Antonio Costa, primer ministro de Portugal
Antonio Costa, primer ministro de Portugal - AFP

Portugal: seis puentes y cinco fines de semana largos en 2017

El Gobierno socialista de António Costa repone cuatro festivos, aunque el coste para la economía lusa superará los 200 millones de euros

Corresponsal en Lisboa Actualizado: Guardar
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Portugal pasa del blanco al negro. Dejar atrás la austeridad de los últimos años vive ahora un nuevo capítulo que restituye cuatro días festivos suprimidos por el anterior Ejecutivo socialdemócrata de Passos Coelho y da la vuelta al calendario laboral... tanto que la productividad lleva camino de resentirse. Así se desprende del calendario oficial para 2017, que incluirá nada menos que seis puentes y cinco fines de semana largos (de tres días).

La medida, claramente populista, es la nueva apuesta del Gobierno socialista de António Costa para asegurarse el respaldo masivo de cara a las decisivas elecciones municipales del año que viene. Pero la contrapartida es que las asociaciones empresariales ya han alzado la voz para arremeter contra semejantes planes.

Las estimaciones institucionales sitúan en 200 millones de euros el montante global del impacto negativo, aunque sólo el sector textil prevé unas pérdidas que totalizan esa cantidad y el metalmecánico teme un freno de 90 millones.

Cinco festivos se han hecho coincidir con viernes o lunes, mientras que otros seis caerán en jueves o martes. Consecuencia: los portugueses van a disfrutar de más tiempo libre del que poseen actualmente.

Eso sí, los operadores turísticos se muestran encantados porque ven ahí una oportunidad para mejorar sus perspectivas. En cambio, el resto de los sectores teme un incremento de los costes y un descenso en sus niveles de producción, justo cuando las grandes agencias internacionales de calificación crediticia advierten a Portugal de que le conviene elevar el grado de competitividad de su economía.

El reciente día de Todos los Santos no era festivo al otro lado de la frontera, pero sí lo será en 2017. Igual sucederá con el Corpus Christi, el 5 de octubre (fecha de la proclamación de la primera República) y el 1 de diciembre, que conmemora la restauración de la independencia aquel día de 1640.

En este sentido, la polémica no ha hecho más que arrancar en Portugal. Especialmente si tenemos en cuenta que el principal sindicato del país, la CGTP, se apresura a rebatir a los empresarios argumentando que «la reposición de los festivos no suele tener consecuencias negativas, incluso es importante para dinamizar ciertos sectores».

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