Caso Diana Quer

El Chicle amenazó a su cuñada con tirarla a un pozo antes de violarla

Sus cuñados justifican sus mentiras iniciales en el «temor a represalias» de Abuín

El Chicle, el pasado 31 de diciem bre, tras un registro en su domicilio EFE / El Chicle tiene predilección por las "«óvenes morenas de cabello largo»
Cruz Morcillo

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«José Enrique sacó un cuchillo y obligó a mi hermana a ponerse un picardías, amenazándola con que si no mantenía relaciones sexuales con él la mataría y la tiraría a un pozo para posteriormente violarla». Son palabras de Elena Rodríguez Fraga, cuñada de José Enrique Abuín, «el Chicle», durante la declaración prestada en el cuartel de Padrón el pasado 29 de diciembre, un par de horas después de la detención de este y de su mujer Rosario por la desaparición de Diana Quer.

La testigo respondía así a las preguntas de los investigadores sobre la agresión sexual denunciada por su otra hermana, Vanesa, gemela de Rosario en 2005. Los agentes trataban de demostrar el «patrón de conducta» seguido por el Chicle en las tres agresiones que se le atribuyen y que constan en el atestado entregado al juez. La de Elena Rodríguez es la única declaración en la que se menciona un pozo. Esa testifical tuvo lugar cuarenta horas antes de que Abuín llevara a la Guardia civil hasta la nave de Asados en cuyo interior hallaron el cadáver de Diana en el fondo de un antiguo aljibe.

La versión del gasóil

Elena Rodríguez reconoció que ella y su marido habían mentido cuando testificaron un año antes (el 5 de diciembre) en el puesto de la Guardia Civil de Boiro. Entonces contaron que José Enrique y Rosario habían salido juntos la noche del 21 de agosto de 2016 para robar gasoil. Ellos y su hija de tres años vivían ese mes con su hermana Rosario, con el Chicle y con la hija de la pareja en la misma casa. «No sabíamos lo que había sucedido realmente esa noche pero accedimos a contar la versión que nos había pedido José Enrique que contáramos», dijo la testigo.

Su marido, Adrián Castroagudín, fue más allá y dos horas después contó que cuando iban al cuartel de Boiro los llamó Abuín para que se vieran antes en una zona próxima. Les dijo que si la Guardia Civil les preguntaba por la noche de la desaparición de Diana tenían que decir que aquella noche él y Rosario habían salido juntos para robar gasóil . «Primero pensé en negarme a declarar para no tener que mentir, pero luego accedí a contar la versión de Enrique por miedo a posibles represalias» porque antes «había sufrido amenazas graves por parte de José Enrique».

Con esas dos primeras declaraciones los investigadores tenían la base para empezar a desmontar las mentiras de Abuín, sostenidas también por su mujer, Rosario. Al día siguiente, detenida en la Comandancia de La Coruña, ella lo dejó igualmente sin la coartada de la salida conjunta para sustraer combustible la noche en la que Diana tuvo la mala fortuna de cruzarse con el depredador.

Los agentes dedicaron la última parte del interrogatorio a Elena Rodríguez y a su marido a determinar qué sabían los miembros de la familia sobre la violación del Chicle a Vanesa, la gemela de Rosario, cuando ambas eran aún menores de edad. Abuín fue detenido por esos hechos el 17 de enero de 2005 y, según consta en la denuncia interpuesta por la víctima y en el atestado de la Guardia Civil, era la tercera vez que la agredía. En julio del año anterior, le tocó un pecho contra su voluntad y el 20 de diciembre la violó por primera vez. Tres semanas más tarde repitió la agresión, llevándola con engaños a un descampado en su coche, y fue cuando la joven lo denunció. «Me dijo que por chivata me pasaba eso» (había contado a Rosario que su marido la había manoseado). La menor describió con detalle las agresiones y vejaciones, así como la amenaza posterior. «Me amenazó con que si lo contaba mataba a mi hermana y a mi sobrina y luego se mataría él». No habló del pozo, como sí hizo su hermana Elena.

Absuelto por falta de pruebas

A Elena se lo contó nada más llegar a su casa. «Vanesa ha sufrido muchísimo. Sigue manteniendo firmemente que los hechos ocurrieron y, pese a que José Enrique fue absuelto por falta de pruebas, también creo que ocurrió como ella lo relata», sostuvo la testigo. Rosario, en cambio, dijo que su marido siempre se lo había negado y aseguró contradiciendo a su hermana Elena que ésta creía que no era cierto.

Su marido Adrián también estaba al tanto de la violación e, incluso, aportó más detalles. Explicó que su mujer y su cuñada Vanesa seguían insistiendo en que los hechos ocurrieron como se denunciaron y él también lo creía. «En una ocasión Eugenio (otro hermano de su mujer y de las gemelas) me confesó que estando mariscando con José Enrique, éste le confirmó que había violado a Vanesa, pero Eugenio nunca se atrevió a contarlo puesto que también tenía miedo a posibles represalias», declaró ante la Guardia Civil. Cuando le preguntaron si quería aportar algo más, se despachó así: «José Enrique es una persona que constantemente está contando mentiras , llegando al punto de modificar los tiempos y los recorridos de las carreras atléticas que realiza para conseguir mejores resultados».

Eugenio Rodríguez, el hermano de las tres, explicó que desde aquel día su hermana Vanesa cambió y se volvió «más agresiva y arisca». Cuando habló con Rosario sobre lo ocurrido esta mantuvo que «todo era mentira, que lo habían inventado sus hermanas para que ella no mantuviera una relación con José Enrique». La familia habla de dependencia emocional del Chicle. Contó a su círculo que iba a dejarlo tras aparecer el cadáver de Diana, pero ya ha ido a verlo a prisión.

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