El Brexit aprieta, pero no ahoga

La compra de vivienda por extranjeros creció casi un 14% en 2017, aunque la demanda británica cayó un 10%

Roberto Pérez

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Con las estadísticas en la mano, los expertos se inclinan a dar por amortizado el efecto del Brexit en el mercado inmobiliario español. El balance de 2017 parece certificarlo: ha afectado, pero poco. Según los datos del Colegio de Registradores, los extranjeros se quedaron con el 13,1% de las viviendas que se vendieron en España el año pasado. Compraron exactamente 60.860, unas 7.400 más que en 2016, lo que supuso un aumento del 13,8%, muy próximo a la tasa media de crecimiento que se produjo en el conjunto del mercado español de vivienda, que rondó el 15% entre 2016 y 2017.

Desde 2014, las viviendas adquiridas por extranjeros en España suponen más del 13% de todas las compraventas registradas en nuestro país, una cuota que es más del triple de la que se dio en 2009 y 2010, cuando se desplomó hasta quedar por debajo del 4,5%.

Los extranjeros siguen siendo un motor de arrastre para el sector inmobiliario español. De hecho, cuando la crisis aún no había tocado fondo, la demanda extranjera de vivienda ya había empezado a repuntar. Lo hizo claramente entre 2010 y 2011, mientras que la crisis inmobiliaria en España no tocó fondo hasta el año 2014. Ese año se cerró con un escuálido registro de 318.928 compraventas de viviendas en España, frente a las más de 900.000 que se habían contabilizado en 2006 -justo antes de que estallara la burbuja- y casi 250.000 menos de las que se registraron en 2017. Este último año se han vendido en España 464.223 viviendas.

Mil compras menos

¿El Brexit ha erosionado el mercado inmobiliario español? Sí, pero de forma muy escasa si se tiene en cuenta que los británicos son, con mucha diferencia, los extranjeros que más viviendas compran en España. Es cierto que el mercado británico se ha retraído un 10% durante el último año en el comercio inmobiliario español -adquirieron en nuestro país, en 2017, mil viviendas menos que en 2016-.Pero ese retroceso parece haber tocado fondo. Como advierte el informe del Colegio de Registradores, tras varios trimestres de descensos, en la recta final de 2017 volvió a repuntar la compra de vivienda española por parte de los británicos: en el cuarto trimestre concentraron el 15,62% de las viviendas compradas por extranjeros en nuestro país, mientras que en el trimestre anterior habían representado el 14,75%.

Además, ese bache que se ha producido en la demanda británica de vivienda española se ha visto compensado ampliamente por el repunte experimentado por compradores de otras nacionalidades. Belgas, italianos, rumanos, alemanes, chinos y marroquíes destacan entre los que han aumentado su peso en el mercado inmobiliario español durante el último año.

En cómputo global, por tanto, el resumen es que en nuestro país la compra de viviendas por parte de extranjeros aumentó un 13,8% en 2017, pese a que el segmento británico se contrajo en cómputo anual un 10%.

«El año 2017 ha dejado un excelente porcentaje de operaciones por parte de compradores extranjeros, lo que supone una gran tasa de exportación de viviendas», destaca el director de Estudios del portal inmobiliario pisos.com, Ferrán Font. «La pérdida de peso de los británicos se ha estabilizado totalmente, por lo que ha quedado demostrado que el Brexit no es significativo para que se sigan tomando decisiones de compra, dado que los británicos siguen representando el primer mercado foráneo comprador de viviendas en España», afirma.

Demanda turística y precios

La solidez de esa demanda extranjera se concentra en las áreas turísticas. Y eso se refleja también en el relanzamiento de la promoción de vivienda nueva en esas zonas, así como en el repunte de los precios. «Málaga, Baleares y Alicante son las tres provincias españolas donde más compraventas se han realizado en el último año en proporción a su parque de viviendas», indica el director del Servicio de Estudios de Tinsa, Jorge Ripoll. Y apunta algunos ejemplos: los «importantes» aumentos de precio que se ha anotado en el último año el mercado inmobiliario de las localidades alicantinas de Benidorm, Calpe o Santa Pola; el «impulso de la obra nueva, enfocada al mercado de lujo» que se aprecia en esa misma zona; la construcción de viviendas de alta gama que se está dando en zonas como la mallorquina de Son Vida; o los municipios turísticos del sur de Tenerife, «donde nuestra red técnica apunta que se observan incrementos en los precios de venta en los últimos dos años que alcanzan el 20%», afirma Ripoll.

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