20 miembros del CGPJ sean elegidos por jueces

El contacto entre Rajoy y Rivera impulsa el acuerdo, ahora inminente

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

PP y Ciudadanos han acordado modificar el sistema de elección de doce de los vocales del poder judicial, según confirmaron a última hora del día de ayer fuentes de los equipos negociadores de ambos partidos. En una negociación de la que se conocen muy pocos contenidos concretos, se trata de la reforma más relevante que se ha podido confirmar. Se trata de una de las propuestas en las que más insistía la formación de Albert Rivera, que llevó esta propuesta en su programa para las elecciones del 26 de junio. El PP ha aceptado una fórmula que llevó en su programa electoral de 2011 aunque finalmente no la aplicó.

Si el pacto cristaliza y la reforma se lleva a cabo, doce de los veinte vocales del Consejo General del Poder Judicial serán elegidos por jueces y magistrados.

Los ocho restantes los seguirá eligiendo el Congreso y el Senado porque así lo establece la Constitución. Sin embargo, desde el equipo negociador del PP se trasladaba en la noche de ayer que «o hay acuerdo completo o no hay ninguna propuesta». A su vez desde Ciudadanos se aseguraba que el asunto seguía siendo «difícil» y que quedaban demasiados flecos por concretar para poder hablar de acuerdo inminente.

Pero en el día de ayer se consumaron avances importantes, siempre con el PP presentando el lado más optimista y con Ciudadanos calificando de «insuficientes» los avances que se produjeron desde la noche del jueves, cuando los populares comenzaron a poner cuantificación económica a las medidas parcialmente acordadas, como le exigía Ciudadanos.

La formación de Rivera entiende como un éxito la reforma del CGPJ, y lo hace porque sabe que por el camino se va a dejar importantes cuestiones importantes para ellos. Desde la formación naranja confirmaron en la noche de ayer a ABC que siguen intentando lograr del PP una reforma profunda de las diputaciones y el Senado, pero la sensación que se trasladaba a este respecto no era muy optimista. Por el contrario, se aseguraba que en el ámbito económico y social sí se iba a dejar sentir la huella de Ciudadanos. Por ejemplo, se confirmó el PP habría aceptado una reforma del marco laboral para caminar hacia la simplificación de contratos. La formación renuncia al contrato único, como hizo en la negociación final, pero detalles todavía por cerrar podrían determinar que se pueda considerar un éxito para los de Rivera, que aseguraban ayer que la reforma pondría el acento en penalizar la temporalidad y premiar la estabilidad de los contratos.

Los equipos negociadores de PP y Ciudadanos utilizaron ayer todas las estrategias a su alcance para forzar al contrario a ceder en sus posturas. Si los de la formación naranja se mostraban pesimistas y hablaban de un acuerdo aún lejano, desde el PP aseguraban estar «bastante mejor que ayer» y prometían «un fin de semana con buenas noticias». Una vez limada la mayor de las diferencias entre ellos, la cifra en que se cuantifican las medidas sociales propuestas por Ciudadanos, ya se comenzaba a especular con el momento de la firma del acuerdo. Será con toda seguridad el domingo o el lunes.

De hecho, no se descartaba anoche que Rajoy aprovechara esta mañana el acto que tiene programado en Cotobade (Pontevedra), su tradicional inicio de curso político, para hacer alguna referencia a la firma de dicho acuerdo con la formación naranja.

La reunión comenzó a las once, como todos los días, y se prolongó por la tarde. Ambas delegaciones contaban con el «empujón» moral que les supuso la comunicación entre Rivera y Rajoy, un SMS en el que el primero manifestaba su preocupación por la falta de concreción presupuestaria de los acuerdos propuestos, mientras que el segundo le tranquilizaba a la vez que resaltaba las limitaciones económicas que venían impuestas por el compromiso de cumplimiento del déficit.

El balance que hacía el vicesecretario de Organización de los populares, Fernando Martínez-Maillo, a primera hora de la tarde era de «moderado optimismo». Estaba convencido de que el martes, al inicio del pleno de investidura, «nos presentaremos como mínimo con 170 escaños»: los suyos, más los de Ciudadanos y Coalición Canaria.

El asunto que ha generado más tensión a lo largo de las negociaciones ha sido la cuantificación de las propuestas de los de Rivera. Una cifra que el PP no puso sobre la mesa hasta la madrugada del viernes, y que fue subiendo paulatinamente a medida que avanzaba la jornada, hasta alcanzar el punto en el que los dirigentes de Ciudadanos se consideraron «satisfechos» con el acuerdo.

Martínez-Mailo dejó claro en cada intervención de los últimos días que la postura del PP se había endurecido respecto a las pretensiones de Ciudadanos en la medida en que lo que estaban negociando no era un acuerdo de gobierno sino uno de investidura. El primero, venían a decir, habría comprometido medidas más contundentes, porque también suponía un mayor compromiso de los «socios» de la formación naranja con los populares.

Avance en lo económico

Por la mañana José Manuel Villegas celebraba que en la noche del jueves el PP pusiese cifras encima de la mesa, aunque el número dos de Ciudadanos, calificó la propuesta popular como «insuficiente».

Según aseguraron a ABC fuentes de la dirección del partido este aspecto fue solventándose a lo largo del día. Superada la media tarde se apuntaba incluso a que la financiación del plan social que Ciudadanos reclama se acercaba a lo que podían considerar satisfactorios.

En la formación naranja son conscientes de que su posición negociadora presenta debilidades, y que su intención de no comprometerse con el PP, más allá de la investidura complica que los populares se abriesen a lograr más reformas. El avance a lo largo del día de ayer fue indudable, pero el propio Villegas dio a entender que su partido no podría mantener sus posiciones al señalar «que peso» tendría los acuerdos en materia institucional para decidir si finalmente se firmaba el acuerdo. Aunque todavía existen muchas incertidumbres respecto al contenido final del texto, el pacto está encaminado.

Ver los comentarios