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Logo de Apple en Nueva York - REUTERS

Las multinacionales se resisten a la transparencia fiscal

Representantes de Ikea, Google, McDonald’s y Apple comparecen ante el Parlamento Europeo

Corresponsal en Bruselas Actualizado: Guardar
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Representantes de las multinacionales Apple y Google, Ikea y McDonald’s defendieron ayer sus modelos de gestión fiscal que a su juicio no eluden impuestos, sino que se limitan a cumplir las leyes elaboradas por los gobiernos, incluyendo el uso de incentivos y ventajas fiscales que pueden beneficiarles. En una inusual comparecencia ante una comisión especial del Parlamento Europeo, ejecutivos de compañías emblemáticas que han sido acusadas de aprovecharse de estos resquicios legales para minimizar los impuestos que correspondería en cada país han prometido completar por escrito la información sobre ciertos aspectos de sus estrategias fiscales pero se han mostrado reticentes a ofrecer toda la información a las autoridades fiscales por temor a que sea utilizada por sus competidores.

Por ejemplo, la vicepresidenta para Europa de Apple, Cathy Kearney, insistió que la compañía tecnológica paga 13.200 millones de dólares en impuestos en todo el mundo. En Europa Apple está domiciliada en Irlanda para beneficiarse de un impuesto de sociedades más reducido, es decir «paga los impuestos donde operamos acorde con la ley», que es una forma de afrontar la reclamación de las instituciones europeas que quieren que paguen los impuestos allí donde obtiene los beneficios. Según Kearney, «en Europa, no eludimos impuestos ni hemos evitado ningún impuesto».

Google, por su parte, invocó el hecho de que ya llegó a un acuerdo con el fisco británico para regularizar su situación fiscal con efectos retroactivos y tampoco tiene la conciencia de estar defraudando a las haciendas de los demás países. El representante de Google, Adam Cohen, dijo que prefiere una legislación europea a 28 tipos de imposición diferentes, pero pidió evitar cambios legales sin orden, porque ello podría crear «incertidumbre, elevar los riesgos de doble imposición y disputas prolongadas entre jurisdicciones».

Lo mismo se puede decir del representante de Ikea, Soren Hansen, quien dijo que la empresa «paga los impuestos según lo que dicen las leyes y las regulaciones, operemos donde operemos». Los ministros de Economía han aprobado ya una directiva que obliga a todos los países a intercambiar información sobre los tratamientos fiscales excepcionales que otorgan a las empresas multinacionales.

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