Los refugiados costarán a Alemania 50.000 millones hasta 2017

Solamente en alojamiento y manutención la factura será este año de alrededor de 17.000 millones de euros, a lo que se suman otros 5.000 millones para cursos de integración e idioma

BERLÍN Actualizado: Guardar
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El gobierno alemán había apartado 6.000 millones de euros en los actuales presupuestos generales para financiar la atención a los refugiados durante 2016, pero esa previsión apenas servirá para empezar, según las estimaciones del Instituto de la Economía Alemana (IW), que calcula que los refugiados le costarán a Alemania 50.000 millones de euros hasta 2017. A modo de dato comparativo, el tercer rescate que Grecia aceptó el pasado mes de julio y con el que debe aguantar los próximos 5 años fue de 86.000 millones.

Solamente en alojamiento y manutención la factura será este año de alrededor de 17.000 millones de euros, a lo que se suman otros 5.000 millones para cursos de integración e idioma. Y todo ello sin contar con los cientos de miles de nuevos refugiados que están ya en camino con la esperanza de ingresar también en territorio alemán.

En caso de que el número de solicitantes de asilo ascendiera hasta 2,2 millones en 2017, una cifra muy plausible, los costes para el Estado alemán aumentarían hasta los 55.000 millones, según el documento publicado por el diario regional Rheinische Post.

La canciller Merkel ya ha tratado de tranquilizar este fin de semana, asegurando que la mayoría de los refugiados no vienen para quedarse y recordando que “en cuanto la situación de guerra o violencia se mitigue en sus lugares de origen la mayoría tendrá que volver a sus países”. Y la ministra de Trabajo, Andrea Nahles, anuncia hoy en un artículo que firma en el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung que será necesario recortar las ayudas y prestaciones sociales a los refugiados que no se integren.

“Todos lo que hayan llegado a Alemania en busca de protección y quieran empezar una nueva vida, tienen que atenerse a nuestras normas y valores”, dice la ministra socialdemócrata, “quien va a tomar nuestra ayuda debe aportar toda su capacidad y su fuerza de trabajo, como el resto, para hacer su propia fortuna”. “Aquellos que no lo hagan no recibirán aquí un apoyo permanente”, advierte. “Aquel que se muestre en contra de la integración le serán recortadas las prestaciones”, anuncia, avanzando parte del contenido del paquete “Asilo III”, la tercera reforma legal en la que ya está trabajando el ejecutivo alemán para poder hacer frente a la operación acogida.

Pero para hacer cuadrar las cifras no será suficiente con un recorte de las ayudas públicas a los refugiados, que apenas servirá para desincentivar las llegadas en 2017. En contra del firme propósito del ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, Alemania debería incurrir en un nuevo endeudamiento. Por ahora el plan era invertir en los refugiados los 12.000 millones de superávit con que se cerró 2015, pero esa cantidad, a la luz de las nuevas previsiones, apenas bastará para llegar a mitad de este año.

Además hay que contar con que, con la llegada de la primavera, aumente de nuevo el flujo de llegadas y la Agencia Federal de Empleo (BA) insiste en que que la integración de los refugiados en el mercado de trabajo alemán, si bien a largo plazo resultará beneficiosa para la economía germana, no es algo con lo que se pueda contar en el plazo de pocos meses. No hay que hacerse "hacerse demasiadas ilusiones", ha advertido uno de los miembros de su directiva, Detlef Scheele. A corto plazo, a Alemania solamente le queda la baza de la solidaridad europea.

El ministro de Cooperación y Ayuda al Desarrollo, Gerd Müller, ha reclamado al resto de los socios europeos un incremento “notable” de la ayuda a los países vecinos de Siria y ha puesto números sobre la mesa. “No hay que andarse con pequeñeces, sino hacerlo a lo grande", ha animado de cara a la conferencia internacional de donantes para Siria que se celebrará en Londres el 4 de febrero. “Con 2.000 millones de euros se puede crear trabajo para 500.000 personas de forma inmediata”, dijo en declaraciones a la televisión pública alemana ARD, “y con 10.000 millones de euros se puede estabilizar la región”. Al igual que los 3.000 millones de euros prometidos a Turquía, esta lluvia de dinero pretende ofrecer perspectivas a los refugiados sirios para quedarse en Oriente Próximo en lugar de viajar hasta Alemania.

Otro parche a corto plazo es el aumento de las deportaciones a países del Magreb, considerados ahora “seguros” por la ley alemana y a los países no seguros en cuanto disminuya la tensión bélica. "Cuando haya paz en Siria, cuando venzamos al Estado Islámico en Irak, se volverán con todo lo que habrán aprendido con nosotros", ha dicho una optimista Merkel tratando de convencer a los presidentes de los Bundesländer, que cuentan solamente con 17.000 millones de euros para este año y a los que a todas luces no les cuadran los números.

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