El exministro durante la entrevista en la Fundación Rafael del Pino
El exministro durante la entrevista en la Fundación Rafael del Pino - JOSÉ RAMÓN LADRA

«Reformar la financiación regional nos hubiera ahorrado muchos problemas»

José Manuel García-Margallo, ex ministro de Asuntos Exteriores y presidente de la Comisión Mixta de Seguridad Nacional, afirma que «EE.UU. se quería llevar en 2012 las bases de Morón y Rota a otro país del sur del Mediterráneo ante las decisiones de Zapatero»

MADRID Actualizado: Guardar
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José Manuel García-Margallo (Madrid, 1944) publica su nuevo libro —escrito junto al secretario de Estado para la UE, Fernando Eguidazu— dos semanas después de dejar de ser ministro de Asuntos Exteriores y con Donald Trump como flamante nuevo presidente de los EE.UU. Ante el nuevo tablero internacional, Margallo propone en «Europa y el porvenir» (Península) una integración más profunda que pasa por mutualizar deuda e incluso las pensiones. En una entrevista en la Fundación Rafael del Pino, el exministro repasa sus años al frente de la cartera de Asuntos Exteriores. Y desliza algún reproche, como que no se acometiera antes la reforma de la financiación autonómica o los recortes en su ministerio que le llevaron a desplegar «una diplomacia franciscana con un Papa jesuita».

—¿Su salida del Gobierno le cogió por sorpresa?

—Lo descontaba. Al final, lo primero que hacía todas las mañanas era mirar las esquelas de ABC para ver si aparecía en ellas, ya que algunas fuentes señalaron, sobre mi continuidad en el Ejecutivo, que estaba en «estado terminal». Lo único que sabes cuando eres ministro es que vas a ser exministro. Agradezco a Mariano Rajoy por haberme permitido desempeñar ese puesto. Mi compromiso con él, con su Gobierno y muy especialmente con mi país, seguirá al frente de la Comisión de Seguridad Nacional en las Cortes. Voy a tener tiempo de reflexionar, de escribir mis ideas e incluso de publicarlas si encuentro editor.

«La UE se empeñó en la austeridad cuando había que alegrar la economía»

—¿Qué piensa del Gobierno que finalmente ha diseñado Rajoy?

—Hay muchos ministros que conozco muy bien, que son espléndidos. Ahora nos toca a los demás ayudar a ese Gobierno. Entramos en un tiempo más sencillo. A nosotros nos tocó sacar el agua para evitar el naufragio. Ahora el barco puede navegar y hay que pedir que acierten en el rumbo.

—¿Cómo analiza el conflicto con Cataluña? Usted propuso un nuevo pacto dándole más IRPF

—Se entendió muy mal lo que dije. El pacto fiscal no es constitucional. Yo lo que he dicho siempre es que se debería haber cambiado la financiación autonómica y nos hubiéramos ahorrado muchos problemas. Debe imperar la igualdad en la prestación de servicios básicos con impuestos de la Administración central. Y que las autonomías decidan qué servicios no esenciales pagan con sus impuestos propios.

—¿Cuáles han sido los momentos más difíciles como ministro?

—Las relaciones con EE.UU., que estaban muy deterioradas cuando llegué. Tuve una reunión en Múnich en 2012 con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en la que con toda claridad, y como consecuencia de las decisiones que tomó el Gobierno anterior, me expuso que había un recelo y una desconfianza tremenda hacia España. Hasta tal punto que estaban considerando llevarse las bases de Morón y Rota a otro país del sur del Mediterráneo. Eso se ha restablecido. Lo han dicho Obama y Kerry: las relaciones entre EE.UU. y España atraviesan el mejor momento.

«El Brexit y Trump expresan el iedo a perder el nivel de vida y la identidad»

—Le ha tocado lidiar la pérdida de peso internacional de España por la crisis.

—No es verdad. Estamos en el Consejo de Seguridad de la ONU. Estamos sobrerrepresentados en la ONU y en la UE. Estamos muy bien representados en la Alianza Atlántica. Estamos en el grupo internacional de Apoyo a Siria con otros cuatro países europeos pese a que nuestra aportación económica es inferior. Es decir, estamos más representados que antes aún contando con menos medios que en épocas anteriores. Mi presupuesto ha sido la quinta parte del que tenía Trinidad Jiménez.

—Pero se han perdido cargos ejecutivos en el FMI o el BCE.

—Eso se lo preguntaría al Ministro de Economía.

—¿Qué piensa de la victoria de Trump y del Brexit?

—El Brexit y Trump son dos expresiones de populismo con una raíz común: el miedo a la globalización. La crisis financiera fue la primera gran crisis de la globalizacion. Hay miedo a perder el nivel de vida y la identidad cultural. La ciudadanía ve en la integración de inmigrantes y en el libre comercio la plasmación de la globalización. Trump propone lo contrario. Ocurre algo parecido a lo que pasó tras la I Guerra Mundial. Ante la crisis vuelve el instinto primitivo de volver a la tribu. Con el Brexit hay una opinión de que se produce porque hemos ido demasiado deprisa en la integración europea. Mi tesis es la contraria. No hemos sido capaces de convencer a la población de que la UE es la única forma de mejorar su nivel de vida en parte porque Europa se esta empeñando en hacer políticas de austeridad en un momento en el que había que alegrar la economía.

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