Los barones cierran filas con Sánchez hasta las elecciones

El líder les citó ayer en Ferraz para transmitir unidad y en el Comité Federal tratará de «enchufar» al PSOE en la campaña

Madrid Actualizado: Guardar
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El PSOE cierra hoy una segunda semana de precampaña aciaga, que comenzó con el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, reabriendo el lunes el debate sobre el liderazgo de Pedro Sánchez; siguió el martes con el empeño del presidente valenciano, Ximo Puig, en que el PSPV fuera en una lista al Senado con Podemos y Compromís, pese al rechazo del resto del partido; y acabó el jueves con la presentación de la número dos por Madrid, la veterana Margarita Robles, empañada por el portazo de Luz Rodríguez y el consiguiente «ruido».

Todos en el partido empiezan a ser conscientes de que la división comienza a ser muy peligrosa no ya para el futuro de Pedro Sánchez sino el de la sigla —algunas encuestas alertan de que Podemos-IU puede ganar a los socialistas el 26-J—.

Por eso, al secretario general le resultó relativamente fácil convencer a los barones para que se reunieran con él anoche en Ferraz y dar así una imagen de unidad que tendrá continuidad hoy con Susana Díaz como «telonera» en la presentación de la candidatura a la Presidencia del Gobierno en Móstoles (Madrid).

El 29 de abril no fue posible

Hace dos semanas, en la víspera del Comité Federal del 30 de abril, esa cita tradicional previa no fue posible dado el enfrentamiento porque Eduardo Madina ocupara un puesto mas alto en la candidatura por Madrid. Un enfrentamiento artificial, como muchos de los que aquejan a ese partido —Madina ya había aceptado el siete—, pero revelador del clima nocivo que vive el PSOE. Fue un Comité Federal de trámite, para dar el pistoletazo de salida a la campaña, y muchos dirigentes territoriales no acudieron. Los que lo hicieron, como Susana Díaz o Javier Fernández, ni hablaron a puerta cerrada, pero sí lo hizo aquel 30 de abril Sánchez para denunciar que «la herida del PSOE se llama división».

Lo ocurrido en esta semana con la reapertura del debate sobre el liderazgo —que la propia Susana Díaz zanjó en minutos— y el espectáculo de la lista con Podemos no ha hecho sino corroborar su tesis. Anoche, ni el extremeño Guillermo Fernández Vara ni Ximo Puig, los dos barones que han estado en el origen de las polémicas de esta semana se acercaron por Ferraz, donde todos empezaron a escenificar la balsa de aceite que quieren sea la cita hoy en Móstoles.

Por no haber, ayer no hubo en Ferraz siquiera pelea en la Comisión Federal de Listas. Sólo una testimonial abstención de los representantes de Andalucía, Antonio Pradas y Juan Cornejo, cuando la Dirección Federal impuso sus candidatos en Palencia, Orense y León por encima de los que proponían las ejecutivas provinciales -todos eran del sector crítico-. Y en Madrid el secretario general aceptó subir a la feminista Ángeles Álvarez hasta el puesto cuatro de la candidatura, en lugar del ocho que la dejó fuera del Congreso el 20-D. Además, el PSPV retiró la candidatura conjunta con Podemos sin gran enfrentamiento para no tensionar el Comité Federal de hoy.

«Autonomía» estratégica

En el PSOE hay un rechazo primario a la formación de Iglesias por su comportamiento con los socialistas en estos seis meses, pero en el rechazo a la candidatura valenciana hay además una estrategia defensiva: «Somos un proyecto autónomo», dicen todos, ante el temor a verse sobrepasados el 26-J por Pablo Iglesias. No obstante, Sánchez, en una entrevista que hoy publica El Periódico, advierte: «Nunca vetaré a ninguna fuerza del cambio. El 26-J, si hay opciones, volveré a tender la mano a Podemos…».

Hoy, en el acto de Móstoles, el líder socialista quiere poner de manifiesto que oel cambio lo protagoniza el PSOE o no habrá. Una forma de combatir el temor a un adelanto en las urnas que ya el 20-D asomó en el resultado (90 escaños frente a 69 de Iglesias). Recordará que su partido ha sido protagonista de los cambios en España en estos 40 años y llamará a los jóvenes a confiar en la «experiencia» del PSOE.

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