El mejillón cebra, a las puertas de Doñana

Esta semana finaliza el plazo de presentación de solicitudes de ayudas para la creación de grupos operativos de la Asociación Europea de Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas. Se trata de ayudas europeas que se enmarcan en el Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020 y, a través de esta nueva medida (dotada con más de 7,4 millones de euros en 2016 y más de 19 millones para el conjunto del marco) la Junta pretende impulsar la innovación en el sector agroalimentario.

La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) no ha querido desaprovechar esta oportunidad para promover la investigación de tecnologías físicas y químicas que consigan frenar «el avance imparable del mejillón cebra», una especie invasora que «está causando un enorme perjuicio no sólo al sector del riego, sino a toda la sociedad, dado los gravísimos daños que genera tanto de tipo económico como medioambiental por la modificación de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad», indica Pedro Parias, secretario general de Feragua, quien alerta de que la especie está ya «a las puertas de Doñana».

Por ello, los regantes han contado con la colaboración del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario (ceiA3), la Universidad de Huelva, la Fundación Caja Rural del Sur, la Fundación Centro de las Nuevas Tecnologías del Agua (CENTA) y Emproacsa (empresa provincial de aguas de Córdoba) para la constitución de este grupo operativo cuya finalidad será «encontrar soluciones eficaces para acabar con la plaga invasora y al menor coste posible para los usuarios».

Desde que el mejillón cebra se detectara en el Guadalquivir en 2009, concretamente en el embalse de Los Bermejales (Granada) y, un año después en el embalse más grande de la cuenca, el de Iznájar (al sur de Córdoba), llegando la especie en 2012 al embalse de la Breña II (también en Córdoba), el molusco se ha propagado a través del río Genil a todo el sistema del Bajo Guadalquivir, que actualmente está infestado. Las comunidades de regantes más dañadas en la provincia de Sevilla son la del Valle Inferior del Guadalquivir, que incluye 20.000 hectáreas de riego; la del Bajo Guadalquivir, que aglutina 44.000 hectáreas; y el Sector B12 (marismas del Guadalquivir), que cuenta con unas 12.000 hectáreas y que incluye bombas de riego contaminadas por esta especie «a escasos diez kilómetros de Doñana», explica Parias, quien subraya el «alarmante avance de los últimos seis meses».

Las medidas puestas en marcha para frenar al mejillón cebra y otras especies invasoras como los briozoos y la almeja asiática han resultado «del todo ineficaces», señala por su parte Antonio Morales, coordinador del Grupo de Trabajo de Especies Invasoras de Feragua, quien explica que «los tratamientos químicos contrastados en otras cuencas como en la del Ebro no siempre funcionan en la del Guadalquivir, ya que el clima y el Ph del agua son muy distintos. Además, son tratamientos muy costosos, del orden de un millón de euros para 20.000 hectáreas, y habría que repetir la aplicación anualmente, por lo que estas soluciones resultan inasumibles para el regadío». Además, desde la Administración «se empiezan a plantear actuaciones que deberían haberse ejecutado hace cinco años». Por ello, desde Feragua «estamos trabajando en conseguir soluciones que, aunque no sean definitivas, permita a los distintos usuarios utilizar las infraestructuras sin riesgo de propagación y a un menor coste».

En este objetivo se enmarca la creación del Grupo Operativo así como el proyecto de investigación que Feragua tiene en marcha consistente en analizar la eficacia del tratamiento con ácido sulfuroso frente a las especies invasoras. Los resultados del estudio se obtendrán el próximo mes de diciembre.