La cárcel en Bélgica: superpoblada, poco transparente y protagonista de sonados escándalos

El sistema penitenciario belga presenta peores condiciones que el español, sobre el que la Fiscalía de Bruselas solicitó información en relación al caso Puigdemont

Interior de una de las celdas de la prisión de Lantin, en una imagen de 2016 ALAIN ONKELINX
Enrique Delgado Sanz

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La petición de información de la Fiscalía belga acerca del estado de la prisión a la que acudiría Carles Puigdemont en caso de ser extraditado a España puede responder a diversas estrategias. Hay quien piensa, por ejemplo, que la Justicia belga pretende adelantarse al abogado del expresidente catalán , que -como buen conocedor de las artimañas judiciales- podría esgrimir en defensa de su cliente que las cárceles españolas no estarían en condiciones óptimas para recibirle. Sin embargo, quizá ese interés responda a una preocupación más mundana fundada en el estado del sistema penitenciario de Bélgica, donde algunas cárceles han sido señaladas por las malas condiciones que ofrecen a los presos.

A mediados mayo del año 2016, Alain Onkelinx , diputado socialista de Valonia, lanzó una alerta a través de su cuenta de Facebook. En una escueta pero contundente publicación, Onkelinx denunció a través de varias imágenes las «apocalípticas condiciones» que, a su juicio, tenían que soportar los presos en la cárcel de Lantin, cercana a la conocida ciudad de Lieja.

«No tiene detección de incendios. Las condiciones de detención son deplorables . Las condiciones de trabajo de los guardianes también lo son. ¿Cuándo se va a mover el Gobierno?», expuso el político entonces.

Justo allí, también el año pasado, un presidiario de la cárcel belga falleció tras una pelea con otro interno que los funcionarios, en servicios mínimos debido a que por aquel entonces estaban en huelga, fueron incapaces de detener. El fallecido sufrió heridas punzantes realizadas con un tenedor y también recibió varios golpes con una silla.

Falta transparencia

El proyecto «Prison Insider» , impulsado por el fundador del Observatorio Internacional de Prisiones (OIP), Bernard Bolze, compara aspectos clave de los sistemas penitenciarios de numerosos países del mundo. Ofrece datos como los encarcelados por cada 100.000 habitantes en cada lugar, el ratio de ocupación en sus prisiones y otros datos, como el número de muertos en las cárceles en virtud de la información que ofrecen los propios Estados.

Gracias a esta iniciativa es posible contraponer la situación de las cárceles entre Bélgica y España. Al establecer la comparativa, resulta llamativo que el sistema carcelario nacional ofrece, de partida, mucha más información que el belga, que se ciñe a los datos más básicos y protocolarios. Es decir, tasa de ocupación de las cárceles y poco más.

En este sentido, mientras en España el nivel de ocupación de las cárceles es del 84%, en Bélgica existe un problema de superocupación con un 109,6%. Traducido: donde tiene que haber 100 presos casi hay 110. Y hasta ahí.

Poco más se sabe del sistema de prisiones belga, que no ofrece a «Prison Insider» ningún dato más, al contrario que en el caso España, donde se puede conocer que hay 40 funcionarios por cada 100 reos, el porcentaje de los presos que trabajan o la tipología de la población encarcelada.

En comparación con la de Lantin, en Bélgica, la cárcel de Estremera, en Madrid, no parece tan mala.

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