Donald Trump, a la izquierda, en una imagen del vídeo
Donald Trump, a la izquierda, en una imagen del vídeo - THE WASHINGTON POST

Un vídeo obsceno de Trump sacude la campaña electoral

«Me moví tras ella como un perro, pero no pude tirármela», explica el candidato republicano a un amigo en una charla grabada en 2005

El magnate se jacta de intentar mantener una relación sexual con una mujer casada: «Cuando eres una estrella, puedes hacer lo que quieras»

Batería de críticas de dirigentes y candidatos republicanos, que fuerzan a Trump a no acudir hoy a un mitin del partido en Wisconsin

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Un vídeo con comentarios obscenos de Donald Trump, que fueron grabados en 2005, difundido por el diario The Washington Post, ha sacudido la campaña electoral, y, previsiblemente, condicionará el segundo debate presidencial, que este domingo volverá a medir al candidato republicano con Hillary Clinton, esta vez en la Universidad Washington, en San Luis (Misuri).

Mientras las imágenes muestran a un autobús en el que viaja Trump, en compañía del productor televisivo Billy Bush, se escucha el sonido del interior del vehículo, en el que el magnate describe a su interlocutor una escena lasciva protagonizada días antes: «Me moví tras ella pero fallé. Lo admito. Intenté f…(la). Estaba casada. Y me moví fuerte tras ella. De hecho la llevé a comprar muebles.

Ella quería obtener algunos muebles. Y le dije: «Te voy a mostrar dónde tienen algunos muebles bonitos». Me moví tras ella como un perro, pero no me la pude tirar. Y estaba casada. Entonces, de repente, ahora que la veo, tiene las tetas falsas y todo a lo grande. Ha cambiado totalmente su look».

En otro momento del diálogo, el millonario se jacta de su situación predominante para poder mantener relaciones sexuales con las mujeres, y lo describe así: «Cuando eres una estrella, te permiten hacer lo que quieras. Puedes hacer lo que quieras. Agarrarlas por el coño... Puedes hacer cualquier cosa…».

Cuando termina el obsceno relato de Trump, ambos descienden del autobús y, antes de dirigirse hacia los estudios de la cadena televisiva NBC, en compañía de la actriz Arianna Zucker, que acaba de recibirles, el magnate le dice: «Estoy atraído automáticamente por la hermosura». A continuación, Billy Bush intenta ayudar al propio Trump a cortejar a la joven con la que acaban de encontrarse: «¿Qué tal un abracito para Donald?», dice Bush. «¿Quieres un abracito, querido?», le pregunta la actriz. «Desde luego», replica el actual candidato republicano. Y añade: «Melania (su mujer) dijo que esto estaba bien».

La primera reacción al vídeo llegó del propio Donald Trump, quien, en un comunicado, aseguró que «era una broma de vestidor, una conversación privada que tuvo lugar hace muchos años». Y añadió: «Bill Clinton (el expresidente) me ha dicho cosas peores a mí en el campo de golf. Me disculpo si alguien se sintió ofendido».

A continuación, se desató una batería de críticas de dirigentes y candidatos republicanos. Se da la circunstancia de que el speaker del Congreso, Paul Ryan, habitualmente crítico con el mensaje y las maneras de Trump, iba a comparecer con él por primera vez en un mitin republicano en Wisconsin. Según diversas fuentes, Ryan, quien afirmó anoche estar «indignado» con los comentarios del vídeo, pidió al magnate que no acuda al acto electoral.

El presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, declaró que «ninguna mujer debería ser tratada en esos términos, ni hablarse de ella así. Nunca». A esas críticas se sumaron, el gobernador de Ohio, John Kasich, y los candidatos al Senado Marco Rubio y John McCain.

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