ENTREVISTA

Juan Rosell: «Si la Generalitat no pone el freno habrá más paro y desinversiones»

El presidente de la CEOE afirma que «si tres de las más grandes compañías cotizadas se van de Cataluña, Puigdemont debe darse cuenta del gran error que está cometiendo»

Rosell denuncia la «terrible» inseguridad jurídica que hay en Cataluña Inés Baucels
Susana Alcelay

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«Hay que reaccionar rápido , los números no saben de política y no podemos malograr la recuperación económica», asegura tajante el presidente de los empresarios españoles. Juan Rosell (Barcelona, 1957) habla sin pelos en la lengua en esta entrevista con ABC en el que alerta a los independentistas sobre las graves consecuencias que tendrá la fuga masiva de empresas que esta semana ha comenzado en Cataluña. « Se han violentado las leyes y hay que volver a la legalidad», asegura tajante.

—Cataluña está sufriendo el mayor éxodo de empresas de su historia, los bancos catalanes se mudan, está cayendo la inversión y el turismo acusa ya los estragos del independentismo. ¿Cómo cree que impactará en la economía el pulso soberanista?

—Estamos ante la mayor crisis política de los últimos años con extraordinarias repercusiones económicas. Hay que reaccionar rápido, los números no saben de política y no podemos malograr la recuperación económica que tanto nos ha costado.

—¿La estampida empresarial no debería hacer reflexionar a los independentistas? 

—Si tres de las más grandes compañías cotizadas se van de Cataluña —Caixabank, Sabadell y Gas Natural— el Gobierno de la Generalitat debería darse cuenta del gran error que está cometiendo. Si no pone el freno habrá más paro y desinversiones. Confío en que se restablezca la situación porque tenemos un problema político de terrible envergadura, que no es de hoy ni de ayer, es de hace muchos años, y hay que buscar soluciones. Los políticos tienen que ser capaces de encontrar una solución, que no es fácil, pero absolutamente necesaria; es lo que queremos todos los ciudadanos. Se han violentado las leyes y hay que volver a la legalidad.

—El miedo se ha contagiado al sistema financiero catalán, que ha decidido salir de Cataluña para proteger su negocio en un hecho sin precedentes.

—La economía se está resintiendo, pero especialmente el sistema financiero, porque tiene unas reglas de juego muy claras. Y las reglas del juego, una vez implantado el euro y formando parte de Europa, implican que las entidades financieras tienen de paraguas al Banco Central Europeo y al Fondo de Rescate. Y el sistema financiero no se ve fuera de ese paraguas y por ello han tenido que tomar medidas. No había alternativas posibles. Ante el riesgo de perder esa protección, las entidades han hecho lo que tenían que hacer desde la más estricta legalidad.

«El sistema financiero se ha visto fuera del paraguas del Banco Central Europeo y ha tenido que tomar medidas. No había alternativas posibles»

—Caixabank y Sabadell han demorado hasta el último minuto su salida de Cataluña ¿les pasará factura?

—No lo creo. Además no había otra alternativa. Quien no lo quiera ver que así que no lo vea.

—La fuga masiva de empresas es claro reflejo de la gran preocupación que hay entre las compañías afincadas en Cataluña.  

—Están muy preocupadas, terriblemente preocupadas. Jamás pensamos que pudiéramos llegar hasta este punto, y ello pese a que hemos tenido muchos avisos. La situación en Cataluña es reflejo de un fracaso colectivo, empezando por los políticos y acabando por los ciudadanos, porque cuando existen problemas y son evidentes es preferible prevenir antes que curar. Pero como estamos donde estamos, y con grandísima preocupación, todos tenemos que ayudar para que la situación se resuelva de la mejor manera, dejar de enfrentarnos y llegar a acuerdos que puedan ser asumidos por la mayoría, aunque siempre habrá algunos que no lo hagan.

—El Rey en su discurso del pasado martes hizo un llamamiento para no permitir que el conflicto catalán desestabilice la economía española.

—Estoy absolutamente de acuerdo. Nos ha costado muchísimo sacar adelante la economía tras una crisis brutal. España fue uno de los países de la UE que peor lo pasó durante la crisis, con la excepción griega. Se perdieron cuatro millones de puestos de trabajo, de los cuales hemos recuperado menos de la mitad. Este país está en pleno proceso de recuperación económica y una recaída iría en contra de los que esperan recuperar sus empleos. No nos lo podemos permitir.

