Una transición sin turbulencias

Dos años después de su privatización parcial, la firma lusa ha virado con éxito hacia un modelo con precios más bajos

Francisco Chacón

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«Un año increíble que muestra los primeros resultados de la privatización». Las palabras de Fernando Pinto, presidente ejecutivo de TAP (Air Portugal), hace solo unos días celebraban el crecimiento de un 20% en el número de pasajeros transportados por la aerolínea bandera de Portugal a lo largo de 2017.

La frase sonaba también a su despedida tras 17 años en la cúpula de una compañía que apuesta por las conexiones con España (el 12% de todas sus operaciones) y, cómo no, con la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa: Brasil, Angola, Mozambique, Cabo Verde, Guinea Bissau, etc.

En su estrategia de apostar por España, ha anunciado la reapertura de la línea Oporto-Barcelona

A partir de ahora, la dirección de la firma se renueva con la presencia de Antonoaldo Neves, de 42 años, un hombre de confianza del magnate brasileño-norteamericano David Neeleman, quien compró TAP dos años atrás y ha demostrado lograr buenos resultados en poco tiempo con una fórmula que procede de las dos aerolíneas que fundó: la brasileña Azul y la estadounidense JetBlue.

Hasta entonces, la empresa era la única europea 100% pública que surcaba los cielos, pero 354 millones de euros y la asociación con el portugués Humberto Pedrosa hicieron que se adaptase a los nuevos tiempos colocándose en manos privadas (no todo el capital, sino el 45%, pues el 50% continúa siendo propiedad del Estado luso y el restante 5% se queda en manos de los propios trabajadores). Y todo bajo la denominación de Atlantic Gateway, que designa el consorcio creado por ambos.

La flexibilidad y la bajada de precios para plantar cara a los competidores de bajo coste se ha revelado como una premisa de éxito, a la que se une la puesta en marcha y consolidación del puente aéreo Lisboa-Oporto, siguiendo el modelo de la eficacia evidenciada en España en el trayecto equivalente de Madrid a Barcelona.

La firma transportó un 20% más de pasajeros en 2017

Los clientes de negocios sustentan esta ruta desde la capital hacia la ciudad más importante del norte de Portugal, con perfiles muy distintos de los que pueblan el mismo itinerario a bordo de Ryanair.

Además, la etapa de Fernando Pinto (quien permanecerá ligado a la compañía ejerciendo labores de asesor) se ha cerrado con el incremento de ocho aviones en su flota, lo que se traduce en un crecimiento del 12% en esta partida.

El flamante Antonoaldo Neves desembarca con la misión de impulsar una fase de expansión. Junto a él, llega otro ejecutivo próximo a Neeleman: se trata de Raffael Guaritá Quintas, ex director financiero de Azul.

Este dúo brasileño dispondrá del respaldo portugués de David Pedrosa, hijo del socio Humberto Pedrosa, y de un interlocutor de HNA, el conglomerado chino accionista del 22% de Azul.

Señas de identidad

En cualquier caso, las señas de identidad que representan las rutas de TAP hacia España se van a ver reforzadas en esta nueva andadura. Una prueba más de que la gestión en curso no está reñida con algunos de los cimientos de la firma.

De este modo, acaban de anunciar la reapertura de la línea Oporto-Barcelona, que había dejado de operar. Dos vuelos diarios a partir del próximo mes de marzo, según confirmaron fuentes de la compañía.

También destaca otra novedad porque la ruta Lisboa-Sevilla se beneficiará de una tercera frecuencia diaria, que funcionará durante todo el verano y dará respuesta a la creciente demanda en dirección a la ciudad de Velázquez y Murillo. Así las cosas, TAP tiene previsto realizar hasta 217 vuelos semanales entre Portugal y España en 2018, una cifra que supera en 23 a los que despegaron el año pasado y en 43 a los del anterior.

El aumento de estos viajes no ha cesado en los últimos meses, ya que no puede olvidarse que ya se habían consolidado y ampliado rutas como Lisboa-Valencia, Oporto-Madrid, Lisboa-Málaga o las dos más recientes, que garantizan el tráfico aéreo desde la capital portuguesa a Las Palmas de Gran Canaria y a Alicante. También están en marcha los desplazamientos a Bilbao, Vigo, La Coruña y Oviedo.

El optimismo de los directivos de Air Portugal respecto al mercado español se refrenda con un dato histórico que se alcanzó el pasado diciembre: las líneas Lisboa-Madrid (que compite con la pujanza de la británica easyJet) y Lisboa-Barcelona superaron por primera vez los 500.000 pasajeros anuales.

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