Divorcio entre el PSOE y la UGT: el sindicato no va a pedir el voto para los socialistas por primera vez

Si la incertidumbre electoral era máxima, ayer la secretaria general de la UGT, Carmen Castilla, añadió el punto de pimienta que faltaba. Por primera vez en la historia, el sindicato ha anunciado que no va a hacer campaña electoral a favor del PSOE, llevando así al extremo las diferencias personales entre Susana Díaz y la propia Carmen Castilla que parecían haberse limado en los últimos tiempos por el bien de la causa común.

Carmen Castilla ha decidido ir más allá reivindicando el valor que tiene una alianza con su sindicato y por eso ha presentado cincuenta propuestas electorales para que los partidos las incorporen a sus respectivos programas electorales. La UGT estará «al lado» de quienes así lo hagan aunque «vigilando» su cumplimiento.

Esta actitud del sindicato supone un duro golpe para el PSOE porque los socialistas son plenamente conscientes de que una buena parte de los votos que lograron en las elecciones de 2012 se debió a la movilización de UGT y CCOO. Los representantes de ambos sindicatos llegaron incluso a participar en un video de apoyo al candidato del PSOE. Claro que entonces quien se presentaba a las elecciones era José Antonio Griñán, el principal artífice de la concertación social que ha beneficiado durante años a los sindicatos y que ha tenido consecuencias insospechadas que han llegado hasta los tribunales.

No sólo ha perdido este importante apoyo el PSOE sino que el de Comisiones Obreras también se tambalea y corre el riesgo de virar más hacia la izquierda. El secretario general de este sindicato, Francisco Carbonero, posaba ayer junto al candidato de IU, Antonio Maíllo, para llamar a la participación de todos los andaluces en una movilización con motivo del 28-F y con el planteamiento común de «defender a Andalucía desde la izquierda».

Aunque ninguno de los dos, Carbonero y Maíllo, se pronunciaron explícitamente sobre a qué fuerza política va a apoyar CCOO en las próximas elecciones andaluzas, Antonio Maíllo no desperdició la oportunidad de destacar las importantes «coincidencias» a la hora de defender políticas de empleo y una salida de la crisis «desde la izquierda».