Sede central de Liberbank, en Oviedo
Sede central de Liberbank, en Oviedo - EFE

Liberbank, Unicaja e Ibercaja confían su independencia a la subida de tipos

Las antiguas cajas se van quedando sin alternativas que compensen la caída de ingresos

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La absorción de Banco Popular por el Santander mete presión al grupo de bancos de tamaño mediano formada por antiguas cajas de ahorro, entre ellos Liberbank, Unicaja e Ibercaja. Prueba de ello es cómo esta semana los inversores se cebaron en Bolsa con las acciones del primero de ellos tras la intervención del sexto grupo bancario del país. Las tres entidades figuran desde hace tiempo en las quinielas para protagonizar nuevas operaciones corporativas; sin embargo, sus planes, según ha podido saber ABC, pasan por tratar de aguantar en solitario hasta que una subida de los tipos de interés les permita mejorar sus márgenes de negocio.

La baja rentabilidad actual del sector se explica en buena parte por el daño que los tipos a cero y negativo dictados por el Banco Central Europeo (BCE) están haciendo en la capacidad de las entidades de generar beneficios con lo que mejor saben hacer: dar crédito a familias y empresas.

Y aunque esto es algo que afecta también a la gran banca, deja en una situación de mayor debilidad a entidades de menor tamaño como las citadas por una cuestión de escala.

Liberbank, Unicaja e Ibercaja han retomado los ajustes de plantilla y red como medida para compensar esa falta de ingresos recurrentes. El problema es que esas medidas de reestructuración son costosas al principio y tardan en tener efectos positivos en las cuentas de resultados.

Otra vía de mitigación son las plusvalías por venta de activos no estratégicos y, sobre todo, los resultados de operaciones financieras. Sin embargo, ambas partidas son poco recurrentes y no se pueden sostener en el tiempo de manera regular. Reducir la remuneración de los depósitos, cuando estos han bajado al entorno del 0,1%, tampoco es ya una opción.

Por eso las tres entidades lo confían ya todo a un cambio de rumbo en la política monetaria que eleve inmediatamente su nivel de facturación y les dé más opciones de mantenerse independientes y no tener que someterse a una absorción por parte de un competidor mayor. Aunque el organismo dirigido por Mario Draghi parece insistir en mantener sus estímulos monetario durante un largo periodo, las entidades, incluidas las citadas cajas medianas, son cada vez más optimistas.

Además de las señales que comienzan a percibir en los gestos de la autoridad con sede en Fráncfort, consideran que es muy difícil que el banco central pueda mantener esta situación mucho más allá de 2018. Fuentes cercanas a estos bancos apuntan a que, aunque sus planes estratégicos son aún más conservadores, no descartan una subida del precio del dinero a mediados del próximo año y que, con el correspondiente decalaje, esta se empiece a notar en el volumen de ingresos en el segundo semestre de ese ejercicio.

«Técnicamente pueden aguantar hasta entonces, el problema es que sus reservas se van agotando», explican fuentes financieras. Y es que a la presión de la política monetaria y la evolución del negocio en sí se suman también, por ejemplo, los requisitos regulatorios. En este sentido en el sector explican que la exigencia del nuevo colchón de recursos anticrisis –conocido como MREL por sus siglas en inglés– les obligará a captar recursos en el mercado con el consiguiente coste financiero de emisión.

Otras fuentes apuntan a que Ibercaja y Unicaja podrían tenerlo más fácil porque por ahora no cotizan en Bolsa, mientras que Liberbank ya está sometido a la presión del mercado. Y como prueba, sus acciones cayeron esta semana en Bolsa más de un 40% ante la presión de los inversores tras el rescate del Popular.

Al ser un banco cotizado y tener que ofrecer más información al mercado, Liberbank está totalmente expuesto a las comparaciones con el resto del sector. Ibercaja, por ahora, no tiene planes para debutar en el parqué, mientras que Unicaja ultima dar ese paso. Casos distintos, según las fuentes, son los de Kutxabank y Abanca. La entidad vasca ha logrado mantener su control político y la gallega depende únicamente de las decisiones de su propietario privado, el grupo financiero venezolano Banesco.

El sector financiero esperaba que la ansiada nueva oleada de fusiones se produjese tras aclararse el futuro de Bankia y BMN. Ahora queda por saber si la desaparación del Popular puede adr un impulso mayor a ese proceso.

Ver los comentarios