—La crisis catalana ha llevado a España a las portadas de los principales diarios del mundo y el desafío soberanista ha sido noticia en televisiones y radios ¿La imagen que está dando nuestro país cómo impactará en la economía?

—Esta semana he estado dos días en Italia, en el foro España-Italia, y la preocupación de mis colegas europeos es máxima. Se preguntan cómo es posible que se haya producido esta fractura en España, aunque también todos confían en que este problema político se arregle. Es la esperanza que tenemos todos. La economía española es tremendamente exportadora, pero también es muy importante el consumo interno y esto nos debe tranquilizar. Pero, evidentemente, la imagen es pésima. Ver a España por estos motivos en las principales televisiones y periódicos del mundo no nos está dejando bien. Nos ha costado muchísimo tiempo volver a tener una buena imagen tras la crisis, una imagen positiva y tranquila, la de un país seguro y estable. .

«La inseguridad jurídica en Cataluña es terrible. Se han violentado las leyes y es necesario recuperar la legalidad vigente cuanto antes»

—Los autónomos que no comulgan con el independentismo denunciaron a ABC esta semana que están desesperados, que tienen miedo en Cataluña...

—Cuanto más pequeño es un negocio  más problemas tienen en Cataluña, cuya base empresarial está formada fundamentalmente por autónomos y pequeñas empresas. Un autónomo, yo lo soy, vive de su trabajo diario y si se violenta su trabajo por una huelga o protesta no come. He recibido llamadas e informaciones indirectas de autónomos que están muy preocupados por la presión y las manifestaciones en la calle.

—Hoy la inseguridad jurídica en Cataluña es muy grande...

—La inseguridad jurídica es terrible. Cuando alguien ha violentado las leyes es necesario recuperar la legalidad vigente porque si empezamos todos a desobedecer las leyes esto lo convertimos en un caos. Cuando nosotros, los empresarios españoles, vamos a invertir en cualquier país lo primero que pedimos es tranquilidad y seguridad jurídica. Y en Cataluña se ha violentado.

—¿Teme que se produzca un boicot a los productos catalanes en España?

—No lo creo. No veo a la ciudadanía ni a los empresarios de este país montando líos porque una empresa sea catalana.

—Pero los efectos del pulso separatista ya se están notando en Cataluña. El Gobierno afirma que el sector turístico ha pasado de crecer un 10% antes de los atentados yihadistas del pasado agosto en Barcelona a hacerlo un 2% en septiembre según se ha ido acercando el referéndum .

—Los atentados yihadistas tuvieron una repercusión media en el turismo, pero ahora estamos viendo en los hoteles de Barcelona una caída importante de las reservas y no solo en la ciudad de Barcelona, también fuera de la capital. Sería muy preocupante si se consolida. Los turistas están viendo conflictos y manifestaciones en las calles y no les gusta. Quieren poder pasear tranquilamente por las calles y por este motivo están prefiriendo ir a otros destinos sin problemas.

«Nunca hasta ahora he visto que la sociedad se fracturara. Es clave que la inflamación no vaya a más; es importante pararla porque si explota no seremos capaces de volver atrás»

  —La fractura política es una realidad en Cataluña pero ¿y la fractura social?

—Nunca hasta ahora he visto que la sociedad se fracturara. Cuando muchas veces me preguntaban qué pasaba en Cataluña siempre contestaba que la normalidad era la tónica. Pero ahora se ha producido un cambio del posicionamiento de la sociedad respecto a según qué planteamientos. En estos momentos la sociedad catalana está partida y, lo más grave, es que empiezan a producirse fracturas y desgarramiento en las familias, entre amigos, en el trabajo, entre compañeros. La situación que tenemos es muy complicada y difícil, porque si no existe el respeto... Es clave que la inflamación no vaya a más; es importante pararla porque si explota no seremos capaces de volver atrás. Por ello somos mayoría los que queremos ver cómo podemos reconducir el problema de convivencia en Cataluña. Va a ser muy difícil porque llegamos muy tarde, pero es absolutamente necesario y urgente en este momentos.

—¿Las heridas abiertas en la sociedad catalana y entre España y Cataluña cuánto tardarán en cicatrizar?

