El tatuaje de un miembro de una de las Maras
El tatuaje de un miembro de una de las Maras - ABC

El «diccionario» secreto de las Maras

La Salvatrucha 13, ya instalada en España, usa un «idioma» propio en sus comunicaciones

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«¿Qué Húbole? Primera Palabra ordena que un cuadro cohetee a una chavala. Hay que preparar una plantilla». El Servicio de Información de la Guardia Civil, que a finales de marzo de 2014 asestó el primer gran golpe a las Maras en España, en este caso a la Salvatrucha 13 con 35 individuos detenidos, identifica en un minucioso informe al que ha tenido acceso ABC alrededor de 140 palabras en clave que utilizan los mareros en sus comunicaciones escritas, «willas» en su jerga, para evitar que los investigadores puedan conocer sus intenciones. Según este vocabulario secreto, la frase que abre este reportaje podría traducirse así: «¿Qué pasa? El jefe os ordena que un comando dispare a un miembro de la Pandilla 18 (la mara rival de la Salvatrucha 13).

Hay que preparar un plan».

Las Maras, como cualquier organización criminal de tipo mafioso, necesita comunicarse de forma eficaz para mantener la cohesión del grupo, trasladar las órdenes desde la cúpula y también como medio de propaganda. Para ello es absolutamente necesario que esos mensajes no puedan ser descifrados por las Fuerzas de Seguridad aunque sean interceptados, pues la banda sería más vulnerable a la acción de éstas. A medida que crecen y se expansionan, las exigencias en este ámbito crecen de forma exponencial, y resulta esencial para esas tramas idear este tipo de comunicaciones, en especial para que los jefes encarcelados puedan seguir dirigiendo la organización desde prisión.

El vocabulario secreto de la Salvatrucha 13 contiene todos los términos necesarios para que la Mara pueda funcionar con plenas garantías. Identifica quién es el jefe (Big Palabra); quiénes son los enemigos (chavalas); cuándo se ordena disparar a alguien (cohetear); qué es un disparo de arma de fuego (cohetazo); qué es castigar a un compañero por algún error que haya cometido (dar corte); cómo se llama a una incufrsión en territorio enemigo (misión); quién es un chivato (rata); una paliza (talegada) o una mujer de fácil acceso sexual (tronera). Así, hasta cerca de 150 palabras...

El informe del Servicio de Información de la Guardia Civil explica además que «las willas son muy comunes a la hora de transmitir órdenes de líderes de las “clicas” (grupo asentado en un territorio concreto), invitaciones a reuniones, cartas de amor, pedidos especiales a familiares, etc.». En el caso de la Salvatrucha 13 los investigadores han detectado alguna especificidad respecto al resto de las Maras, como el hecho de que sus miembros nunca escriben un 8 porque ese número se identifica con sus rivales de Pandilla 18. «En la actualidad –añade el documento– (la willa) es muy utilizada por cualquier pandillero o pandillera común», si bien el informe alerta de que existen otros dos tipos de comunicación, siempre utilizando lápiz y papel: la cifrada y la codificada.

En el primero de los casos el método consiste en «reemplazar letras y números verdaderos por otros caracteres convenidos generalmente elegidos de forma aleatoria. Este tipo de comunicación –destaca el informe de la Guardia Civil–, es muy efectiva y casi imposible de descifrar a menos de que se disponga de las equivalencias del cifrado». Y todavía hay otra vuelta de tuerca, que es la de la comunicación codificada, similar a la anterior pero en la que «los códigos pueden llegar a representar palabras, ideas e incluso frases completas en lugar de letras aisladas».

Junto a la comunicación escrita, las Maras utilizan una jerga, normalmente el «chicano o spanglish», que es una distorsión del castellano mezclado con palabras en inglés. Así, por ejemplo la palabra inglesa «meeting» (reunión) acaba siendo «minin».También es frecuente sustituir otras palabras empleadas como símbolo para dar a entender otra idea. Una muestra sería el término «feria», que para el marero tiene el significado de dinero.

Cambio de sílabas

Asimismo, «para evitar la comprensión de personas ajenas a la banda (las Maras) invierten la posición de las sílabas en ciertas palabras», como sucede con «caco», que utilizan en lugar de «coca». «Este lenguaje que llega a formar parte de su cultura –sostiene la Guardia Civil– lo adoptaron para que los hiciera parecer más misteriosos, utilizándolo para impresionar, intimidar o identificarse como tales (mareros), así como para dificultar el entendimiento de su jerga a personas ajenas a su círculo».

El lenguaje no verbal también de los mareros es analizado por los expertos del Instituto Armado: «Utilizan la gesticulación de las manos y brazos a través de gestos y ademanes para comunicarse, simulando con éstas las iniciales de su Mara, insultar, amenazar y desafiar a mareros rivales. También utilizan este método para entenderse a distancia».

Este tipo de comunicación comienza para que el implicado identifique la Mara concreta a la que pertenece, pasando posteriormente a dar cuenta de su «clica» y hasta la «taca» (alias) de un determinado miembro. Asimismo, se emplea el lenguaje de los sordomudos, con importantes modificaciones en las letras «M», «S», «T» y «R» (Salvatrucha).

Además de todos estos métodos, y como muestra de que estos grupos criminales se adaptan a los tiempos, los mareros utilizan en sus comunicaciones tanto la telefonía móvil (sobre todo la multillamada) como internet y las redes sociales más conocidas.

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