El 1-O amenaza la relación «fraternal» de Podemos y ERC

Rufián compara la moción de censura de Iglesias con un «picnic» después de que Montero rebajara la consulta a «movilización»

Pablo Iglesias conversa animadamente con Gabriel Rufián en el Congreso Ángel de Antonio
Ana I. Sánchez

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La crispación desatada por la consulta ilegal del 1 de octubre se ha convertido en una amenaza para la alianza estratégica tejida por ERC con Podemos en el Congreso de los Diputados, la única que los republicanos han logrado trazar en Madrid. Y es que no contentos con que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau , -integrada en la coalición morada- modificara el lunes su postura para apoyar el 1-O , los dirigentes de ERC levantaron ayer sus sables contra Podemos después de que la portavoz morada en el Congreso, Irene Montero , utilizara la palabra «movilización» para referirse al referéndum ilegal.

Una rebaja que levantó ampollas en el portavoz adjunto del grupo republicano en el Congreso, Gabriel Rufián . El político catalán buscó rápidamente a la Prensa para advertir a sus «compañeros fraternales» que habían cometido «una falta de respeto». Y asestó un duro golpe directamente al líder morado, Pablo Iglesias . «Nosotros a su moción de censura imposible no le llamamos tarde de picnic, que sería más o menos el mismo símil», remachó en presencia del portavoz del grupo, Joan Tardà .

Bofetadas repetitivas

Podemos y ERC mantienen una estrecha relación política que podría acabar derivando en una alianza para el Gobierno de la Generalitat. En el Congreso de los Diputados se apoyan mutuamente y votan juntos prácticamente en todas las iniciativas. Incluso sus líderes se aplauden recíprocamente en el Pleno. Pero esta bofetada pública amenaza con poner en peligro esa fraternidad. Máxime porque no es la primera vez que Rufián lanza ácidos dardos en público a los líderes de Podemos para afearles su posición ante el referéndum catalán. Y ello pese a que la formación de Pablo Iglesias defiende el derecho a decidir y reclama la convocatoria de un referéndum vinculante, negociado con el Gobierno y con todas las garantías.

Pero los republicanos exigen a la formación morada una adhesión total a su causa y ya el el pasado mes de junio Rufián se descolgó desde su Twitter con una crítica abierta a Montero por alabar las desobediencias de la afroamericana Rosa Parks y de la PAH durante su intervención en la moción de censura presentada por Iglesias. «Suena bien hasta que te acuerdas que para el referéndum piden obediencia», apuntó.

Aludía así a esa posición de Podemos de que el referéndum debía ser pactado y no ilegal. Desde entonces, los episodios se han seguido repitiendo. En julio, el portavoz adjunto de ERC acabó peleándose públicamente con el portavoz adjunto de Podemos, Alberto Garzón , vía Twitter después de que éste señalara en su chat que «es legítimo querer dejarnos aquí con Borbones y Bárcenas e ir de la mano de los Pujoles. Como lo es creer que eso no resuelve problema alguno». Esta reflexión indignó a Rufián que replicó con un «¡qué pena!» para afear a Garzón que considere válidos los votos del PDeCAT para la moción de censura de Iglesias pero no «para un proceso de autodeterminación en el Parlament». «Los votos no están vacíos: tienen ideología y clase. A PDCat les pedimos facilitar la vida a las clases populares de España. Y no quisieron», le contestó Garzón a lo que Rufián alegó con un «venga vale. Hablando de ideología y clase. X qué nosotros vamos con los pujols x el PDCat y vosotros no vais con Chaves y Griñán x el PSOE?».

A este rifirrafe siguió otro reproche de Rufián a Podemos el pasado mes de agosto a través de un artículo publicado en «El Periódico» en el que pedía «reciprocidad» y apoyo ante el 1-O a Podemos dado que ERC apoyó la moción de censura de Iglesias. «Vuestra lucha es nuestra lucha. La pregunta es por qué la nuestra no es la vuestra», escribió, unos párrafos después de considerar que arropar la consulta ilegal no es de independentista sino de «demócrata, valiente y antifascista».

Fuentes de Podemos reconocen la existencia de malestar y hartazgo por las constantes críticas públicas de Rufián. Pero aseguran que los beneficios de su alianza parlamentaria, al menos por ahora, son superiores a los perjuicios. "Además, probablemente seguiría diciendo lo mismo si no fuéramos aliados, el problema es que siendo fuego amigo, duele más", admiten.

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