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Alerta por el trabajo radical de ONG pagadas por países árabes

«Es una situación peligrosa, se trata de un caldo de cultivo inmejorable para que se interioricen sentimientos de odio hacia la sociedad de acogida»

Madrid Actualizado: Guardar
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Los expertos españoles en la lucha contra el terrorismo yihadista ven con máxima preocupación la actuación de algunas ONG pagadas por países árabes que atienden a la cada vez mayor comunidad musulmana que hay en nuestro país y en el resto de Europa y que se han convertido en auténticos agentes de radicalización.

«Hay países árabes con mucho dinero y recursos -están en la mente de todos- que están convencidos de la bondad de su ideología y que impulsan ONG para implantarlas allí donde consideran que son necesarias para que se ocupen de la comunidad musulmana», explican las fuentes consultadas por ABC.

«Las están desplegando en Europa, con la misión de atender a sus hermanos en la fe que lo pasan mal, algo que sucede cada vez más por los cada vez mayores flujos que vienen de países como Siria.

En ocasiones esas organizaciones hacen proselitismo de sus creencias religiosas, y como suele suceder en estos casos las hay de todo tipo, también algunas que no rechazan de plano la violencia porque creen que a veces es legítima. Es una situación peligrosa, porque se trata de un caldo de cultivo inmejorable para que alguno de esos inmigrantes se radicalice e interiorice sentimientos de odio hacia quien los acoge», explican las mismas fuentes de la lucha antiyihadistas.

Un problema creciente

El problema crece porque la comunidad musulmana es cada vez mayor, también en España, y los controles que se hacen sobre ella demuestran que el grado de radicalización y descontento aumenta a medida que se suceden las generaciones. «La primera generación no planteó problema alguno, porque eran personas agradecidas a un país que les daba la oportunidad de trabajar. Pero sus hijos, y los hijos de sus hijos, no tienen esa percepción, se sienten fuera de la sociedad en la que viven y tampoco comprenden a sus mayores».

Una de las características del terrorismo yihadista es que tiene una clara influencia en la sociedad a la que ataca. Influye en las políticas sociales, en las económicas e incluso es capaz de poner en cuestión avances de las sociedades occidentales, en nuestro caso de la Unión Europea, como se ha visto con la suspensión temporal en algunas ocasiones del espacio Schengen, que supone la supresión de fronteras interiores. Por ello, la única respuesta eficaz posible es aquella que involucra a todos los sectores del Estado, no solo a los servicios de seguridad que al fin y al cabo intervienen en la última fase de todo este proceso.

Cuestionar los avances

Este enfoque, que curiosamente no ocupa grandes espacios del debate político, es sin embargo la única salida posible a la situación en la que nos encontramos, según los expertos consultados por ABC. «Los atentados terroristas buscan desestabilizar nuestra sociedad, que se cuestionen los avances conseguidos, pero también que se polaricen, y vemos como cada vez más surgen los extremismos más potentes de extrema derecha y los populismo radicales».

Hay una realidad incuestionable: dos millones de refugiados musulmanes se van a instalar en Europa, en una civilización que no conocen y en la que a veces se les acepta y a veces se les rechaza. Por supuesto el grupo terrorista Daesh va a someter a esa enorme comunidad a una propaganda brutal y el riesgo de radicalización es alto si no se actúa con inteligencia.

«No se puede ir contra su religión y de hecho no vamos contra ella; solo contra sus manifestaciones patológicas. Sí hay que actuar contra esa ideología yihadista que ataca nuestros valores sociales. Hay que hacerles entender que se les respeta, pero que ellos deben respetar nuestra forma de vida sin imponer la suya. Y para ello es imprescindible articular bien una contranarrativa que combata su gigantesco aparato de propaganda, algo en lo que España ha empezado a trabajar mucho antes que otros países pero donde aún nos queda mucho camino por recorrer», explican los expertos dedicados a detectar casos de radicalismo en las comunidades musulmanas.

Precisamente, uno de los factores de mayor penetración de ese radicalismo tiene lugar en las redes sociales, verdadero campo de batalla para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en este momento.

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