Rajoy se vuelca en la campaña gallega

La trascendencia de los comicios llevará a un desembarco de líderes nacionales durante estos 14 días

Santiago Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy tiene previsto participar activamente en la campaña gallega con la vista puesta en lograr un resultado contundente que sirva para deshacer el bloqueo institucional que atraviesa España. Un resultado rotundo del PP en forma de la tercera mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo, sumado a un descalabro del PSOE a manos de la izquierda radical de En Marea, dibujaría un escenario tétrico para Pedro Sánchez. Y quizás, solo quizás, movería a los barones socialistas a romper su silencio y facilitar su investidura en el Congreso.

A las razones puramente políticas se suman las de índole sentimental. Rajoy presume de ser gallego y siempre se ha sentido muy querido en su tierra. Además, en las campañas gallegas, no ha dudado en participar en la forma que mejor consideró en cada momento el PP de Feijóo.

En 2009, sin ir más lejos, no dudó en recorrerse la Galicia más rural mientras el entonces aspirante a la Xunta hacía una ruta por las principales ciudades. Aquello dio resultado, y los populares gallegos prevén que sus dos líderes vuelvan a recorrer caminos separados. Rajoy estará siete días por Galicia, con una agenda aún por cerrar.

El desembarco de líderes nacionales no acaba aquí. El PSOE prevé que Pedro Sánchez pise Galicia en, por lo menos, cuatro ocasiones, aunque será para arropar a un candidato al que la mitad del electorado no conoce, según el CIS conocido ayer. La duda es si conseguirá esquivar la guerra civil que atraviesa el socialismo gallego y en la que Ferraz se ha visto envuelta al tomar parte en favor del aspirante, Xoaquín Fernández Leiceaga.

También en los partidos emergentes habrá visitas de notables. Ciudadanos contará con Albert Rivera siete días. Su líder nacional aspira a ser el reclamo para una formación que en Galicia carece de una implantación territorial fuerte y de una candidata conocida. Se espera que hagan acto de presencia Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos para arropar al presidenciable de En Marea, el exjuez Luis Villares.

Esta será una campaña en la que solo haya un debate electoral, que tendrá lugar el próximo lunes en la CRTVG, y al que están convocados los cinco candidatos de los principales partidos. Antes, el PP habrá conseguido su golpe de efecto reuniendo a más de 10.000 simpatizantes en la Plaza de Toros de Pontevedra, un acto que se ha convertido en una especie de talismán desde que en 2009 se celebró por vez primera. Los populares creen que generará el efecto movilizador en su electorado capaz de contrarrestar los efectos narcóticos de las encuestas favorables.

Feijóo vuelve a casa

El aspirante a la reeleción arrancará hoy la campaña en su pueblo natal, Os Peares, en el corazón de la Ribeira Sacra, en su búsqueda de un imposible en el actual escenario político español: una mayoría absoluta. Sería su tercera y, a la vista de los últimos sondeos de opinión, estaría al alcance del PP, algo impensable hace apenas un año.

Lejos de confiar en los cantos de sirena procedentes de las encuestas positivas, el PP insiste en evitar todo triunfalismo, porque son conscientes de que ese virus podría degenerar en una muerte de éxito y quedarse a las puertas de la mayoría absoluta. La prudencia es máxima, dado que por primera vez C’s irrumpe en unas autonómicas. El temor de Feijóo y su equipo es que la formación naranja finalmente no obtenga ningún escaño pero haya arañado los votos necesarios al PP para que la oposición consiga coaligarse y gobernar.

Ese es, en el fondo, el discurso que más se va a escuchar en estas dos semanas de campaña: Feijóo erigiéndose como garante de la estabilidad frente al bloqueo institucional que atraviesa España; y una oposición multipartita que quiere acallar sus disputas internas para convencer al electorado de que es capaz de ponerse de acuerdo en un gobierno.

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