José María Aznar, en un evento del Instituto Atlántico de Gobierno
José María Aznar, en un evento del Instituto Atlántico de Gobierno - IGNACIO GIL

Aznar se divorcia del PP tras una tensa convivencia política

Comunicó ayer a Rajoy que deja la presidencia de honor del partido, pero mantiene el carné

Madrid Actualizado: Guardar
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El equilibro era imposible. José María Aznar telefoneó ayer al presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, para comunicarle su firme intención de abandonar la Presidencia de Honor del partido que presidió durante catorce años y con el que gobernó España durante dos legislaturas (1996-2004). En la conversación, que fue extensa y «de buen tono», según fuentes del Ejecutivo y del partido, Aznar razonó a Rajoy, de viaje en Nueva York, sus motivos formales para la separación que, aunque se presente amistosa, acumula capítulos de traumático divorcio.

En una carta hecha pública por la tarde, Aznar asegura que la desvinculación jurídica formalizada en octubre pasado entre la fundación FAES y el PP «aconseja» su renuncia a su puesto honorífico en Génova, donde se reconoce que la voz crítica del expresidente era altamente incómoda.

«Ningún patrono de FAES ocupa cargo alguno, ni tan siquiera honorífico, en niniguna formación política. Como presidente de FAES no deseo ser una excepción», fue el argumento principal esgrimido por Aznar, quien mantendrá, no obstante, su carné de militancia en el Partido Popular.

«Otras consideraciones»

Sin embargo, no se puede obviar la tensión que ha marcado la convivencia política entre Aznar y Rajoy desde que el primero le nombró sucesor en 2003 y que en los últimos años ha dejado a la luz pública desencuentros de difícil digestión interna. El último capítulo lo escribió su fundación al acusar al Gobierno, y más en concreto a Soraya Saénz de Santamaría, de haber claudicado en su discurso contra el soberanismo en Cataluña. La dirección nacional, contrariada, replicó soltando amarras: FAES «ya no forma parte del PP».

La convivencia, admitían en la sede nacional, se hacía por momentos insostenible. Rajoy, mientras tanto, ordenaba a los suyos quitar hierro a las desavenencias. Pero el propio expresidente aludió ayer en su carta a que existen otras razones que justifican que dé ahora este paso al lado, aunque no las explicó. Sí dijo que la consecuencia inmediata es que no asistirá al congreso de su partido. «Esta decisión, junto a otras consideraciones que alargarían innecesariamente estas líneas, significa, también, mi no participación en el próximo congreso del PP. He participado en todos desde 1979, quiero expresar mis mejores deseos de éxito en tan importante cita».

Sin embargo, en la tormentosa cita de Valencia (2008), a la que el PPllegó con la herida abierta tras haber sido desalojado del Gobierno en 2004, Aznar saludó con frialdad a Mariano Rajoy, cuyo liderazgo era discutido por un sector. Cuatro años después, tras recuperar el PPel poder, participó en el congreso de Sevilla (2012), congraciándose con el partido, lo que sirvió como terapia común. Pero meses después, en noviembre de ese año, otra vez Aznar marcó las distancias al dejar claro en su libro de memorias que el «candidato natural» para su sucesión era Rodrigo Rato. Tras el «no» de su hombre económico, eligió a Rajoy.

«Sorpresa» en Génova

En Génova, donde nunca han ocultado que la presencia del presidente de honor en el congreso nacional iba a ser «incómoda», la renuncia de Aznar les pilló «por sorpresa». Apenas horas antes, el viscesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, despachaba la pregunta de los periodistas de si se había cursado ya la invitación a Aznar para participar en el cónclave de febrero. Respondió que no la necesitaba. Si no iba era porque no quería. Otras veces se había justificado su ausencia por la agenda, que lo situaba fuera de los actos importantes del partido. Aznar tampoco participó en las dos campañas para las elecciones generales de diciembre y junio pasado; entonces sí por decisión del partido.

En todo caso, desde la cúpula de Génova se evitó ayer remover las aguas arremolinadas que han acabado con la salida de Aznar de la presidencia de honor. «No vamos a desvincularnos de nuestro pasado. Seguirá siendo el expresidente del partido y del Gobierno», aseguró a ABC un cargo de la dirección en contacto con Rajoy. Dos de sus ministros como son el actual titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el vicesecretario del PP Javier Arenas, remarcaron ayer que siempre tendrá «un lugar de honor» en la formación.

Aznar, que mantiene su condición de militante del PP «adquirida hace casi ya 38 años», expresó su «gratitud, reconocimiento y afecto» a los afiliados del partido por «su dedicación, esfuerzo y servicio a España y, particularmente, por su generosidad y lealtad hacia mí durante tantos años». Yconcluyó su misiva publicada en su web con un mensaje a Rajoy: «Aprovecho la ocasión para desearte los mejores aciertos en tu tarea en estos momentos tan importantes y difíciles».

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