Arcadi Espada

«El error de Francisco Camps fue la arrogancia del inocente»

El columnista denuncia el peligro de convertir a los medios en jueces a partir de la caída del expresidente valenciano por el caso de los trajes

Arcadi Espada posa para ABC antes de la entrevista MAYA BALANYÀ
Enrique Delgado Sanz

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Dice Arcadi Espada que su libro no es un alegato a favor de Francisco Camps , expresidente valenciano. El título, eso sí, provoca debate. Más allá de cualquier polémica, Espada propone un análisis de 169 informaciones que el diario El País elaboró sobre la causa de los trajes, un asunto que acabó con Camps, quien aún tiene dos causas pendientes con la Justicia, absuelto pero fuera de la política. Hace seis años, el periodista comenzó una investigación propia, por la meticulosidad, de un proyecto universitario de fin de carrera que enriquece con un relato periodístico de quien tiene acceso a fuentes privilegiadas. Con todo, Espada concluye que Camps —«Un buen tío», como decidió titular su obra— fue injustamente linchado.

Dicen que es un hombre muy inteligente y se mete a defender a Camps

Una de las cosas que más me sorprende de esta pregunta, que me la hacen con frecuencia, es que me la hagan periodistas. Revela en qué situación está nuestro oficio. Es una pregunta imposible de hacer a un periodista de los años 40 en América. Lo que hacen los periodistas es meterse en líos. Es una profesión de líos.

Tenía entendido que el periodista tiene que meterse con el poderoso. Aunque sé que me va a decir que Camps ahora es un paria.

Camps es una víctima, un hombre débil. El poder hoy no tiene nada que ver con la versión tradicional. ¿Qué es hoy el poder? ¿El matonismo de las redes? ¿El populismo judicial? ¿Qué es? Es muy complejo y Camps es una víctima del poder. Del poder infecto que surge del cruce entre el populismo judicial y el mediático.

Pero Camps, pese a ser absuelto en la causa de los trajes, aún tiene otras dos pendientes.

Cuando analizas el caso y su tratamiento yo lo resumo en un lead: El País dedicó en tres años 169 portadas a un hombre que había comprado cuatro trajes en la afamada tienda Milano.

No creo que todo sea tan fácil como para resumirlo en una frase.

Medita la frase cuando llegues a la redacción. Sólo en el fondo de este lead está la verdad del libro y de la infamia del caso Francisco Camps.

Sorprende que le otorgue en el libro tanta credibilidad a Camps y no otorgue el beneficio de la duda al sastre que perjuró que el expresidente de la Generalitat valenciana no pagó los trajes ¿Por qué?

Este libro no investiga la verdad del caso Camps. Afortunadamente esa verdad está establecida. Esa pregunta se la deberías haber hecho a los miembros del tribunal popular que dijeron que el sastre mentía. Después acudir a la sede del TSJ de Valencia y preguntarles por qué, meses después, dijeron que la sentencia era justa. Nada más que añadir. Yo no me ocupo de la verdad del caso Camps, porque ha quedado acreditada y establecida por el TSJCV.

Ahora me sorprende que circunscriba toda la verdad a dictámenes judiciales cuando en otra entrevista, hace sólo unos días, subrayó que no consideraría justa una condena para Camps en cualquiera de las dos causas que mantiene abiertas.

Dije, sobre el caso de la Fórmula 1 , lo siguiente: si la causa es lo que conozco, Camps no puede ser acusado (...). Los indicios me obligan a declarar, lógica deductiva de cualquier persona racional medianamente inteligente, que Camps no es responsable de nada de lo que se dice ahí. Entre otras cosas porque no se sabe bien de qué se le acusa . Naturalmente conozco lo que está en el sumario del caso de la Fórmula 1 (...) pero también sé lo que dice Camps. Si Camps es condenado, o solamente procesado, yo consideraría, a falta de que surjan elementos nuevos que yo desconozca, absolutamente ridícula y grotesca su implicación.

¿Y qué dice de la otra causa?

Creo que no hace falta que me refiera a su imputación en el caso de la visita del Papa, es todavía más grotesco. Cualquier persona alfabetizada sabe que muchas veces las fundaciones y patronatos ponen algunos «floreros» institucionales. Camps, como presidente de honor, acudió a la primera reunión a dar ánimos y a la última. No me chupo el dedo y sé perfectamente por qué Camps está en ese proceso: los antecedentes mediáticos no caducan.

¿Qué cree que está peor: Twitter, el periodismo o la Justicia?

Twitter tiene poca importancia. Sí tiene importancia el conjunto del sistema mediático cuando establece sentencias. Ahí operan muchos actores: periódicos, televisiones y redes sociales. Ese tribunal mediático, sobre todo en casos de corrupción política, es difícil. Todos los delitos que tienen que ver con la corrupción política se juzgan ahí más que en los tribunales. De ahí el error de Camps , que fue la arrogancia del inocente. No previó que le iban a acusar de no pagar tres trajes que pagó. No previó que en nuestro tiempo lo que cuenta es la sentencia mediática. Su abogado le salva de la sentencia judicial, pero no de la mediática. Si hoy preguntas a la gente si Camps fue condenado porque le regalaron cuatro trajes, la mayoría dirá que sí.

¿Los políticos están eximidos de responsabilidades si son «floreros»?

Depende. Habrá que analizar cuál es su grado de responsabilidad. Pero hay un gravísimo error: pensar que una persona, por estar encima de otra, tiene el absoluto control de las actividades del subordinado es un vicio populista.

¿Por qué El País comete esos errores que usted denuncia?

Cualquier periódico en España podría haber hecho lo mismo, desgraciadamente. Las razones por las que El País lleva a cabo ese relato de las cosas tienen un punto de misterio. Para Camps está claro, es una conspiración que busca hundirle a él y al PP. Yo no comparto ese punto de vista. Sí que es verdad que cuando uno trabaja a favor de sus convicciones, los mecanismos de control se aflojan.

Por último ¿Se puede engañar a un juez o a incluso a un jurado popular?

Sí. La historia está llena de esos engaños. Claro que se puede engañar a un juez, por eso la responsabilidad política es tan vaga. Incluso se puede engañar a Arcadi Espada (ríe) en el máximo de los supuestos.

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