La quiebra de otra aerolínea dispara las alarmas sobre la conectividad turística

Trece aeropuertos españoles están afectados por la insolvencia de la británica Monarch, que se suma a las recientes de Air Berlin y Alitalia

Pasajeros reubicados de la aerolínea Monacrh EFE
Luis M. Ontoso

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Un nuevo nombre se une a la nómina de aerolíneas golpeadas por un entorno hipercompetitivo y, como daño colateral, vuelve a aparecer el sector turístico español. Ayer fue el turno de Monarch, firma especializada en los turistas ingleses que pasan sus vacaciones en destinos de sol y playa españoles. La firma británica se declaró en quiebra por sorpresa por la mañana y canceló todos sus vuelos previstos . Se calcula que los afectados serían más de 850.000 personas. Entre ellos, 110.000 que se encuentran actualmente fuera de sus países de origen.

La Autoridad de Aviación Civil británica admitió la gravedad de la situación y por ello avanzó que se disponía a fletar hasta 30 aviones durante el día y la noche para devolver a Reino Unido a aquellas personas que se hayan quedado atrapadas fuera por esta situación. El propio ministro de Transportes británico, Chris Grayling, llegó a catalogar esta operación como « la mayor repatriación en tiempos de paz» a la vez que reconocía la situación angustiosa que deben estar pasando los turistas británicos en el extranjero. Por eso, aseguró, su «prioridad es ayudarles».

La caída de Monarch originó, de inmediato, la cancelación de las 69 operaciones programadas con origen o destino en los aeropuertos españoles durante el día de ayer, según contabilizó AENA. Las más afectadas fueron las terminales de Alicante y Málaga, con doce conexiones cada una; Menorca, diez, y Barcelona y Palma de Mallorca, con ocho respectivamente . En total, son trece los aeropuertos afectados por la bancarrota de la aerolínea. Aparte de los citados, también se encuentran los de Madrid, Almería, Valencia, Ibiza, Lanzarote, Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura.

El perfil netamente turístico de la aerolínea de bajo coste británica coincide con el de la casi extinta Air Berlin -con una fuerte presencia en los archipiélagos de Baleares y Canarias, el Levante español y la costa andaluza- y también, en parte, con el de Alitalia (con vuelos a Ibiza, Palma de Mallorca, Menorca, Barcelona, Madrid y Málaga).

Mientras tanto, Ryanair vive su particular calvario. Para hacer frente a sus problemas operativos -relacionados con la configuración de los turnos de los pilotos y la fuga de varios de estos profesionales a aerolíneas de la competencia, como Norwegian - la compañía irlandesa ha tenido que cancelar 34 rutas, entre ellas dos españolas. Una la que une Castellón con la capital búlgara Sofía y la otra, la que conecta Las Palmas con Glasgow (Escocia).

Impacto nacional

¿Cómo puede influir la situación en un sector turístico español y un transporte de viajeros en máximos históricos? Desde la Secretaría Estado de Turismo, preguntada por este periódico, reconocen su inquietud sobre la cascada de quiebras en el sector aéreo y su influencia sobre la principal industria española. Subrayan que, en cualquier caso, la asignación de los «slots» (derechos de vuelo) que quedan vacantes es una cuestión que compete a otros departamentos de la Administración. En concreto, corresponde a la Asociación Española para la Coordinación y Facilitación de Franjas Horarias (Aecfa), dependiente del Ministerio de Fomento.

En este sentido, fuentes de Turismo señalan que la semana pasada la propia secretaria de Estado del ramo, Matilde Asián , se refirió a este problema en un viaje a Canarias, ante un corrillo de periodistas. «Cuando se liberaliza la navegación aérea surgen muchas compañías denominadas que han traído muchos aspectos positivos. El aspecto más positivo de la competencia es la bajada de precios. Pero esto trae otros problemas como a los que estamos asistiendo ahora. Hay compañías que están teniendo una serie de problemas internos, dentro de los que no debo entrar porque son internos, pero que lamentamos porque redundan en una peor conectividad con nuestro país», detalló la responsable del departamento.

En los próximos meses, por tanto, puede desatarse un verdadero apetito por hacerse con estos derechos de vuelo que quedan sin operar, tras la desaparición de las aerolíneas. Según explican fuentes del organismo gestor de los «slots», antes de asignar dichos derechos se otorga «un tiempo prudencial», de varios meses, a las aerolíneas para ver si son capaces de enderezar su operativa y superar sus problemas financieros. Si no lo logran, el reglamento comunitario proporciona dos posibles salidas: que los derechos se transfieran a otra compañía, después de que esta adquiera la empresa en apuros -por ejemplo, si Lufthansa o Easyjet se hacen finalmente con Air Berlin asumirían no solo sus aviones y tripulación, sino también sus derechos de vuelo- o que, si tampoco la aerolínea resulta absorbida por otra, estos «slots» pasen a un «fondo de reserva», en el que se conceden a la primera aerolínea que haya mostrado su interés.

De este modo se entiende cómo repuntaron en Bolsa varias firmas que podrían reemplazar a Air Berlin, Alitalia y Monarch en los próximos meses. Así, las acciones de Ryanair se elevaron ayer 3,49% en el parqué dublinés, las de Easyjet un 2,72% e IAG en el Ibex, un 1,99%.

Otra derivada de la consolidación del sector es la merma de la competencia, con la concentración de las operaciones en un número menor de compañías. Incluso, la Comisión Antimonopolio germana ha puesto el acento sobre los inconvenientes de una absorción de Air Berlin y sus filiales por parte de Lufthansa. «Son competencia directa en muchas rutas», subrayó Achim Wambach, jefe del organismo, al tiempo que advirtió de que «para una aprobación de la fusión, Lufthansa debería contar con condiciones y obligaciones estrictas». En este sentido también se pronunció la directiva de Ryanair, que ha llegado a calificar de «amaño» la venta de Air Berlin y aseguró que únicamente serán los clientes alemanes los que saldrán afectados. La «low cost» irlandesa también crítico al Ejecutivo alemán por la concesión del «crédito puente» de 150 millones a Air Berlin y lo considera un movimiento para favorecer a Lufthansa y articular un monolpolio.

Un pasado a la deriva

Monarch, la quinta aerolínea más importante de Reino Unido había tenido problemas financieros en los últimos años. En octubre de 2016 declaró casi 300 millones de euros de pérdidas, tras la merma de importancia en el panorama turístico de Turquía y Egipto después de los constantes atentados terroristas ocurridos en estos países, lugares donde esta compañía había invertido con fuerza. Se encontraba, además, en conversaciones con la Autoridad de Aviación Civil para renovar su licencia turística, acuerdo que tenía que haberse consumado esta madrugada.

La compañía británica de bajo coste transportó el año pasado a más de seis millones de pasajeros a cuarenta destinos diferentes , entre ellos varias ciudades españolas. Sus vuelos salían desde los aeropuertos de Gatwick y Luton, en Londres, y desde otras ciudades inglesas, como Birminghan, Leeds o Mánchester.

Ahora, el futuro de los 2.100 trabajadores de la compañía es totalmente incierto a la espera de ver cómo se lleva a cabo esta complicada operación.

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