El triunfo de Trump es el único susto en dos años al que las Bolsas han resistido

Los mercados valoran los planes de estímulo económico del futuro presidente de EE.UU., pero dudan de su política proteccionista y exterior

MADRID Actualizado: Guardar
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Hay episodios con resultados -sí o no, blanco o negro, sin grises- capaces de aupar o hundir los mercados financieros; analistas e inversores los llaman eventos binarios. Y hay contextos cuya peor versión posible acuñan como «cisnes negros». La lista de unos y otros de los dos últimos años incluía la interminable crisis griega, el parón económico de China, la amenaza terrorista, el Brexit y también las elecciones presidenciales en Estados Unidos. La victoria de Donald Trump, pese a lo que se pudiera esperar, es el único de ellos que no ha provocado un desplome de las Bolsas.

El Eurostoxx, en el que cotizan las 50 principales compañías del Viejo Continente, cerró el miércoles con un alza del 1,09%, y ayer cedió un tímido 0,25%.

El Ibex, eso sí, perdió un 1,63% lastrado por las eléctricas: en un escenario de más inflación como el que generaría la política económica del nuevo presidente estadounidense, el dividendo de estas compañías perdería atractivo. Mientras tanto, Wall Street repuntó un 1,40% tras conocerse el resultados de esos comicios; ayer, al cierre de esta edición también registraban ganancias.

Este clima de incertidumbre y volatilidad contrasta con las pérdidas sin paliativos que las principales plazas sufrieron ante otros eventos como el referendo sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea el pasado 23 de junio; ese día el Eurostoxx se despeñó un 8,62%. En el verano de 2015 la crisis económica de China hizo que en solo una sesión perdiese un 5,35% de su valor. Grecia, por otro lado, siempre tiñe de números rojos las Bolsas europeas: al negociar su tercer rescate, en julio de 2015, el índice comunitario bajó un 2,22%, y la victoria electoral de Alexis Tsipras dos meses después se cobró un 3,41% de su valor.

Nuevo discurso moderado

La primera interpretación para esa diferencia entre el recibimiento al candidato populista del Partido Republicano y otros hechos es el mensaje conciliador que el propio Trump pronunció tras su victoria y que fue celebrado por los inversores. Eso contrasta por ejemplo con la actitud del Gobierno británico, que lejos de atemperar los ánimos tras el triunfo del Brexit avanzó una ruptura con la UE por la vía más dura. La gran semejanza entre ambos episodios, los dos más inesperados en estos dos años, es su impacto en la cotización de las divisas: la libra y el peso mexicano se han hundido ante el temor a las políticas proteccionistas.

Aunque el triunfo de Trump se haya calificado de sorprendente los mercados ya lo habían ido recogiendo. Según explican los analistas, el ascenso de este en las últimas encuestas publicadas hizo que muchos inversores vendiesen ya parte de sus acciones durante la última semana de octubre, adelantándose así al resultado final. De esta forma, la reacción de las Bolsas no ha sido tan acusada. Para el Brexit, en cambio, nadie estaba preparado y cayó como una bomba.

Política fiscal

En el caso de la valoración que han hecho los mercados de la elección de Trump es necesario discernir además hacia qué sectores se está moviendo el dinero. El republicano ha prometido una política fiscal expansiva, con grandes inversiones en infraestructuras y bajada de impuestos para impulsar la economía, lo que debería resultados positivo para la Bolsa, según los analistas de Abante Asesores.

Además, el sector sanitario repunta al descartarse los planes de Hillary Clinton de controlar los precios de los medicamentos. «Menos impuestos, déficits más grandes y un mayor gasto en infraestructuras con Trump es favorable para la Bolsa», resume el codirector de inversiones de Mirae Asset, Rahul Chadha.

«La preocupación de los inversores se centra en las políticas contra el comercio y la inmigración de Trump. Si mantiene su discurso sobre política comercial proteccionista, podría desencadenarse la recesión que ya se preveía en la economía de EE.UU. Las políticas de Trump son en parte desconocidas, y su equipo aún más», añade el responsable de renta variable global de Robeco, Mark Glazener.

Otro ejemplo del limitado o corto impacto que en las Bolsas a veces tienes eventos inesperados es el de los atentados terroristas. El de París en noviembre de 2015, en el que Daesh mató a más de 130 personas, apenas se notó en la cotización bursátil: ese día el Eurostoxx bajó un 0,80% debido sobre todo al desplome del precio de las acciones de compañías hoteleras y aerolíneas. En este sentido, sí hay un impacto a medio plazo en el crecimiento económico de aquellos países afectados por la inseguridad que despiertas el terrorismo.

Cambios estructurales

Para bien o para mal los resultados electorales tienen un efecto más bien a corto plazo: en primer lugar porque no provocan ningún efecto inmediato en la economía y, además, siempre hay dudas respecto a las políticas que van aplicar sus protagonistas. Por eso, por ejemplo, la debilidad económica de China ha tenido un impacto mucho mayor porque sí es un cambio estructural.

El gigante asiático está virando su modelo de una economía volcada en la exportación hacia otra más terciarizada y de consumo interno. Esto genera un descenso en sus compras de petróleo y un crecimiento del PIB más moderados, afectando por tanto al crecimiento global. En esa línea, el incierto futuro de la rentabilidad de la banca hace dudar no solo de la viabilidad de algunas entidades sino de su aportación a la recuperación de la economía. Y el Brexit, por cuanto su salida de la UE no será temporal sino permanente, se antoja un reto histórico y de primer nivel para el proyecto político y económico del euro.

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