Pili Zabala, la ambigüedad como política

La candidata de Podemos en el País Vasco opta por el discurso social; defiende la consulta pero evitar posicionarse sobre el independentismo

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Pilar Zabala (Tolosa, Guipúzcoa, 1968), a quien todos llaman Pili, era una desconocida en el mundo de la política hasta que Podemos la ofreció presentarse a las elecciones vascas como candidata a lendakari. Era un perfil cercano a lo que buscaba la formación. Cumplía con dos de los tres requisitos: que fuera una mujer de la sociedad civil y que hablara vasco. El último, que contara con reconocimiento social, lo cumplía mejor la primera baza de Podemos, la magistrada Garbiñe Biurrun, que declinó la oferta.

Desde muy temprano, la vida de Pili Zabala estuvo marcada por la situación vasca. Su hermano era el presunto miembro de ETA, Joxi Zabala, quien, cuando ella tenía quince años, fue secuestrado, torturado y asesinado por los GAL.

Más de una década después, en 1995, sus restos fueron identificados junto a los de su amigo Jose Antonio Lasa en una fosa de Alicante cubierto con cal viva. «Durante muchos años, el desprecio callado de muchas entidades oficiales me causó mucha tortura psicológica», explicó ella en una charla en 2014.

Fue el entorno de la izquierda abertzale quien brindó apoyo a su familia en aquella época aunque, según contó Zabala, esto le producía «tanto dolor como el olvido y el desprecio callado del resto de políticos de aquella época». Zabala nunca ha ocultado que se siente discriminada por el trato recibido del Estado, que no la reconoce como víctima del terrorismo. Ella defiende que su hermano nunca fue juzgado, por lo que rechaza su etiqueta de etarra.

Quizá por ello, sus primeros pasos profesionales se encaminaron lejos del terreno político y se dirigieron hacia la Odontología. Tras licenciarse en la Universidad de País Vasco, abrió su propia clínica con 24 años. En 2004 comenzó a impartir clases de formación profesional en un centro público, cargo que ha desempeñado durante doce años. También ha trabajado en el Servicio Vasco de Salud.

Poco a poco, Pili Zabala fue tomando parte en actos para promover la paz y convivencia en País Vasco, participando en mesas redondas con víctimas del terrorismo o acudiendo a actos de homenaje. También ha participado en uno de los programas del Gobierno vasco y se ha involucrado en movimientos pacifistas de tendencia nacionalista como Eraikiz, en el que víctimas de ETA, los GAL y de abusos policiales abogan por el entendimiento.

Derecho a decidir

«Vengo a humanizar la política», ha dicho en varias ocasiones. Y por esa vía intenta evitar las etiquetas. Cada vez que a la candidata con la que Podemos quiere captar parte del voto nacionalista le preguntan si es «abertzale», ella responde que no se definiría así. Si la pregunta versa sobre si los presos de ETA son presos políticos o si está de acuerdo con las afirmaciones de Pablo Iglesias contra el PSOE «de la cal viva», ella responde que no le gustan esas expresiones porque «solo sirven para dividir». Defiende que la política penitenciaria debe ser más «humanizante», pero también que hay que respetar el dolor de las víctimas.

Sin embargo, sobre la polémica en torno a la candidatura de Arnaldo Otegui, Zabala se mostraba a favor de que este pudiera concurrir a las elecciones del 25 de septiembre. «Posiblemente esta persona, como toda persona, debe tener una segunda oportunidad. Habrá evolucionado a lo largo de su vida, y siempre es la ciudadanía a quien se le tiene que dar la última palabra», dijo en televión.

Zabala no despeja la duda sobre qué medidas efectivas impulsaría desde el gobierno vasco. Ha llegado a asegurar que la independencia ocupa «un lugar muy importante» para ella, aunque posteriormente ha matizado esa postura llevándola hacia el «derecho a decidir». La candidata dice que el actual modelo territorial está «obsoleto» y aboga por abrir un debate sobre el modelo que quieren los vascos y que, cuando esté definido, sean estos quienes decidan finalmente.

Dejando las cuestiones más polémicas al margen, Zabala ha preferido centrarse en las políticas sociales como frente de guerra para atacar al PNV. «Cuando más política social hacía falta, es cuando PNV y PSE-EE menos política han hecho», dijo hace unos días en un desayuno informativo. La candidata insiste en que los indicadores de tipo social y económico «no apuntan en una buena dirección» y aboga por ofrecer «un horizonte de soluciones y justicia social».

Preguntada en una entrevista de «El Diario Vasco» sobre la posibilidad de un gobierno de izquierdas formado por Podemos, PSE-EE y EH Bildu, Zabala no descartó su engranaje: «Es una opción. Podría ser un buen gobierno».

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