El presidente del BCE, Mario Draghi
El presidente del BCE, Mario Draghi - REUTERS

Draghi pide «paciencia» hasta que suban los salarios

Los expertos ven en la reunión de septiembre como la fecha más probable para anunciar la salida del QE en 2018

Corresponsal en Berlín Actualizado: Guardar
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El BCE permanecerá en el mercado durante mucho tiempo, ese es el mensaje que ha querido recalcar Mario Draghi en su comparecencia veraniega ante los medios de comunicación, tras una reunión del Consejo en la que sus miembros han estado de acuerdo por unanimidad en “necesitamos ser persistentes, pacientes y prudentes”. Aún así es posible ir haciendo planes porque el presidente del BCE también ha dejado claro que “se hablará de tapering en otoño”. Los expertos ven en la reunión de septiembre como la fecha más probable para anunciar la salida del QE en 2018. “Todavía se necesita un grado sustancial de acomodación monetaria para que las presiones inflacionarias subyacentes se acumulen”, ha justificado, y ha dado a entender que solo cuando suban los salarios y la inflación subyacente veremos de nuevo cambios en los tipos de interés.

El BCE, por lo tanto, deja sin cambios su política monetaria ultraexpansiva, manteniendo las tasas en mínimos récord e incluso dejando también abierta la puerta a más compras de activos si empeora el panorama económico. Tras insinuar la posibilidad de un ajuste de la política el mes pasado, con el discurso de Sintra, la falta de acción del Consejo es leía por los mercados como un indicio de que cualquier modificación de la estrategia solo sería lenta y gradual y que probablemente llevará años el proceso de independizar a la economía europea del apoyo monetario.

Aún así, como la economía de la zona euro acumula 17 trimestres seguidos de crecimiento, su mejor racha desde antes de la crisis financiera global, el BCE al menos puede contemplar una postura menos activa, preservando algo del poder de fuego restante tras imprimir casi 2 billones de euros. El italiano ha insistido, por otra parte, en que los riesgos que amenazan a la recuperación económica están anclados.

Draghi ha confirmado que la información disponible reafirma “el fortalecimiento de crecimiento económico” de la zona euro y que la inflación subyacente seguirá siendo baja e irá subiendo de forma paulatina. En referencia a la inflación, Draghi ha recordado que la subyacente permanece globalmente a niveles moderados y ha pedido paciencia, argumentando que “la inflación aún no está donde queremos que esté. Donde debe estar”, por lo que es necesario ser “paciente” hasta lograr el objetivo de una inflación por debajo pero cerca del 2%. Los precios de la energía siguen estando detrás de los bajos niveles de inflación. La inflación de la eurozona se situó en junio en el 1,3%, una décima menos que en mayo y el dato sirve de anclaje a la decisión de no abordar modificaciones en el programa de compra de activos hasta final de año, como estaba previsto.

El BCE mantiene sin cambios su tasa de depósitos, en territorio negativo, y deja las compras mensuales de bonos en 60.000 millones de euros, en línea con las expectativas, garantizando que si el panorama se torna menos favorable o si las condiciones financieras resultan inconsistentes con nuevos avances hacia un ajuste sostenido del sendero de la inflación, el Consejo de Gobierno está listo para incrementar el programa en términos del tamaño y/o duración. El banco asegura en su comunicado que está dispuesto a ampliar el programa de compra de activos hasta que “observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo”.

Mientras los analistas se esforzaban por buscar en su discurso matices sobre el tempo de la hoja de ruta de la normalización, Draghi se ha esforzado en hacer hincapié en la falta de un repunte de la inflación subyacente y cabe preguntarse por qué el impulso económico no se está alimentando a través de la inflación. Draghi se ha limitado a explicar que los factores que frenan la inflación no son permanentes y eventualmente se desvanecerán. Pero “todavía no hemos llegado a ese punto”, ha dicho, repitiendo también a conciencia un mensaje de seguridad y varias alusiones a que los responsables políticos del BCE confían en la fuerza y el poder de su paquete de políticas.

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