Un técnico de televisión, antes del inicio del debate en la Universidad de Hofstra
Un técnico de televisión, antes del inicio del debate en la Universidad de Hofstra - AFP

Uno de cada tres estadounidenses puede variar su voto tras el debate

Los jóvenes hispanos, el grupo más influenciable por el cara a cara Clinton-Trump de anoche

Corresponsal en Washington Actualizado: Guardar
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El de esta noche sólo es el primero de los debates entre Hillary Clinton y Donald Trump, pero su capacidad de influencia no parece menor. Sin necesidad de recurrir a los cambios que demostró la demoscopia en los históricos cara a cara, aproximadamente uno de cada tres estadounidenses consideraban «extremadamente o muy importante» el contenido y el resultado de la contienda para su decisión final. A falta de otros dos debates (9 de octubre en San Luis, Misuri, y 19 en Las Vegas, Nevada), con dos candidatos mayoritariamente rechazados por los votantes, sólo el 66% de quienes piensan ponerse delante del televisor rechazan que impore para cambiar el sentido de su sufragio. El 34% se considera expectante, según un sondeo de The Wall Street Journal.

Nada despreciable en una carrera que situaba a Clinton muy ligeramente por encima de Trump, aunque las encuestas en estados clave favorecían a la demócrata.

En el último sondeo de intención de voto, de The Washington Post apuntó el domingo un 46%-44% en favor de la primera candidata a presidenta del país. Que 30 de los 100 millones en que se situaba el cálculo de audiencia no tengan decidido su voto, hacen de las seis semanas que restan una recta final de campaña difícilmente predecible.

La mayor curiosidad del trabajo sobre la influencia del debate de anoche, publicado por el diario neoyorquino, sitúa al grupo de hispanos como los más abiertamente influenciables por el debate. El 49% lo consideraban «extremadamente o muy importante». Por edades, los menores de 35 años aparecían como el grupo que más relevancia otorgaba al cara a cara. El dato contrasta con la muy mayoritaria oposición de los hispanos a Donald Trump, rechazado por al menos el 75%, lo que indicaría que el sentido de su voto sería poco cambiante. Desde que el magnate lanzó su campaña de primarias insultando a los inmigrantes mexicanos que cruzan la frontera con Estados Unidos y anunciando la construcción de un muro que «pagará» el país vecino, el voto hispano constituye una de sus asignaturas pendientes, según las encuestas. No mayor es el apoyo de los votantes afroamericanos, que no alcanza ni el 10% (frente al 90% de Clinton). Pero, al igual que ocurre con los hispanos, también destaca el porcentaje de los que consideran muy importantes los debates. Es el segundo grupo de población, con un 42%, según el sondeo del periódico neoyorquino.

Promesas y realidad

Si las promesas electorales son uno de los factores que más afectan a la decisión del voto, el grado de cumplimiento que ofrecen en esta campaña hay que cogerlo con pinzas, según los expertos. En un informe publicado ayer, se recordaba que la elevada deuda pública de Estados Unidos marca un récord cada segundo que pasa, de forma que limitará de forma decisiva la capacidad del nuevo presidente. Hoy, la deuda supera los 19,5 trillones de dólares, que supone un 105,4% del PIB, y crece a un ritmo de 2.380 millones diarios. Cada ciudadano soporta 60.200 dólares.

Entre otras medidas de gasto, Clinton anuncia un paquete de 275.000 millones en infraestructura en los primeros cien días y una mayor cobertura de los costes de las familias en las escuela y en la universidad.

Además de medidas sociales para las familias y para los veteranos, Trump plantea un plan de reducción de impuestos supondría casi un 11% de menor recaudación del Gobierno federal, si no se tiene en cuenta el mayor crecimiento económico que el magnate asegura. En ambos casos, el presidente dependerá del control del Congreso.

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