El resultado del 24-M dejaría un Congreso prácticamente ingobernable

Partiendo de la base de que el siguiente texto es pura ficción, hagamos un ejercicio: la extrapolación de los resultados surgidos de las elecciones del domingo a las generales. Para ello empleamos los resultados de las autonómicas -donde las ha habido- y de las municipales en Cataluña, Galicia y País Vasco. Si ya de por sí es complicado calcular estos eventuales resultados para imaginar cómo sería el Congreso que resultaría, en este caso lo es aún más puesto que, por ejemplo, Podemos no se presentó como tal en las municipales.

Por norma las elecciones autonómicas suelen ser más útiles para un ejercicio así puesto que las dinámicas son más próximas a las de una generales, pero como no ha habido en todas las comunidades, resulta de utilidad servirse de las municipales, que se emplerarán con los matices ya explicados en casos como el de la formación de Pablo Iglesias.

Así, con estas directrices, el resultado dejaría un Congreso prácticamente ingobernable. El Partido Popular perdería 66 escaños, quedándose con 120. Por su parte, el PSOE también perdería, pero en su caso sólo dos. Los grandes vencedores serían los nuevos partidos: Podemos se haría con 37 escaños y Ciudadanos con 18. Por su parte, CiU pierde 2 y se quedaría con 14, Compromís lograría 7 y ERC subiría hasta los 10. Los grandes perdedores serían Izquierda Unida, que se queda sin cinco diputados, UPyD, que desaparece tras perder otros cinco diputados, como le sucede a Foro Asturias, que se dejaría su único escaño.

PNV sumaría tres, quedándose con ocho escaños, Bildu perdería uno y se quedaría con cinco, Coalición Canaría sumaría dos, quedándose con cuatro, UPN entra con dos, como CUP y PRC. Geroa Bai se quedaría igual, con uno, como Més, EL PI y BC.

El resultado, por tanto, haría que los populares tuvieran muy complicado formar una mayoría. El PSOE tampoco lo tendría fácil ya que incluso cotando con cinco partidos de izquierda se quedaría con sólo 170 diputados.