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Miembros del TC alemán - EFE

El Tribunal Constitucional alemán respalda el programa del compra de bonos del BCE

La sentencia afecta al programa conocido como «Outright Monetary Transactions» (OMT), que fue anunciado en 2012

CORRESPONSAL EN BERLÍN Actualizado: Guardar
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En el verano de estresante canícula de 2012, cuando la prima de riesgo estaba en niveles insostenibles y Mario Draghi dijo aquello de “haremos todo lo necesario”, no estaba sobrepasando sus competencias. Las medidas no convencionales tomadas desde entonces por el BCE están dentro de la legalidad, según acaba de anunciar al presidente del Tribunal Constitucional alemán, que desestima una querella presentada por un grupo de economistas y políticos y que respalda así a Mario Draghi y su estrategia para mantener a flote las economías más inestables durante los peores momentos de la crisis del euro.

Técnicamente, la sentencia afecta al programa conocido como "Outright Monetary Transactions" (Operaciones Monetarias de Compraventa OMT), que fue anunciado en 2012 y con el que el BCE se adentraba en el territorio desconocido de la compra de bonos de estados en crisis de manera ilimitada, para mantener su solvencia.

Aunque el programa nunca llegó a aplicarse, su sólo anuncio sirvió para tranquilizar a los mercados.

La sentencia, aunque emitida con salvedades, vence las numerosas reticencias surgidas en Alemania a la política de Draghi y refuerza el papel de las instituciones europeas a sólo dos días del referéndum británico sobre el Brexit. Con este papel sobre la mesa, el BCE podrá tomar con más tranquilidad las medidas que requiera el resultado de la votación, que en caso de decidir la salida del Reino Unido, desencadenaría profundas turbulencias financieras y complicaría el actual objetivo de acercar la inflación de la zona euro al 2% y de estimular el crecimiento.

El veredicto llega después de la denuncia planteada por numerosos colectivos en Alemania contrarios, con el Bundesbank a la cabeza, a que el BCE asuma riesgos en balance en favor de países concretos. El actual programa de estímulos “quantitative easing”, por el que la institución compra 80.000 millones de euros de deuda al mes, también convive con las críticas, aunque de forma mucho más discreta, ya que su objetivo es la estabilidad de precios, mandato supremo del BCE, mientras que el OMT pretendía fundamentalmente controlar las turbulencias en los mercados.

Dentro de ese plan de estímulos, el BCE ha comprado 1.900 millones de euros de deuda corporativa solamente durante la semana pasada, según los datos publicados ayer lunes. La cifra es superior a las estimaciones de los expertos y se produce en un momento de agitación financiera a causa del brexit, con lo que la institución habría adquirido esos bonos directamente en mercado y no aprovechando nuevas emisiones.

El BCE activa este miércoles otro de los puntos del «quantitative easing», las barras de liquidez condicionadas a la concesión de crédito, conocidas como TLTRO. De este modo, realiza una segunda subasta en la que los bancos pueden financiarse a un interés cero que puede llegar a ser negativo del 0,4%, el interés de la facilidad de depósito, si la entidad ha elevado su cartera de crédito el 2,5% hacia finales de enero de 2018. Es decir, el BCE paga a la banca por prestar. Los analistas estiman que los bancos pedirán al BCE unos 50.000 millones de euros.

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