Duran en el país de los champúes
Actualizado: GuardarEstamos en la política de tele, esa peluquería global, pero Duran i Lleida ha escogido la peluquería propiamente dicha, que es foro peatonal y de clase media, casi como su ideario. A Duran lo esquivan los platós, pero en la peluquería es todo un monarca de calvicie que va a soltarles a los autónomos un pregón de mejor futuro conservador y democristiano, sin que le agobien con el minutero.
Si nos fijamos, Duran está entre un Duran al que le acaban de hacer las labores en el pelo que no tiene, y el Duran que acaba de entrar al sitio a que le saquen brillo al gran cráneo suculento. La señora a la que saluda, o despide, no sabemos si le sonríe complacida o le compadece.
Él se va como entró, vendiendo soluciones de calvo en el país de los champués.
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