—Las heridas, desde luego, están ahí. Pero ocurre como en las familias cuando hay ruptura, que en el fondo hay cariño, sentimientos. Tenemos que intentar convencer a todos de que hay que buscar una vía de solución compartida, y cuando digo por todos me refiero a toda España. Y a partir de ahí, buscar qué reglas de juego ponemos para que podamos vivir en paz y en tranquilidad. A todos nos interesa que la economía vaya bien porque si la economía no va bien y no tenemos rendimientos no podremos pagar ni las pensiones, ni los subsidios de paro ni invertir, ni nada de nada. Si caemos otra vez en retroceso económico, como caímos en el año 2009, salir del socavón será muy difícil.

—Desde algunos medios se critica al Gobierno por su tibieza a la hora de tomar medidas contra lo que muchos ya han calificado de golpe de Estado...

—El Gobierno tiene que hacer cumplir la legalidad y lo hará lo que tenga que hacer.

—Cree que el Parlamento catalán declarará la independencia unilateral de Cataluña?

—Nadie lo sabe, hay que esperar acontecimientos. Espero y deseo de que no se produzca, que den marcha atrás.

—¿Quién perderá más en este pulso que los radicales han echado al Estado?

—Lo que está claro es que Cataluña tiene un problema grave de desencaje con España y hay que buscar soluciones para ver cómo podremos volver a encajar a Cataluña porque los que vamos a perder por esta desafección entre Cataluña y España somos los catalanes y los españoles. Hay que lograr que los catalanes que no se sienten españoles se vuelvan a sentir españoles.

—¿Como presidente de los empresarios españoles y como ciudadano catalán cómo está viviendo los acontecimientos ?       

—Tengo una profunda tristeza. El pasado lunes volvía de Italia y me lanzaron insultos en el aeropuerto de Madrid y el domingo me ocurrió lo mismo en el de Barcelona. Todo un síntoma de hasta qué punto hemos llegado.

-La crisis catalana lo ha contagiado todo. Los titubeos del PNV están impidiendo que se apruebe el Presupuesto para 2018 y todo indica que podría producirse una prórroga presupuestaria...

—Sería un problema porque los Presupuestos son una guía para poder hacer planteamientos de futuro. Vamos a ver si los Presupuestos de 2018 se pueden aprobar o se prorrogan los de 2017. No me gusta que se prorrogue ningún presupuesto, ni los del Estado, ni de los de una empresa, ni los de ningún sitio, porque es una evidencia clara de que no se ha podido afrontar la realidad. Al final cuando no se ha podido pactar un presupuesto se ha producido un fracaso. No sería una buena noticia. Estamos ocupados en un problema que no nos aportan nada, lo único desazón. El conflicto que estamos viviendo hace perder el tiempo a España inutilmente. Pero hay que arreglarlo, porque es un virus que nos come y hay que extirparlo del cuerpo cuanto antes.

—Las reformas se han frenado. La falta de entendimiento entre los políticos se refleja, por ejemplo, en el Pacto de Toledo, donde los grupos no están siendo capaces de ponerse de acuerdo en una nueva reforma que permita la sostenibilidad de las pensiones en España.

«El conflicto no es bueno para nadie. Nos interesa volver a trabajar, que ya tenemos bastante las empresas con producir bienes y servicios»

—¿Habrá que esperar entonces a que se solucione el problema catalán para comenzar a tomar medidas económicas?  

—Este conflicto no es bueno para nadie, ni para los ciudadanos ni para las empresas catalanas, que también son españolas, ni para empresas del resto de España. No nos interesa esta situación de quiebra de la legalidad, nos interesa volver a trabajar, que ya tenemos bastantes problemas las empresas para producir bienes y servicios como para que nos pongan encima de la mesa problemas políticos que no sabemos cómo se pueden gestionar.

—Tampoco han sido ustedes, empresarios y sindicatos, capaces de lograr un acuerdo en las recomendaciones salariales para este año...

—El año pasado ofrecimos un alza salarial del 2,5% y la media pactada en los convenios es del 1,6-1,7. Habrá que preguntarles a los sindicatos cómo es posible que no hayan firmado una subida adicional del 0,7 puntos. Tendrán que explicar porqué no han querido firmar algo que les favorecía enormemente.

 

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