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LA CONTRACRÓNICA

La gente prefiere los burros grandes, anden o no anden

En el PP tenían encuestas que les hacían pensar que España les quiere a ellos

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Muchos no sabemos qué día es si no miramos el móvil. Aunque vayamos a acordarnos del de ayer. Pablo Iglesias tuvo que hacer cola para votar. Pacientemente, con «la gente». Y con la sonrisa en la cara de la que también se han apropiado los de Podemos. Lo único interesante de la noche habría sido vivir desde el Palacio de Invierno (léase la redacción de ABC) la revolución bolchevique del 16. Para contárselo a los nietos. Pero un personaje de Alan Moore en «From hell» dice que la clase obrera no quiere la revolución, quiere dinero. Y quien vota a Podemos no es la clase obrera, hay muchos señoritos de cuna meneada.

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Salió Rajoy de su colegio electoral por la mañana diciendo que «España será lo que los españoles quieran que sea». Una frase lógica alejada de las habituales de Mr. Chance. Sonaba a variación críptica del «España mañana será republicana». En el PP tenían unas encuestas favorables que les hacían pensar que lo que España quiere es a ellos. Por miedo o por lo que sea. Que lo que no quiere es a los otros. Volviendo al comienzo de la noche, las israelitas sólo sirven para poner nerviosa a la gente (seguro que a Rajoy no). Y para rellenar los programas informativos en la mayor pérdida de tiempo y saliva que se conoce en la televisión. Los del PP también saben que la gente (la gente de toda la vida, la que hay donde quiera que vas) les ha votado por las más diversas razones.

Por el otro lado de los burros grandes, anden o no anden (el bipartidismo, ya saben), Carmen Chacón. La pobre quería ser presidenta del Gobierno y se ha quedado en vocal. Además, suplente. Accedió al cargo porque el cofundador de Mango no se presentó. El candidato socialista es otro. Uno con suerte.

En Cambados, los de En Marea grabaron y pusieron en evidencia a una señora que iba a votar acompañada porque no sabía qué día era. Me solidarizo con la señora. A Pedro Sánchez no lo pillan en una así. Fue al colegio con una pulsera roja donde se leía PSOE. No contaban con su astucia, a él no se le iba a olvidar lo que tenía que votar. Ni se le va a olvidar el día 26 de junio. Al final tenía razón en lo de la remontada. Sus antenas de Hormiga Atómica detectaron la movilización. Cuando otros le auguraban caer en cuartos se ha plantado en octavos y casi en semifinales.

Menos risas

A Rivera lo pillaron en una foto muy contento mientras votaba. Las risas fueron grandes a lo largo del día. Al menos en el «cuatrogatismo» de Twitter. Con los resultados, las risas fueron menos en el partido (me temo que los que ya no son diputados de Ciudadanos tienen un reportaje). ¿Hasta en Cataluña, hijo mío?

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría votó a dos manos (al menos así depositó el sobre del Senado). Otra que estaba convencida de que les iba a ir bien. Volverá a atacar «La gozadera». Con cascos o sin ellos. También Otegi estaba contento. Pensando en el futuro. El secretario general de Sortu, candidato a lendakari de EH Bildu y cursi supremo habló de «sacar un rayo de sol». También de que «el verano se verá en Euskal Herria». En todo caso será el año sin verano de Lord Byron y Mary Shelley. El que creó al monstruo de Frankenstein.

Ayer se reunieron Lady Gaga y el Dalai Lama. A ver qué reuniones chanantes tenemos aquí.

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