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Entrevista. Segunda parte

Javier Nart: «Se puede ser rojo y ateo en Ciudadanos; yo lo soy y no lo he ocultado»

El eurodiputado de Ciudadanos, también abogado y escritor, presenta «Nunca la nada fue tanto», el libro de sus memorias como reportero de guerra

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Javier Nart (Laredo, 1947) volvió en 2014 a la política de la mano de Ciudadanos -si alguna vez la dejó del todo- para las elecciones europeas. El reportero y abogado parecía haber encontrado un retiro dorado en Bruselas... [Lee la primera parte de la entrevista]

¿Es el Parlamento Europeo, donde está usted, un cementerio de elefantes?

En algunos casos lo es, pero en otros estamos bastante vivos, hacemos ruido, cosas, por lo menos yo lo intento. Somos un pequeño grupo, pequeño dentro de un parlamento de setecientos cincuenta y tantos. A mí me ha llamado bastantes veces la Comisión Europea para que les informe y dé consejo sobre cuestiones, algo poco habitual. Como por ejemplo, sobre el conflicto del Medio Oriente y el Daesh.

Que te llamen los verdaderos ministros de Exteriores, eso significa prestigio para el partido y capacidad de ser más que un señor que saque una tarjeta de voto y le da a un botón.

¿Se puede ser rojo y ateo en Ciudadanos, como usted se ha descrito en más de una ocasión?

Sí, claro que se puede ser rojo y ateo en Ciudadanos. ¿Por qué no? Soy eurodiputado y no lo he ocultado. Si te digo la verdad, dónde está la izquierda es una de las grandes preguntas que debería uno hacerse, la izquierda retórica sé dónde está, la izquierda populista también, pero una izquierda solidaria que luche por la igualdad... eso lo he encontrado en Ciudadanos. Me da igual los apelativos que le ponga (...) Me di de baja del PSC porque lo que encontraba era un complejo de inferioridad frente a los nacionalistas, una asunción de los postulados nacionalistas, que significa «desunidad, desigualdad y desolidaridad». No pienso tener el trasero sentado en un territorio de menos derechos, o en otro de mejores derechos. Tampoco creo que haya territorios históricos. Asturias es bastante histórica, Aragón igual por ejemplo. Si la diferencia es la lengua, que el reino de Aragón desaparezca en favor del principado de Cataluña no es de razones históricas sino histéricas y de un nacionalismo basado en el privilegio. Si eso es la izquierda, es anacrónico y casposo.

¿Qué se le perdió a usted en Irak hace unos meses, cuando se supo por sorpresa que cayó en una emboscada de Daesh?

Fui para aprender y conocer. Es imposible conocer algo bien si no vas al terreno, donde el terreno es vital. Cómo vas a entender el conflicto con lo que te digan la coalición o unos y otros. No te dejan entrar en Siria. Cuando entré en Irak llegué a zonas donde no llegaba nadie. Como la refinería de Baiji, al extremo absoluto, lugar de la emboscada del ISIS, pero era la única forma de ver el riesgo, las contradicciones e incluso denunciar a la coalición que ha sido un escándalo. Que veas las fotos de Daesh con todoterrenos nuevos, miles... Cómo pueden entrar miles de vehículos todoterrenos, ruedas, neumáticos, motores. «No, es que hay población civil». Es preferible que no tengan vehículos a que sean fusilados y asesinados; en Faluya han encontrado una fosa de 400 cadáveres. La coalición ha empezado a moverse cuando Rusia con 20 aviones ha hecho más que la coalición que en cuatro años.

Ahora no se puede cubrir guerras. No quieren periodistas.

Sí, no quieren periodistas. Evidentemente con los talibanes también era complicado. Ahora ciertamente no puedes ir con Daesh. Pero hay otras guerrillas. Otra cosa es la estrategia. Tú observa nuestro gobierno que nunca ha permitido que un periodista vaya a Afganistán a ver realmente qué ocurre. Te pastorean dentro de la base, te llevan a un proyecto de irrigación, una escuela: «Qué bien lo hace el Ejército». Yo no puedo hablar más que bien del Ejército, pero es una vergüenza que no nos expliquen lo que pase o la ministra de Defensa «zapateril» nos hablara de misión de paz. Se pegaban tiros para defenderse.

Foto de archivo (13/07/04) del ceutí Hamed Abderrahman Ahmed (c), conocido como el «talibán español»
Foto de archivo (13/07/04) del ceutí Hamed Abderrahman Ahmed (c), conocido como el «talibán español» - EFE

¿Qué me puede decir de su cliente hace años Hamed Abdelraman, el talibán español, que estuvo en Guantánamo y fue detenido hace unos meses?

Yo no defiendo tráfico de drogas, no he defendido nunca tráfico de personas ni tampoco terrorismo. Son cláusulas de conciencia y te aseguro que da mucho dinero, drogas sobre todo. Una cosa es defender terroristas y otra derechos humanos. Guantánamo no es un limbo, es un infierno. Es un delito. Si el presidente español hiciera un Guantánamo, en el momento en que se conociera, estaría en la cárcel. Tenemos un nobel de la Paz que mantiene secuestrados a los presos de Guantánamo. No puede decir estos estarán un tiempo indefinido en un centro con torturas, esto es de antes de la Ilustración. El EE.UU. pionero de los derechos civiles fue enviado al basurero primero por Bush y luego de facto por Obama, que rezará la Biblia cada noche para cerrar por decreto Guantánamo y no lo hace. Defendí que fueran llevados ante un juez, en España, quise que a un ser humano se le tratara como tal, luego cuando avanzó me aparté del caso. Estoy hablando de derechos humanos y me siento muy orgulloso de hacer esa defensa.

¿Cualquiera puede ser un genocida en una guerra?

Yo mismo puedo ser uno de los más brutales asesinos en una guerra, eso es lo terrible, lo espantoso

Hay dos tipos: el genocida que lo decide y el que lo hace. Para ser un criminal de guerra, te hace falta cosificar al adversario, no es un ser humano, es la representación absoluta del mal, y por lo tanto tu actitud ante él no es ante un enemigo es ante el mal. Luego, tienes que tener la ocasión de acabar con el mal, incluso al niño, porque él se hará mayor. Si tienes una razón, un motivo, una ocasión, y si tienes una impunidad, cualquiera, y te digo cualquiera, yo mismo puedo ser uno de los más brutales asesinos, eso es lo terrible, lo espantoso. Cuando comprendes quienes son, son gente absolutamente normal, no son patológicos, la patología es la situación, y eso no les excluye de la responsabilidad.

¿Ciudadanos y usted han cambiado en los últimos años?

No hemos cambiado. Nuestro pacto con PSOE era por la gobernabilidad, que no se podía poner de acuerdo con el PP. Son dos patas fundamentales de una mesa que debe tener tres. No ha habido manera. Y respecto a Rajoy, este país necesita regeneración, lo que significa lucha contra la corrupción. El PP ha sufrido una corrupción sistémica. Gürtel solo es el exponente de los mil Gürtel que van apareciendo. En cualquier sociedad, donde el presidente no se ha enterado, queda inmediatamente dimitido o expulsado. Si estaba Rajoy involucrado, no vale, y si no lo estaba es un incompetente, por ser incapaz de controlarlo. Cómo va a hacer la regeneración. No se ha enterado.

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