Desde el sector se han lanzado diferentes iniciativas para recuperar el consumo como la campaña «Dí sí a tres lácteos al día»
Desde el sector se han lanzado diferentes iniciativas para recuperar el consumo como la campaña «Dí sí a tres lácteos al día» - ANA PÉREZ HERRERA

El sector lácteo se lanza a la reconquista del consumidor tras el final de las cuotas

Industria y expertos coinciden en que esta actividad vive un momento decisivo, y apuntan hacia la aparición o convivencia de diferentes modelos productivos en los próximos años

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Esta semana el sector lácteo, a través de la Interprofesional Láctea (Inlac), que reúne a productores e industria, presentaba la campaña «Dí sí a tres lácteos al día», con el objetivo de fomentar la presencia de este tipo de productos en la alimentación de los españoles. Todo ello en un contexto en el que, según los datos del Ministerio de Agricultura, el consumo de productos lácteos en los hogares españoles viene registrando una continua caída desde 2010, pasando de las 5.245,9 toneladas de aquel año a las 4.924,3 toneladas consumidas durante 2016.

En concreto, por categoría de producto, el consumo de leche líquida hace siete años era de 3.527,5 toneladas (76,78 kg per cápita), mientras que durante el año pasado fue de 3.198,5 toneladas (72,85 kg per cápita).

Un caso que se repite con los yogures y las leches fermentadas, así como en caso de los quesos, tanto en volumen como en consumo per cápita. Por ejemplo, en 2010 los españoles comieron 360,27 toneladas de queso - 7,85 kg per cápita- frente a las 351,9 toneladas - 8,02 kg per cápita- consumidos el año pasado. Ahora bien, respecto a 2015, habría una variación positiva en en el caso de los quesos (+1,4%). Precisamente, el responsable del sector lácteo de COAG, Gaspar Anabitarte, matiza que «el problema está en la leche líquida» y que el queso o el yogurt tienen datos mejores.

Pero, ¿es posible que la leche vuelva a ser un producto estrella? Desde el sector se están lanzando iniciativas, impulsadas desde el «Acuerdo Lácteo», como el sello «Productos Lácteos Sostenibles» (PLS), el Código de Buenas Prácticas, el Contrato Homologado o la etiquetación del origen de la leche. Desde Cooperativas Agroalimentarias, su director de ganadería Fernando de Antonio, es optimista y cree que «no sólo debemos recuperar el consumo, sino que para que esta recuperación sea estable, debemos volver a los hábitos saludables de hace décadas».

En este sentido, insta a rescatar la cultura del queso, «tal y como se hizo con el aceite». Para Edelmiro López, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), «a corto plazo es difícil, ya que se trata de un cambio en los los hábitos de consumo, especialmente en la gente joven, y de un cierto desplazamiento de la leche animal por sucedáneos».

Diversificación

Edelmiro López (USC) cree que «el reto es producir menos leche envasada y más derivados, ahí está aumentando la demanda». Es decir, diversificar. Como ejemplo, propone a medio- largo plazo aumentar la fabricación de quesos o yogures. «Parecernos más a Francia», resume este experto. Una visión similar ofrece el profesor del Departamento de Marketing de Esade, Jaime Castelló, quien recuerda que «la diversificación implica pasar de un modelo de negocio basado en productos indiferenciados - commodities- a un modelo basado en productos que aporten un valor diferencial para determinados segmentos de consumidores».

Lo que a su juicio supone un «cambio total» para las empresas. «Es una opción arriesgada, sobre todo, su implementación», advierte. Sin embargo, para el experto de la Universidad de Santiago de Compostela Edelmiro López, quizás no haya otra opción tras el fin de las cuotas lácteas en 2015: «Lo bueno sería pensar a más medio plazo, ahí entran los productores y la industria, que no ha hecho sus deberes en los últimos 15 años. Como sector no han sido capaces de diversificar la cartera de productos y articular relaciones más estables».

Por su parte, Anabitarte (COAG), se muestra escéptico y atribuye a las diferencias culturales con países como Francia el que se apostara tradicionalmente por la materia prima líquida. Preguntado por la diversificación y la l ainternacionalización, afirma que hay dos opciones: Vender más barato u ofrecer más calidad y advierte de que, en el camino, habrá «muchos perdedores», las ganaderías medianas y pequeñas. ¿Su modelo? Uno con base familiar «de ganadería con ganaderos». Anabitarte critica el fin de las cuotas: «Éramos un sector muy débil, pequeño, en un país con una población importante», apunta.

Al hilo de lo anterior, Fernando de Antonio (Cooperativas Agroalimentarias) reconoce «la dificultad de alcanzar simultáneamente una sostenibilidad económica, social y medioambiental». En opinión de Castelló (Esade) el sector «acabará siendo una industria en la que coexistan dos modelos: grandes explotaciones que competirán con productos básicos y no diferenciados y, por otro lado, explotaciones más pequeñas con productos más diferenciados».

Ver los comentarios