El presidente del BCE, Mario Draghi
El presidente del BCE, Mario Draghi - AFP

Luces y sombras de las medidas del BCE

Draghi prueba los límites de la política monetaria con una batería de estímulos que según los analistas pueden tener efectos indeseados si no se calibran bien

MADRID Actualizado: Guardar
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La euforia con que las Bolsas han recibido las históricas medidas de estímulo desplegadas este jueves por el Banco Central Europeo (BCE) refleja una cosa: sólo la política monetaria está siendo capaz de arrojar algo de luz sobre el incierto devenir económico del Viejo Continente. Ahora bien, y una vez visto el detalle, los analistas y el sector bancario —transmisor de esa política— coinciden en señalar que también presenta zonas de sombra y que llevarla al límite puede acabar generando efectos secundarios indeseados —para la banca pero también para la economía real— o incluso resultar ineficaz.

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El consejo de gobierno del BCE aprobó reducir los tipos de interés al 0%, penalizar aún más que los bancos guarden su dinero en las arcas del emisor, ampliar la cantidad y el tipo de deuda que comprará y celebrar una nueva ronda de subastas de liquidez entre las entidades financieras.

Todo esto lo describía ayer mismo el presidente de BBVA, Francisco González, como una entrada «en territorio desconocido».

La primera duda es si la situación macroeconómica actual justificaba esa actuación y, por tanto, si el BCE no se habrá pasado de frenada. Draghi ha reiterado que sin la intervención del BCE, la situación sería hoy peor. Y que en caso de ser necesario aún tiene margen de maniobra. «Si estas medidas no surten el efecto deseado, le quedan pocas balas», dice el analista de Self Bank Felipe López-Gálvez. Los expertos creen que, en caso de que la situación económica empeore, el BCE no se atrevería a situar los tipos de interés en negativo, y le quedaría como posibilidad elevar las compras de deuda y elevar la tasa de facilidad de depósito.

Financiación más barata

En ese recorte de tipos y tasas se centran ahora mismo parte de los temores. Con el precio del dinero a cero, los tipos de los créditos también descienden. Esto resultará muy beneficioso para las empresas y las familias, que verán reducidos sus costes de financiación. Por ejemplo, al recortar los tipos de interés, el Euribor bajará, abaratando aún más las hipotecas.

Pero esta ventaja para los consumidores resulta fatal para el sector bancario, porque sus márgenes de negocio se reducirán drásticamente, ya que su principal fuente de ingresos son los intereses que cobran por los préstamos. El problema de causar un daño a los bancos por esta vía es que estos son los transmisores de la política monetaria.

El objetivo del BCE es que el dinero que inyecta en el sistema llegue en forma de crédito a empresas y hogares, para relanzar la economía. Esta misma semana, el consejero ejecutivo de BBVA y ex miembro del consejo de gobierno del BCE, José Manuel González-Páramo, advertía de que el 70% de la financiación de las empresas europeas viene de la banca, y no se puede poner en riesgo los resultados de los bancos presionando sus márgenes porque entonces dejarán de dar crédito.

«Esperamos que estas medidas, en particular algunos elementos nuevos y no esperados como las nuevas subastas de liquidez a cuatro años y con tipos tan bajos puedan servir para impulsar el crédito y, en general, estimular el crecimiento», explica un portavoz de la patronal bancaria española (AEB).

Las entidades se dispararon ayer en Bolsa precisamente por el despliegue de esas nuevas subastas, en las que el BCE llegará a pagarles dinero por prestarles dinero, y éstas usarán ese dinero para dar crédito a empresas. Los analistas de Mirabaud señalan que eso puede elevar las operaciones de «carry trade», es decir, que las entidades se financien gratis e inviertan ese dinero en deuda que les rente. «Esta medida no tendrá un impacto significativo en el aumento del crédito en España», augura el banco de inversión, recordando que el problema de la débil concesión de préstamos en nuestro país no es una falta de liquidez de los bancos sino al elevado endeudamiento del sector privado.

Lo bancos también se beneficiarán de la ampliación del programa de compra de activos a la deuda corporativa en manos de las entidades. Esto abrirá una nueva vía de financiación para las compañías y por tanto «favorece la economía real», según el catedrático de Banca de Esade, Robert Tornabell.

El presidente del BCE, Mario Draghi, ha defendido que Fráncfort ha calibrado el equilibrio entre los efectos positivos y negativos de sus medidas. Y aunque defiende a ultranza su política monetaria, ha reiterado a unos gobiernos y unos mercados a día de hoy muy dependientes de los bancos centrales que no tendrá éxito sino viene acompañada de una política económica de reformas que favorezcan el crecimiento.

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