El caso Espinar distancia a Iglesias y Garzón

La polémica v enta del piso de protección oficial de Ramón Espinar, el hombre de confianza de Pablo Iglesias para dirigir Podemos en Madrid, está ocasionando al líder de la formación más problemas internos de los que en un prinicpio podría imaginar.

Además de inclinar la balanza a favor de la candidatura errejonista para Madrid encabezada por Rita Maestre, el caso Espinar amenaza con aumentar la distancia interna en el grupo parlamentario Unidos Podemos entre los miembros de Izquierda Unida -que condenan la actuación de Espinar- y los afines a Iglesias. Un equipo que, según dijeron los parlamentarios de IU al principio de la legislatura, no está trabajando codo con codo.

La primera prueba de la distancia que ha abierto el caso la ha ofrecido esta mañana el líder de IU en persona, durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados.

Sin ambages, Alberto Garzón ha censurado al secretario general de Podemos ante la prensa, considerando «profundamente injustas» sus descalificaciones hacia el anterior número uno de IU, Cayo Lara, al que acusó de «miseria moral» por afear la conducta de Espinar.

«No debían haber tenido lugar», ha reprochado Garzón, defendiendo que «las diferencias políticas tienen que articularse con argumentos políticos». El líder de IU ha confesado a la prensa que ayer mismo dio a conocer su malestar al propio Iglesias, para evitar que se enterara por la prensa. «No compartimos ni sus formas ni esa manera de referirse a compañeros de otra formación por más discrepancias políticas que existan», ha subrayado.

No obstante, Garzón no ha querido echar más leña al fuego y ha evitado condenar la operación inmobiliaria de Espinar coinicidiendo con Iglesias en que es fruto de una campaña orquestada en su contra.