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Patrick Gouveia, a su llegada al aeropuerto de Madrid - GUARDIA CIVIL

El acusado del crimen de Pioz prefiere una cárcel española

Gouveia se entrega a la Guardia Civil tras conocer las pruebas «abrumadoras»

Madrid Actualizado: Guardar
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El 18 de septiembre la Guardia Civil descubría los cadáveres de una familia brasileña en seis bolsas en Pioz (Guadalajara). Justo un mes después, ayer pasada la una de la tarde, los agentes detenían al presunto asesino, sobrino y primo de las víctimas, nada más poner el pie en España. Patrick Gouveia, 20 años, que apuñaló y cortó en dos pedazos a su tío paterno Marcos Campos y a la esposa de este -Janaina Américo- y tomó un vuelo a Brasil cuando se hallaron los cuerpos, hizo ayer el viaje de vuelta y se entregó a los investigadores, tras tres intensas semanas de vicisitudes policiales, judiciales y diplomáticas.

El único sospechoso del cuádruple asesinato bajó esposado las escalerillas del avión comercial en el que viajó desde Sao Paulo y quedó detenido en dependencias de la Guardia Civil de Barajas donde ayer por la tarde agentes de la UCO empezaron a tomarle declaración.

Desde ahí será trasladado a Guadalajara y puesto a disposición del juez instructor, que decidirá sobre su situación y previsiblemente ordenará diligencias como una reconstrucción de los hechos y una evaluación psiquiátrica. Patrick Gouveia ya no volverá a su país, en principio hasta que no cumpla su pena en caso de ser condenado, según confirmaron a ABC fuentes de la investigación.

Mejor defensa en España

Su abogado brasileño Eduardo de Araújo explicó a Efe que su cliente se ha entregado al considerar que tendrá mejores condiciones para defenderse que en Brasil, donde se abriría un proceso por vía indirecta contra él. La semana pasada el letrado y la hermana de Patrick viajaron a España y se reunieron con los investigadores, con el juez y con el fiscal lo que les permitió conocer de primera mano los indicios acumulados contra él: ADN y huellas en el chalé de Pioz, en las bolsas en las que ocultó los cuerpos y en otros objetos y lugares de la casa; geolocalización de su teléfono móvil, abono transporte que le sitúa en el viaje de ida y vuelta justo en las horas previas y posteriores al crimen, casa alquilada por él y un largo etcétera que consta en las actuaciones.

«Pruebas evidentes y abrumadoras», en palabras del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, quien ayer apuntó que «a lo mejor el tema -en referencia a la entrega voluntaria- está más vinculado con el ámbito penitenciario que con el penal», es decir, que el presunto asesino habría preferido ante una inminente condena cumplirla en una prisión española en lugar de en su país.

La versión del abogado es que ha querido regresar porque «está enojado con la historia de que anticipó el pasaje de regreso de España a Brasil para huir. Ahora él quiere mostrar que no huyó, que no se esconde en Brasil y que no pretende huir a otro país». Aseguró que Gouveia no ha confesado a su familia el crimen, por lo que deja abierta la incógnita de si admitirá, ante los indicios acumulados contra él, los hechos de los que se le acusa y aclaró que la entrega se decidió el domingo después de saber lo que los investigadores tenían contra él.

El terrible crimen (con dos niños de cuatro y un año asesinados por su propio primo) ha partido en dos a la familia que aún no ha podido repatriar los restos de Marcos, Janaina, Carolina y David, pese a que el juez instructor ya hizo entrega de los cadáveres. Se da la paradoja de que mientras Patrick regresa a Madrid para afrontar la orden de detención contra él, su tío Walfran recauda dinero en la misma ciudad para la cremación y traslado de los restos mortales de las cuatro víctimas a Brasil. Él fue además quien pidió a su hermano Marcos que acogiera en su casa al sobrino díscolo y fracasado, que anoche cambió su desahogada vida por un calabozo.

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