El Rey saluda a Mariano Rajoy en el funeral por los policías asesinados en Kabul
El Rey saluda a Mariano Rajoy en el funeral por los policías asesinados en Kabul - EFE/ BALLESTEROS

El Rey, ante el desafío de proponer a un presidente con suficientes apoyos

En cuanto se constituya el Parlamento, Don Felipe empezará la ronda de consultas con los representantes de los grupos

Madrid Actualizado: Guardar
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A Don Felipe le ha tocado la jugada más complicada del juego democrático desde hace 34 años: proponer el nombre de un candidato a presidente del Gobierno que, por primera vez, no cuenta a priori con apoyos suficientes. Hasta ahora, el cumplimiento de los artículos 62 y 99 de la Constitución, que atribuyen al Rey la propuesta del candidato a presidente tras la celebración de elecciones generales, había sido un mero trámite porque los resultados electorales sólo mostraban una opción ganadora, y no había otra alternativa.

En esta ocasión, sin embargo, la búsqueda de un presidente con suficientes apoyos para ser investido se ha convertido en un complicado sudoku cuya solución no depende del Rey sino de lo que decidan los distintos grupos parlamentarios, aunque sea Don Felipe el encargado de poner por escrito el nombre del candidato con más probabilidades.

En principio, la ausencia de un candidato claro podría proporcionar más margen de actuación al Rey, pero Don Felipe no puede proponer a quien él quiera sino al que pueda contar con mayor respaldo en el Parlamento. Es en este terreno de la negociación en el que el Rey sí puede adoptar un papel más activo como moderador o árbitro, pero Don Felipe «no tiene ninguna pócima mágica», advierten personas próximas a su entorno.

No es el 23-F de Don Felipe

En algunos sectores se ha comparado el papel que ahora va a tener que desempeñar Don Felipe con el que jugó Don Juan Carlos el 23 de febrero de 1981. Pero no son situaciones comparables, ya que durante el intento del golpe de Estado era la democracia la que estaba en peligro, mientras que la situación actual, aunque sea difícil de gestionar, es plenamente democrática.

El reto del Rey es proponer un candidato a presidente del Gobierno que obtenga suficientes apoyos en el Congreso. Es decir, que logre la confianza por mayoría absoluta en la primera votación o que consiga más votos a favor que en contra en la segunda votación. Don Felipe deberá proponer un nombre después de escuchar a los líderes de los grupos con representación en el Parlamento.

Para ello, habrá que esperar a que se constituyan las Cortes, lo que en principio se producirá el 13 de enero. Hasta entonces, los partidos políticos tendrán tiempo para intentar buscar apoyos que permitan formar un Gobierno, a pesar de las dificultades. En cuanto se constituyan las Cortes, se pondrán en marcha los mecanismos constitucionales habituales para elegir al nuevo presidente del Gobierno.

La lista de nombres

Una vez nombrados los nuevos presidentes del Congreso y del Senado, éstos visitarán al Rey y le comunicarán la constitución de cada una de las Cámaras para la XI legislatura (en realidad, es la décimo segunda legislaturas, pero a la primera se la denomina Constituyente). En ese encuentro, el presidente del Congreso informará al Rey de los nombres de los representantes de los grupos políticos que participarán en la ronda de consultas. Habitualmente, esta lista se pacta con los partidos. Al estar más fragmentado el Parlamento, Don Felipe tendrá que mantener más entrevistas que las que eran habituales en tiempos de Don Juan Carlos. En principio, se constituirán unos diez grupos parlamentarios.

Sin plazos pero con prisa

La ley no establece ningún plazo para que el Rey convoque la ronda de consultas, pero se prevé que lo haga de forma inmediata con el fin de dotar al país lo antes posible de un nuevo Gobierno tras las elecciones. Don Felipe citará a los políticos, por separado, en el Palacio de La Zarzuela, empezando por los representantes de los grupos más pequeños, es decir los que formen el Grupo Mixto, y terminará con los que han obtenido más escaños, de menos a más. De esta forma, los últimos que pasarán por el despacho del Rey serán, por este orden, los líderes de Ciudadanos, Albert Rivera; Podemos, Pablo Iglesias; PSOE, Pedro Sánchez, y PP, Mariano Rajoy.

Será entonces cuando Don Felipe tenga una idea clara de los apoyos con los que cuenta el candidato con más posibilidades a presidente de Gobierno. A continuación, el Rey recibirá en La Zarzuela al presidente del Congreso de los Diputados para trasladarle su propuesta y éste convocará inmediatamente el Pleno de la Cámara para la sesión de investidura.

Nuevas elecciones

Si el candidato a presidente del Gobierno no lograra la confianza del Congreso ni en la primera ni en la segunda votación, el Rey realizaría una segunda ronda de consultas para proponer otro nombre. Y en el caso de que, transcurridos dos meses desde la primera votación no se hubiera investido a ningún candidato, el Rey tendría que disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones.